Dear Daysi

21: Relación

CAPÍTULO VEINTIUNO.

1 de Junio.

Diego me espera en la entrada de la universidad. Lo ha estado haciendo últimamente.

He estado pensando demasiado en nuestra relación. O lo que pueda llegar a ser de ella. Y yo a Diego lo quiero, así que decidí que darnos una oportunidad no está para nada mal.

—Hola, Maiteee. —me saluda alargando mi nombre.

Siempre me recibe con una sonrisa. Y me gusta un montón su buena energía de cada día. Siento que es lo que necesito, en realidad. Yo por dentro me siento un poco rota desde que perdí a la persona que, probablemente, haya sido mi alma gemela. Y Diego es toda la estabilidad que necesito en este momento.

El pelinegro me da un beso en la boca que recibo con gusto. Le doy un abrazo y después de eso entramos. Hoy compartimos la primera clase.

Han pasado un par de semanas desde la primera vez que Diego y yo nos besamos. Así que, cuando intenta darme la mano mientras nos encaminamos hacia el aula, dejo que lo haga.

Y parece ser el momento ideal para que Rafa venga del pasillo y nos vea. No puedo evitar mirarlo. No hemos vuelto a hablar desde la última vez que le dije que no estaba haciendo las cosas a propósito. Veo que sus ojos nos observan de arriba abajo y que, por algunos largos segundos, se quedan estancados en la unión de mi mano con la de Diego.

Finalmente, su vista vuelve al frente y no volvemos a cruzar miradas.

Por, al menos, dos semanas en que trato de buscar su mirada. Me sigue preocupando si está bien, si sigue comiendo... al menos tengo la certeza de que está tratando de reacomodar su vida viniendo a estudiar lo que le apasiona.

Pero de pronto me siento un poco triste por no poder cumplir mi promesa de ayudarlo a salir adelante.

De cualquier manera mi día mejora, porque después de la clase con Diego la que sigue estoy sola, y es donde conozco a Luciana. De casualidad nos sentamos juntas y no paramos de hablar en toda la clase. 

Así que al menos, ese día, no todo es tristeza.