12: Sentimientos

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CAPÍTULO DOCE.

21 de Marzo.

—Deberías recuperar tu trabajo. —aconsejé. Y aunque no lo estuviera mirando supuse que blanqueó los ojos.

—No tengo ánimos para trabajar, Maite. Por suerte tengo fuerzas para... para venir aquí todos los días y hablarle un poco. —confesó.

—Y si... ¿Y si vamos juntos a la escuela de artes? —chillé, cuando sentí que la idea era buenísima—. Sé que no te gusta pintar, pero lo tuyo es la música... Podrías intentarlo, Rafa. Es una buena distracción, lo prometo. Sé que es tu pasión.

—Pasión o no pasión, está muerta dentro de mí. Sólo quiero... tocarle canciones a ella. No más.

—Rafa... —susurré, tocándole el hombro—. Prometí ayudarte a estar bien. Sé que duele y que probablemente jamás dejará de doler, pero necesito que pongas de tu parte.

No dijo nada. El ambiente quedó en completo silencio. Hoy no había despertado tan comprensiva como todos los días. Hoy estaba un poco enojada de lo que la vida le estaba haciendo a Rafa. Pero también de lo que él se estaba haciendo así mismo.

—Nos vemos, Rafa. Espero que estés bien.

Me levanté, sacudí mis pantalones y comencé a caminar hacia la salida. Pero fue cuestión de segundos que Rafa me tomara del brazo y me diera media vuelta para mirarlo a la cara.

Y me desesperé. Me desesperó la manera en que se agitó mi corazón, la forma en que mi brazo tembló al sentir su mano sobre él, la forma en que me miraba, como si le hubiera pasado exactamente lo mismo que a mí. Me desesperaron sus ojos sobre los míos.

Rafa me soltó como si mi brazo quemara. Como si esto estuviera mal.

Y yo, sin decir absolutamente nada, me fui con rapidez.

Y él, anonadado donde lo había dejado, se quedó con la vista perdida, pensando.

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Ya empieza lo bueno 7u7

Dear DaysiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora