Entre cuicos [Chilena] #1

Capítulo 16

Michelle

Después del carrete del Javi nos fuimos todos para nuestras casitas, bueno yo me jui para la casa de la Lou because si me iba pal castillo me iba a llegar el reto de la jefa por salir sin decirle nada, en fin, la hipopocratenusa.

Cuando nos despertamos con la Lou estábamos con caña, no tanta como otras veces, pero igual nos dolía caleta la cabeza. Mas encima amanecimos con hambre y los papás de la Lou habían salido a hacer unos trámites.

—Weonnnnnnnnn, tengo hambre —se queja la Lou tapándose la cabeza con la sabana

—Si se oh, si yo también tengo hambre

—¿Qué hacemos? Me da una paja levantarme y cocinar algo —se pasa las manos por el pelo y toma su celu porque estaba sonando

—¿Quién es?

—El Diego

—Uyyy, el rusio rico —me pega en el hombro— ya si no te webeo más

—Oye ¿Y si llamo al Manu para que nos traiga algunos churrascos?

—¿Creí que nos va a pescar un sábado a las... —veo el celu— chucha, ¿En serio son las una? ¿Tanto dormimos?

—Sip, ¿Lo llamo?

—Yup, me voy a bañar ¿Me podi prestar unas toallas porfa?

—Ya dale, metete nomás, al tiro te dejo las toallas y ropa

—Gracias, Sullivan

Me metí al baño de la Lou y mientras el agua se calentaba me saqué la ropa de ayer, es que nos quedamos dormidas con la ropa, porque nos dio una lata ponernos pijama.

En fin, me metí a la ducha cuando el agua estaba como para quemarse, tipo como si recién hubiera salido del hervidor, ah —es que, puta que es rico bañarse con agua caliente—

Salí y veo las toallas que me dejo la Lou en la tapa del baño —de hello kitty tenían que ser, la Lou y sus manías de niña—, me enrollo el cuerpo con una y la de hello kitty en el pelo.

—Todavía no entiendo como tu mamá te deja tener esta toalla aun —le dije entrando a su pieza

—Es que era mi favorita de chica po, por eso —deja su celu cargando y entra al baño— no me podi decir que ya no tienes esa de ponis que te encantaba

—Ya si igual teni razón

La Lou se mete a bañar y mientras yo me cambiaba ropa escucha el timbre de la casa. Sou me pongo rápido el poleron —ni cagando salía en puro sostén— y voy a ver quién es.

—¡¿Quién es?! —grito

—El Marcelo

—¿Cuál Marcelo?

—Tú te agachai y yo te lo meto —dice el culiao cagao de la risa

—No po, si tenía que ser el Joseph, quien más —les voy a abrir la reja a los giles

—Si igual me amai y lo sabes —entra y me un beso en la mejilla

—No me di un beso, me dajai con tus babas —me paso la mano por la cara, pero el culiao me abraza y me da de nuevo un beso— ya po, déjate

—¿La Lou? —me dice el Manu cuando entra a la casa

—En la ducha —miro para atrás y cacho que me falta un gil— oigan, ¿Y el Juano?

—Debe de estar... —empieza a decir el Seba y justo veo al Juano saltando la reja de la Lou— ahí

—Sabes que la reja estaba abierta, ¿Verdad? —le digo mientras cierro la puerta de la casa