Capítulo 22

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Entré al cuarto mes de embrazo y otra vez todos lo festejamos en la oficina, ya se hizo una costumbre, Peter invitaba la comida y llenaba todo con globos blancos.
¿Natalie? Me mira con tremendo odio, pero se mantiene alejada, ni se acerca desde que Peter habló con ella, casi ni se relaciona conmigo, yo simplemente la ignoro.
-Vamos-Peter me tomó de la mano, nos escapamos de la oficina-¡hoy sabemos el sexo de nuestros bebés La!-apreté con cuidado su mano sonriéndole.
Llegamos a la planta baja y me subí al auto de Peter, manejó hasta la clínica donde había pedido el turno.
-Mariana Esposito-me llamaron, Peter me acompañó hasta la habitación, se quedó a mi lado, en ningún momento me soltó-vamos a ver como están estos bebés
No pude evitar ponerme nerviosa.
-Tranquila-Peter me lo susurró, besó mi frente, fue un acto tan dulce que me puse a llorar, él me sonrió.
De un momento al otro mi panza quedó cubierta de gel, empezaron a pasarme la máquina y todo mi interior se removió al ver la pantalla.
-Acá esta la nena..-el médico nos sonrió- y acá el nene, a ver.. Sí, ambos están sanos
El tiempo se detuvo y las lágrimas se salieron de mis ojos, sentí la presión que hizo Peter en mi mano, volteé a mirarlo, estaba igual que yo, volvió a besar mi frente.
-La parejita-él se rió- nos van a volver locos
También me reí.
Me retiré el gel de mi panza y Peter me la besó reiteradas veces, poco a poco fui acostumbrándome a eso.
Cuando salimos de la clínica fuimos a merendar, después volvimos al departamento, puse un CD de Beyoncé y alegre me dejé llevar por la música, cuando volteé Peter había dejado el homeoffice de lado, se quedó mirándome con una sonrisa.
-¡Seguí con lo tuyo!-lo reté- me da vergüenza que me veas hacer el ridículo
Peter soltó una carcajada.
-¿Te dije ya que sos muy sensual bailando?-elevó sus cejas, me puse nerviosa, aún más cuando se acercó hacia mi.
-¿Aún con panza?-me reí obviamente de los nervios.
-Sos una bomba-me lo susurró y mordisqueó el lóbulo de mi oreja.
-No me busques nene-lo miré a los ojos.
-Te estoy buscando, ambos sabemos como termina esto, no te resistas más -se rió y quedé apoyada sobre la pared mientras que por casualidad se puso a sonar Crazy in love versión Cincuenta sobras de Grey.
Él sostuvo mis muñecas estirando mis brazos y me miró profundamente a los ojos.
-Mariana-me llamó por mi nombre y eso me encendió aún más- ¿acaso te encontré?
Dejó tres besos sobre mi cuello y mi respiración se aceleró.
No me resistí y lo besé salvajemente, no me importó quedar agitada, solo me importó encontrar mi piel con la suya, dimos rienda suelta a la pasión, cada vez descubría algo nuevo.
Él se quedó acariciando mi boca mirándomela.
-Sos una cosa de locos-noté que le salió del alma- me imagino a una mini vos con tus labios, a un mini yo.. Hoy estuve imaginando todo eso desde que sabemos lo que son, casi no pude concentrarme en el trabajo
Su confesión me pareció muy tierna, acorté aún más nuestra distancia y besé su mejilla con dulzura.
-Siento que... Que todo esta pasando tan rápido-suspiré- en menos de lo que creamos van a estar en este mundo
-Corrección, ya están en este mundo, solo falta que ellos nos conozcan a nosotros-me sonrió y solo tuve ganas de besarlo nuevamente, me controlé.
-Buena corrección-asentí con la cabeza.
Apoyé mi cara nuevamente sobre la almohada y sentí a Peter abrazarme por atrás, suspiré, esto se había hecho una costumbre, me da miedo despertar de esta especie de sueño.

Desayuné en silencio, no quise despertar a Peter, me miré al espejo mientras me vestía y me encontré embarazadísima.
Algo desanimada busqué algo que me hiciera ver mejor.
-El rojo te queda bien-Peter interrumpió mis pensamientos pesimistas- te queda genial
Hice que diera una vueltita sosteniendo mi mano.
-¿Lo decís enserio?-elevé mis cejas, él asintió con la cabeza.
-Lo digo enserio-besó mi mejilla, sentí su perfume y no pude evitar sonreír.
-Gracias por ser tan bueno conmigo-elevé también mis cejas.
Él rodeó mi cintura con uno de sus brazos.
-El rojo definitivamente es tu color-sus ojitos chinos por su sonrisa me aflojaron las piernas-vamos
Caminé aún aturdida por las palabras bonitas que me dijo, me subí al auto y llegué a la oficina, me preparé un café y me puse al día.
-Hola, tengo una cita con Peter Lanzani-me dijo una persona mayor-seguro estoy en la agenda
-¿Sí? Nombre-le pedí.
-Guillero Lanzani padre-soltó con aires de superioridad- ¿estoy en la lista de hoy?
Revisé la agenda y negué con la cabeza.
-No..
-Seguro no te lo aviso porque me quiere evitar, pero va a tener que hacerlo igual-suspiró, me ignoró y entró a la oficina de Peter, yo seguí los pasos de Lanzani padre.
-Peter, Guillermo quiere..-empecé pero me interrumpió.
-Así que llevas un tiempo en Buenos Aires.. No me llamaste, no nada-Guillermo fue frontal- estuve hablando el otro día con tu compañera del colegio-suspiró- Delfina, ¿te acordas? Es una buena chica, su papá es empresario, importa cosas al país, arreglé una cena a la que quiero que vayas
-¿Qué haces acá?-Peter lo miró mal, jamás lo vi así- ahora queres hacer de casamentero, me queres usar para tus negocios..
-Se que harían bonita pareja, usá tus encantos y haceme el favor de ir a la cita que arreglé, ella estaba loca por vos antes, seguro si te ve..-Guillermo fue interrumpido por Peter.
-Papá, deja que viva mi vida-elevó el tono de su voz- ahora recuerdo bien porque me fui a la mierda
Guillermo desafió con la mirada a su hijo, volteé para irme y no seguir estando en medio de los dos.
-No, no te vayas Lali-Peter me agarró del brazo-te presento a Mariana, mi novia
¿Su qué? ¿Que yo qué?
Lo que dijo Peter me dejó desconcertada, en shock, me quedé con la mirada perdida.
Guillermo me miró y después fulminó con la mirada a su hijo.
-Así que se te acabó la jodita de la vida de persona liberal-Guillermo se rió- en algún día se te iba a terminar, ya que se terminó, podes hacer un esfuerzo e ir a la cita que planeé
-¡¿Papá sos joda?! Lali es mi presente, no me vengas con estas cosas, tus planes de mierda, menos estando frente de ella-Peter suspiró mirándolo mal-no le faltes el respeto, porque también le estás faltando el respeto a mis hijos
-No paras de sorprenderme.. Le vas a dejar tu apellido, mi apellido a los hijos de tu secretaria-Guillermo soltó eso y Peter se abalanzó sobre él, lo sostuve del brazo para traerme calma.
-MIS hijos, no vuelvas a hablar de ellos, andate papá-Peter tiró del brazo para sacarlo de la oficina-¡andate!
-Sos una vergüenza, haceme ese simple favor y te dejo en paz, solo una cena-Guillermo dio media vuelta y se esfumó de nuestra vista, Peter se quedó con la respiración acelerada, me salió abrazarlo, él no me soltó.
-Perdón por todo..-me susurró, le acaricié el pelo tratando de transmitirle paz-es una bestia, un animal.. Yo me escapé de toda esta mierda-levantó su cara para mirarme-esto es parte de mi mundo también, no quería que conocieras esta parte..
-Shhh-puse mi mano sobre su boca, besé su frente- ambos estamos rodeados de mierda, pero me tenes y te tengo-le recordé.
Peter asintió con la cabeza.
-Eso espero.. Te tengo y me tenes-repitió, apretó mi mano e intentó sonreír, besé su mejilla detenidamente, volví a abrazarlo.

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