CAPÍTULO TRES.
30 de Noviembre.
—Estoy arrepentida de ser como fui con Rafa.
Admití, más para mí misma, que para Daysi.
—Es solo que... que... no puedo —murmuré, con la voz quebrada—. Quiero volver a verte de la mano con él, abrazados, sonriendo... quiero verte feliz con él de nuevo. Quiero verte.
El silencio era absorbente, abrumador, intenso. Pero eso no me detenía de seguir hablándole y contándole cosas. A veces cosas interesantes, otras veces sin sentido.
—Te entiendo.
Me giré apenada apenas lo escuché.
—Rafa...
—Yo también me volví a romper cuando te vi.
No respondí, en cambio, me tapé la boca para que el sollozo que quería salir no escapara. Sentí mis ojos humedecerse y vi los suyos a nada de lo mismo.
—Ella hablaba sobre vos todos los días... —contó, mientras tomaba asiento en el mismo lugar del otro día—. Me contó que querían estudiar en California, que algún día querían sacarse una foto frente a la torre Eiffel y que querían probar una pasta en Italia.
Tragué saliva y no pude hacer más que bajar la mirada.
—Si querés podemos acordar días para no cruzarnos, Maite —aseguró—. Mirá, yo sé que no es un problema personal conmigo, te entiendo, a mí también me duele todos los días. Pero a veces siento que los recuerdos no siempre tienen que ser... malos. Al menos no completamente. Los recuerdos buenos siempre tienen su lado malo. Y es que no los podes volver a vivir. Yo me concentro en el lado bueno. Sino no podría ni siquiera estar acá.
No pude responder al instante. Me sentí tonta a su lado. Yo con mi pensamiento tan pobre de: "los malos recuerdos prefiero evitarlos" y él tan: "todo recuerdo tiene su lado bueno y su lado malo".
Por suerte Rafa no me presionó a decir nada. Entendió mi silencio, o tal vez entendió que por ahora no tenía respuesta. O al menos, una no tan clara todavía. Y mientras él volvía a entonar una melodía lenta con su guitarra, yo pensé en su propuesta. Y también pensé en lo que Daysi hubiera dicho de mí al saber que no quería saber nada de su novio, que ni siquiera podía mirarlo a la cara por más de un minuto. Después de tantas cosas vividas al lado de Rafa y Daysi, empezaba a comprender que era un poco tonto lo que estaba haciendo.
—No, no hace falta que no nos crucemos. —contesté finalmente.
Él no dejó de tocar la guitarra, pero se giró para mirarme. Y yo me armé de valor para poder observarlo bien después de tanto ignorarlo. Seguía igual que siempre: con sus ojos claros, grandes pero escondidos entre las abundantes pestañas; su nariz pequeña y redondeada y su barbilla tan varonil, como acostumbraba a destacar Daisy. Su cabello era de un castaño oscuro, bastante combinado con la tez de su piel.
Ninguno de los dos dijo más nada. Ambas vistas volvieron hacia cualquier otro punto. Me concentré en la canción que estaba tocando, tratando de saber cuál de todas las que le gustaban a Daysi era. Pero no adiviné, y tampoco quise preguntar.
—¿Alguna vez pensaste qué hubiera pasado si ese día no salíamos de fiesta?
Su pregunta me dio un escalofrío que me recorrió desde la planta de los pies hasta el último pelo de la cabeza. Miles de veces me había cuestionado lo mismo. Miles de veces había hasta pensado qué hubiera pasado si en vez de ella, hubiese sido yo.
—Muchas. —susurré.
—Siento que... desde ese día me odio un poco más.
—No fue tu culpa.
—Tampoco la tuya, pero aun así te sientes culpable, ¿no? —sentenció con la voz cruda.
Aunque Rafa no quisiera mostrar cuánto le dolía pensar en ello, estar aquí y hablar de Daysi, yo podía ver cómo sus ojos se apagaban cada segundo un poco más.
—Trato de no pensar en eso —murmuré, con la cabeza gacha—. Pensar el qué hubiera pasado no va a cambiar lo que ya pasó. Sólo nos tortura.
Se quedó pensativo, afirmó con su cabeza y dejó de tocar la guitarra para encender un cigarro que de inmediato se llevó a los labios.
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Dear Daysi
Teen FictionUna NO relación complicada es la de Maite y Rafa. Unidos y a su misma vez separados por una misma persona: Daysi. Después del trágico accidente que le quitó la vida a Daysi, Maite, su mejor amiga y Rafa, el amor de su vida, se reencuentran meses d...