Capítulo 25

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Sentí una caricia sobre mis labios, fruncí la nariz y se me escapó una risa nerviosa, no dejé de mirarlo a los ojos, los tuyos se pusieron chinos al sonreírme.
-¿Enserio sentís eso?-le pregunté, ¿mi corazón? latiendo muy rápido.
-¿Qué?-se hizo el desentendido, estaba conteniendo la risa.
-Amor.. ¿Soy tu amor?-elevé mis cejas.
-No, no sos mi amor.. No, no es que no.. A lo que voy es.. Vos sos amor, das amor, me haces ver lo lindo de la vida desde el lado del amor, por eso quiero saber si me dejás llamarte así..-sus ojos brillaron, sentí a mi cuerpo aflojarse, menos mal que estaba entre sus brazos, ambos recostados en la cama.
Asentí con la cabeza, dejé besos por sus mejillas, su nariz, su frente, por último sus labios, me los mordió, nos reímos.
-Sos tan lindo Lanzani-hice lo mismo que él hizo conmigo, terminé acariciando su boca, mirándolo, sintiendo por fin un momento de paz.
-Así que te terminé gustando..-elevó sus cejas haciéndose el galán.
-Sos de terror-me reí- y yo terminé gustándote, yo, una chica de ciudad.. ¿Te pusiste a pensar que somos de dos mundos distintos?
-Estás hablando como si fuéramos un humano y un extraterrestre-soltó una carcajada- pero entiendo a lo que vas, somos muy distintos, ¿pero viste? Acá está nuestra combinación-Peter me acarició la panza y eso me emocionó, lo besé reiteradas veces, nos quedamos ahí, en la cama sin movernos, solo salimos para cenar y después tomar un té en el balcón.

Una semana pasó, todos en la oficina ahora me miraban distinto, traté de ignorar eso, hacer como si nada.
-Más sobres para Peter-Natalie me trajo la correspondencia- a que no sabés quién vino-me sonrió como "victoriosa"- otra vez está acá su esposa
Otra vez su esposa, y otra vez la insoportable de Natalie.
-Te vas-le cerré la puerta en la cara.
Suspiré, me terminé el té de tilo que me hice, entré a lo de Peter después de tocar la puerta.
-Ahora sí, sos otra chica, ahora si bien educada, ¡bravo!-Delfina lo celebró aplaudiendo, otra vez me hizo sentir mal.
-Te dejo esto y me voy..-estiré mi brazo para darle la correspondencia, estaba por irme y Peter me agarró de la mano deteniéndome.
-Delfina ella es mi novia, Lali-segunda vez que me presenta como su novia, esta vez frente a su esposa.
Otra vez un silencio incómodo.
-No podes tener novia teniendo esposa..-Delfina miró a Peter poniéndose nerviosa-¡¿ahora me vas a decir que la panza que tiene ella es por tú culpa?!
-Sí.. Y no es por mi culpa, no hables así, menos de Lali y de mis hijos-Peter trató de mantener la calma.
-¡¿Hijos?!-Delfina elevó el tono de voz- sos increíble..
-Tuve y tengo una vida... Y no sos parte de ella, solo sos un error que yo no cometí, sos un descuido que tuve por pendejo, fui estúpido firmando papeles creyendo que mi papá no iba a joderme más-suspiró, Peter también elevó el tono de voz-ahora, ¿podes firmar los papeles del divorcio?
Se hizo otro silencio y me quise ir, no tenía que estar acá.
-No-respondió caprichosa- hasta que no lo intentemos no pienso firmar el divorcio, ¿como sabes que no vas a enamorarte de mi?
-Porque yo ya estoy enamorado-Peter lo fijo seguro de si mismo- y es de Lali
En el primer descuido de Peter me solté de su mano y me fui.
Al cabo de unos minutos Delfina salió de la oficina mal humorada, dio un portazo, armó todo un drama, todos se pusieron a murmurar cosas, me preparé otro té de tilo y salí a tomar aire, caminando llegué a Puerto Madero, me senté en un banco frente al río.
Mi celular empezó a sonar, suspiré y lo atendí.
-Peter, esta todo bien, solo salí a tomar un poco de aire, sí estoy cerca del departamento, no, no pienso volver ahora mismo, no, no vengas.. Que no, termino de tomar el té y voy a tu departamento
Corté la llamada y me quedé meditando, tratando de eliminar la mala vibra que había absorbido, llevé mis manos a mi panza y la acaricié.
Caminé hasta el edificio donde vive Peter y lo esperé, él llego y ambos nos subimos al ascensor.
-Lali, te pido perdón por todo.. Y cuando digo todo es todo, como te trató Delfina, que se hablen mierdas de nosotros.. Te pido perdón por todo lo que haya pasado-apoyó sus manos en mis hombros buscando mi mirada.
Finalmente llegamos al último piso y entramos al departamento, volteé para responderle.
-Cosas que pasan Pit... Ninguno puede detener que se hable, va a seguir pasando, y a Delfina tampoco la podes controlar..-suspiré enserio, todo bien..
-No.. No está todo bien-se acercó- odio que te hagan sentir mal, no lo mereces-suspiró-cuando termine con todo nos vamos a la mierda, a donde quieras..
Estiró sus brazos y tomé sus manos con las mías, tiró de mi y besó mi mejilla.
-Esta bien-asentí con la cabeza-todo bien..
Salí al balcón aunque hacía frío, Peter vino para envolverme con una manta, se sentó a mi lado, ambos nos quedamos viendo el atardecer.
-Es una de las pocas cosas que me gusta de este lugar..
Asentí con la cabeza.
-Al ver algo bello, un fenómeno de la naturaleza, siento un poquito de paz.. Me olvido de mi presente-suspiré.
-Eyy, no es todo malo-Peter posó su mirada en mi panza- no es malo..
Asentí con la cabeza.
-¿Soy un problema, no? Si yo no te hubiese buscado para decirte que..-empecé a hablar pero Peter puso su mano sobre mi boca.
-No seas boba, de a partir de ese instante me di cuenta de que ahora tenía algo real, algo verdadero de lo cual no quería estar lejos, no.. No quiero estar lejos-negó con la cabeza- sos y son mi alegría en el medio de una ciudad gris
-Te arrastré a mi vida gris de la que tanto me hablabas-suspiré.
-Yo estoy aquí y ahora porque elijo estar donde estés, no olvides nunca que estoy-me agarró de la mano- me tenes y te tengo
-Te tengo y me tenes-repetí, Peter besó mis labios y cerré mis ojos, lo disfruté, cuando los abrí vi el brillo en los suyos.
-Pit.. ¿Como ves a mis ojos?-me salió del alma preguntarle eso, me dio curiosidad.
-Profundos, con brillito-se rió-así también te veo yo..¿No?
Asentí con la cabeza.
Le hice una caricia en una de sus mejillas.
-Sí Pit..-jugué con su pelo, luego me escondí debajo de su cuello abrazándolo-eyy, me tenes-otra vez se lo repetí para que se relajara.
Besó mi frente detenidamente.
-Gracias amor..-él soltó eso sonriéndome, también no pude evitar hacerlo, nuestros ojos se achinaron, no lo solté, él mientras acarició mi panza, después la besó reiteradas veces , ¿que hice para conocer a semejante hombre?
-No me digas gracias...-lo reté mientras mordía sus labios cariñosamente, mi nariz se chocó con la suya, nos quedamos mirándonos.

A las ocho de la noche Peter recibió una llamada, era su papá pidiendo reunirse para hablar, Guillermo insistió en venir al departamento.
-Así que vivís con tu secretaria-fue lo primero que soltó al verme, yo me mantuve sentada en el otro extremo del living.
-Vamos a lo importante-Peter lo apuró-¿a que viniste?
-¿No vamos a cenar? ¿Cocinaste algo rico? Así haces uso de tu título, nunca me cocinaste algo ahora ahora que pienso..-Guillermo elevó sus cejas.
-No.. No cociné, ahora decime lo que me tenes que decir y listo-Peter se mostró serio.
-Podemos pedir delivery-Guillermo siguió con una idea firme.
-Esta bien-Peter terminó aceptando- vamos a mi oficina
-No dejemos a tu aventura nueva sola..-Guillermo ni terminó de hablar que Peter saltó.
-¡Al diablo con la reunión! ¡Te vas!-elevó el tono de su voz.
-¿Y si lo que tengo que decirte es para que te liberes de mi?-Guillermo atacó, Peter trató de calmarse, yo lo sostuve de las manos para transmitirle paz.
-No se porque das tantas vueltas-suspiró.
-¿Vos crees que disfruto de estar acá un Viernes por la noche cuando podría estar tomando un buen vino rodeado de chicas lindas? Es amor que esté reunido con vos para negociar-Guillermo soltó eso y de los nervios mi panza se tensó, puse mis manos sobre ella, me daba tanto asco lo que había dicho, como trataba a su hijo.
-Todo en tu vida es negocio..-Peter suspiró-entonces hablemos de eso, ¿que queres?
-Solo deseo lo mejor para vos, como siempre, quiero que aceptes la oportunidad que te da la vida, podrías tener tanto poder como yo, podes llegar a tener tu propio imperio, por eso te dejé una parte de mi herencia, para que puedas ser propiamente dicho un hombre, con a tu lado una chica que esté a la altura-Guillermo iba a seguir hablando pero Peter lo interrumpió.
-¿Nunca pensaste en que ya era feliz? Ahí, en el Sur, lejos de la mierda que sos-se lo dijo en la cara- nunca te pusiste a pensar en mí, nunca..
Vi salir unas lágrimas de los ojos de Peter.
-Hablamos otro día, ¿ahora podes irte en paz y armonía?-le pidió desanimado.
Su papá asintió con la cabeza.
-Te perdiste una oportunidad para negociar, suerte con intentar eso con Delfina-eso fue lo último que dijo Guillermo, cuando abandonó el departamento se hizo un silencio eterno,
Abracé a Peter que se aferró a mí desesperado.

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