15: Dear Daysi

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CAPÍTULO QUINCE

15 de Abril.

Pasó un mes hasta que por fin todo volvió a la normalidad. Mis mañanas se las dedicaba a Daysi y cambié mis horarios en la escuela de arte para asistir por la tarde. Ya no volví a ver a Rafa. Y era lo mejor que podía estar sucediendo.

—Y el otro día, en el instituto de artes, un chico me pidió mi número celular —sonreí, mientras le hablaba—. Pero no se lo di. ¡No sé por qué no se lo di! Es lindo, amable, respetuoso y siempre me ayuda cuando no tengo inspiración. A él le ayuda la música, así que me hace escuchar muchas canciones. Algunas no me gustan, otras las detesto, pero por suerte siempre hay alguna que logra inspirarme.

Arranqué pedazos de pasto que estaban al alcance de mis manos y recordé la sonrisa de Diego.

—También nos están enseñando muchas técnicas —volví a hablar—. Por ejemplo, cómo hacer rostros con pintura diluida en agua.

Tomé la mochila y de dentro saqué un pequeño cuadro que había hecho el día de ayer. Era de Daysi. Había pintado la mitad de su rostro con un fondo de cielo detrás. Hice su cabello largo como ella solía llevarlo, sus ojos azules y perfilé su nariz justo como era la de ella. Si bien todavía estaba aprendiendo, sentía que ese cuadro reflejaba mucho más que una pintura.

—Pero siento que esto no es suficiente. Jamás será suficiente y jamás podré decirlo en voz alta.—confesé.

Saqué un lápiz blanco de punta gruesa y busqué, en el retrato, el lugar perfecto para escribir: "Dear Daysi". Luego, con un color azul, como el de su mirada, remarqué las letras por dentro.

—Sé cuánto amabas el inglés.

Dear DaysiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora