Capitulo 10

37 6 4
                                    

~La maldad es un lujo que a pocas personas se les da~ Antonio Martínez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~La maldad es un lujo que a pocas personas se les da~ Antonio Martínez

Con cada paso que daba los nervios iban disminuyendo. Las palabras de Ainoa retumbaban una y otra vez en mi cabeza. Ni siquiera había estado el suficiente tiempo en este lugar y ya habían personas a las que no le agrada. Me limite a preguntarle algo más durante el camino. Caminamos sobre un pasillo lleno de cuadros de diferentes personas que parecían de la realeza. Me preguntaba si alguno de ellos era de la familia fallecida de Ainoa, pero preferi quedarme con la duda antes que hacer un mal comentario. Al pasar por uno de los cuartos que estaban a nuestra derecha pude escuchar voces que provenían desde el interior.
Frente a nosotras, una gran puerta de madera con un agujero en el centro donde se observaba una luz tenue de color azul.

—Mantente atenta a todo lo que te digan.

Ainoa llevo la palma de su mano al agujero de la puerta mientras cerraba sus ojos. Mueve un poco los labios, y la luz del centro se torno roja, haciendo que las puertas crujieran y se abrieran de par en par.
El salón quedó al descubierto y caminamos con rapidez mientras las puertas se cerraban a nuestras espaldas.
En un gran mesón se encontraban cuatro personas de las cuales dos logré reconocer. En la silla mayor, una mujer con postura elegante, cabello rizado y atuendo un tanto de guerra, con colores negros y amarillos. Me observaba con una sonrisa mientras me acercaba a la mesa. Del lado derecho se encontraba Belmont, con su distinguida capa roja. Me observaba con una mirada de alivio, quizá por el error que había cometido anteriormente. Me sorprendió ver a Fleur sentada en una de las sillas del salón, pues era la más pequeña de todo el lugar, pero presentaba un aspecto formal como cualquier otra persona.
La mirada de la última chica sentada a la izquierda de la mesa me hizo sentirme intimidada. Me miraba con algo de desprecio, sus manos tocaban la mesa con la punta de sus uñas. La mitad del cabello le caía por un lado del rostro, mientras que del otro lado tenía rapado por completo.
Inmediatamente las voces se hicieron sonar en mi cabeza, comencé a leer los pensamientos de todos en el salón. De todos menos de la mujer de cabello rizado.

"Esta bien, no le ha pasado nada"

"Sabia que estaba bien"

Los hermanos parecían estar felices de mi llegada, pero ahora estaba segura que la chica no solo me miraba con desprecio.

"Esto será un error"

Me detuve frente a la mesa y Ainoa se coloco a mi lado.

—Comandante Mérida, presentó a nuestra invitada de honor.

La mujer esbozo una sonrisa mientras se ponía de pie junto a la mesa.

—Gracias Ainoa. Toma tu lugar en la mesa —le indicó una silla justo al lado de la chica sombría—. Nos da gusto que estés bien Amber, estábamos preocupados por el error que cometimos al no informarte del campo de fuerza que rodea al castillo.

Erase Una Vez-Después Del Final FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora