Capítulo 3

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El agua le vino bien a mi cuerpo, después salí para secarme al sol.
-Necesitas ponerte protector porque en el Sur el sol es más terrible-Peter Lanzani puso sus manos en mi espalda y me quedé estática.
-Me parece que sos muy confianzudo-lo miré algo mal.
-Es por tu bien-me respondió como si nada, me guiñó un ojo, es tan despreocupado y cara dura que lo envidio.
Candela terminó de pasarme protector solar en la espalda.
-Se nos ocurrió invitarlas a comer hoy-Agustín nos sonrió amablemente.
-¿Cual es el menú?-traté de mostrar interés.
-Fideos, el mismo menú que ayer-Peter me respondió como si fuera algo obvio.
-Encantadas cenamos con ustedes-respondió Eugenia de manera apresurada.
-Chicas yo salgo del camping y voy al centro para hacer algunas llamadas-les avisé- Cande ¿me prestas el auto?
-¿Crees que soy tan mala onda de no prestarte el auto?-ella se rió- pues sí, dijimos que nada de pensar en los asuntos de ciudad
-Pero...-iba a rezongar cuando Peter Lanzani me tomó del brazo.
-Yo te llevo Lali-me hizo que lo siguiera, algo desconfiada seguí sus pasos.
-Gracias-solté una vez que nos subimos.
Peter aceleró el auto y me puse el cinturón.
-Necesito hacer unas llamadas sí o sí, en el camping no hay señal..-me puse a darle explicaciones-¿que hago explicándome?
-Vos sabrás-él se rió.
No pude estar en silencio que puse música.
-La banda es The kooks, una de mis preferidas, igual soy una persona mente abierta que puede escuchar de todo-se le formó una sonrisa.
-Voy a hacer una nota mental del nombre de la banda-asentí con la cabeza.
Las canciones fueron pasando hasta que llegamos al centro.
-Estamos en el Centro cívico el cual es un monumento nacional histórico-Peter empezó a recitar datos.
-Peter solo hago unas llamadas y volvemos-le anuncié y me alejé, llamé a Miguel y me puse mal porque no me atendió, cortó la videollamada.
"Mi amor estoy trabajando" llegué a leer y eso me puso algo mal, llevo un día sin hablar con él y no tiene ni diez segundos para atenderme.
Volví hacia el auto y Peter me miró a los ojos.
-¿Todo bien?-quiso saber.
-Todo bien en el trabajo-mentí.
-Hiciste bastante rápido-él insistió en indagar.
-Simplemente no me necesitaban, así que voy a poder empezar a disfrutar mejor todo-en mi interior estaba furiosa.
Cuando llegamos al camping el sol se estaba yendo, mis amigas me esperaron a orillas del lago y tomamos mates hasta que se oscureció, noté que otra vez habían hecho una fogata común.
-Voy a bañarme rápido-miré a mis amigas que asintieron con la cabeza.
Tuve que esperar minutos para terminar bañándome rápido, había cola de personas.
-Hoy van a comer la mejor pasta de sus vidas-Nicolás nos sonrió mientras mezclaba la olla.
-Fideos de super con salsa de tomate comprada-hablé por lo bajo, el único que me escuchó fue Peter Lanzani que me miró con ganas de reírse.
Cenamos hablando de nuestras vidas, conociéndonos más, tuvimos que terminar la cena antes de tiempo porque se levantó viento, se puso a llover y nos fuimos cada uno a las carpas.
La carpa se movía de un lado a otro, en ese preciso instante pensé porque no estaba en un hotel común y corriente.
Para "fortuna" nuestra la carpa se nos empezó a desarmar, tuvimos que salir porque se nos habían perdido las estacas y se estaba cayendo.
-Vengan con nosotros, mañana nos encargamos de eso-Agustín nos hizo señas, ellos cada uno tenían sus propias carpas.
-Es para dos-Peter me hizo señas para que entrara a la suya, de mala gana lo hice.
-Se que no controlas el clima pero creería que planificaste esto-lo fulminé con la mirada y él hizo lo mismo conmigo, escuché que afuera tronaba y llovía mal- mi peor pesadilla es que caiga un rayo
-Que positiva-se rió de mí- sí que sos una verdadera chica de ciudad
-Sí que lo soy, ¿hay algo malo con eso?-suspiré.
-No... Solo que después de este viaje vas a ser una persona distinta-él se atrevió a hacer una caricia en la punta de mi nariz, la fruncí porque me tomó desprevenida.
-¿Enserio crees eso?-lo miré a los ojos.
-Lo creo...-él se terminó de acercar hacia mí y rozó su nariz sobre la mía, comenzó a acariciar mi pelo.
-Yo no soy como las chicas que..-empecé y él puso una de sus manos sobre mis labios.
-Lo se... Sos mi peor pesadilla, una chica de ciudad que seguro duerme con su celular en l mano-bromeó y me lo dijo, soy la peor pesadilla de su hippie mundo.
-Vas a .. ¿Ibas a besarme?-que ingenua.
Él soltó una carcajada.
-¿Creíste eso?-volvió a reírse-solo jugaba... Con fuego, no creí que alguien como vos iba a desear un beso de alguien como yo..
Me eché hacia atrás sintiéndome completamente estúpida, además, estaba completamente loca, ¿acaso iba a pecar?
-Mejor que no porque tengo novio-me lo recordé y se lo dije.
Él se me quedó mirando como evaluándome.
-Vos no tenes novio-me dijo completamente seguro- sos muy especial, particular como para que alguien te entienda y..
-¿Me estás diciendo que nadie me entendería? Que nadie estaría conmigo...-elevé mis cejas, lo fulminé con la mirada.
-No pongas palabras en mi boca que no dije-suspiró y agarró un porro.
-¿Vas a fumar acá adentro?-lo miré mal.
-Dejo un poco abierta la carpa así no nos ahogamos-me sonrió y encendió uno, me lo pasó y le di una calada.
-No se que hago compartiendo esta mierda con vos...
-Te está poseyendo el espíritu de los jóvenes hippies del camping-Peter se señaló y se rió.
Empezamos a fumar y empecé a sentir todo girar.
-¿Enserio ibas a besarme?-volví a preguntar.
-Iba a hacerlo... Y ahora me tienta más hacerlo... Ahora que es prohibido...-eso lo dijo de manera pausada, se rió- le viene bien un poco de aventura a tu vida
-Entonces, ¿que esperas?-lo presioné y él me miró a los ojos, luego me sonrió.
-A que no estes drogada, a que estés lúcida...-su respuesta me sorprendió, le dio otra calada y apagó el porro-bueno, mejor dormimos
-¿Dormir, ya?-elevé mis cejas-me da todo vueltas
-¿Queres que te cuente un cuento acaso?-Peter Lanzani se rió- como me divertís chica de ciudad
-Por lo menos hago feliz a alguien-me reí y él me sonrió.
Sentí su respiración cerca, esquivó mi boca y terminó besando mi mejilla, fue tan raro, tan íntimo, tan lleno de una tensión.. ¿Sexual?
Me horroricé por haber pensando eso, por haberlo sentido.
Me recosté sobre la bolsa de dormir y Peter Lanzani hizo lo mismo sobre la suya.
-Ya vas a volver a mi carpa-me dijo justo cuando estaba por dormirme-cuando estes libre de marihuana y alcohol-rió.
Lo ignoré y cerré fuertemente mis ojos para dormirme.

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