Capítulo 8

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Michelle

—Pauliiii —la llamo y ella se da vuelta pa mirarme— tengo hambre, ¿No teni algo? —le hago un puchero

—Pucha, wachi —revisa su mochila— no tengo nada, ni siquiera traje plata

—Y a mí se me quedo la chauchera en la casa —me tiro para atrás en la silla

Estamos a lunes de nuevo, el viernes de la semana pasada fue el acto culiao en donde nos presentaron a los nuevos, pero más parecía como si mostraran la carne fresca.

—¿Qué hacemos? ¿Vamos a pedir plata? —me dice la Pauli guardando su cel en su mochila

—Ya dale

—Pero, ¿A quién le pedimos?

—Yo tengo a la persona indicada, pero me teni que ayudar a llegar al cuarto A

—Ya vamos —dijo la Pauli y me agarro del brazo

Subimos las escaleras y llegamos al cuarto piso, parece que este piso es solo de los cuartos porque no veo otro nivel por aquí.

—Esa es la sala, ¿A quién le vas a pedir plata? —apunta la segunda sala

—A mi hermanastro —le dije y empecé a caminar a la sala

A la Pauli le conté toda mi historia, o sea que me cambie de cole, de donde venía, que ni ama se había vuelto a casar y que tenía dos hermanastros. 

Ella también me conto unas cosas sobre ella, como que era becada en el cole desde octavo, que no tenía amigos en el curso y que vivía por puente.

—Sopermi —dije entrando a la sala y busco al simio con la mirada, cuando lo veo estaba hablando con sus amigos— ¡Hermanito! —digo, me acerco a él y lo abrazo por el cuello

Parece que este culiao es como popular o una wea así, porque todas las minas de su curso me están mirando como si les hubiera quitado algo —cabras, se los regalo con moño y todo—

—¿Qué queri? —me dice el simio

—Uy que andai simpático, Maximiliano — el frunce el ceño y sus amigos se ríen— en fin, venía a preguntarte si me podiai prestar plata

—¿Me ves cara de banco?

—Porfiss —le hago un puchero

—No, Michelle

—Uy ya, pero no creo que al Luis le gusté saber que no ayudaste a tu hermana —me di vuelta pa poder irme y la Pauli me queda mirando cómo "que wea hiciste"

—Michelle, espera —me llama el simio— ten —me pasa una luca con una cara de enojao— ahora, ¿Te podi ir?

—Con gusto, hermanito —agarro la luca y camino hacia la Pauli— por cierto —le digo a mi hermanastro— no esperes el vuelto, simio

Tomo a la Pauli del brazo y salimos corriendo hacia el quiosco.

—Weona, tu hermanastro estaba que echaba humos por la cabeza —me dice la Pauli cuando llegamos al primer piso

—Lo sé, si ese weon me odia —le digo mientras recupero el aire

—Wachi, solo bajamos las escaleras corriendo, ¿Cómo estai tan cansa? —se reí

—Porque hace caleta que no corro —cuando ya recuperé airecito camino con la Pauli al quiosco —¿Qué vai a querer?

—Cómprate dos kapos y dos serranitas

—Me gusta como piensas, Paulina Carrasco

—Lo sé, Michelle López

Maximiliano

Entre cuicos [Chilena] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora