Another 20 Songs |AllxSteve|

Track 19: ♡ Tu Funeral ♡

TÍTULO: Tu funeral -Mägo de Oz

RESUMEN: El abogado Stephen Strange jamás le ha dicho que 'no' a un reto. Y cuando llega Anthony Stark, en compañía de su padrastro, Steven Rogers, a pedirle ayuda, lo toma como algo personal. La dificultad del caso depende de jugar con el sentimentalismo y con que Steven diga la verdad.

PAREJA: Stoward (StevexHoward).

ACLARACIONES: Domestic! AU; Law! AU; Young! Tony; Skinny! Steve. Basado en el capítulo 4 de la primera temporada de "How to get away with murder".

ADVERTENCIAS: Violencia doméstica; Secuestro; Pérdida de uno mismo; mucho sentimentalismo; muerte de personaje; asesinato; brújula moral sobre violencia doméstica y abuso conyugal; violencias física y psicológica; maltrato; abuso de poder; abuso físico, psicológico y manipulación con amenazas; violencia explícita; violación; insinuaciones suicidas por causa de depresión; cobardía por miedo; varios cuadros clínicos mentales delicados; corrupción y manipulación de documentos; terminología de leyes de Estados Unidos, basados en el código penal de Pensilvania; one-shot largo.

Sin más, ¡a leer~!:

~*~

El abogado Stephen Strange jamás ha tenido miedo de un reto. Jamás ha perdido un solo juicio. Porque sabe qué es lo que vale el prestigio y el lugar más alto en la jerarquía de los estrados. Trabajó muy duro desde que tiene memoria para estar donde estaba. Nada ni nadie jamás pudo detenerlo y siempre ha sido un hombre frío y calculador. Que no se deja doblegar en el momento más culminante de sus casos. Siempre ha logrado hacer valer su trabajo, su habilidad y sus conocimientos como nadie más. Era reconocido en los estrados por su actitud fría, déspota y completamente decidida.

A él jamás podría escapársele un solo detalle. Sabe preparar todos y cada uno de sus juicios con las mejores evidencias, los más puntuales testigos y las preguntas perfectamente preparadas. Todo ello, con el propósito de saber manipular las verdades y redirigir la carrera a su favor. No le interesaba si sus clientes eran realmente culpables o no; a él le daba igual ese aspecto. Él solamente se encarga de hacer valer su trabajo y ganarse tantos enemigos como la envidia pueda ofrecerle. Bien, que así sea: él seguiría venciéndolos y pasando por encima de sus patéticos berrinches. No importaba dónde, no importaba cómo, Stephen Strange era capaz de hacer todo tipo de movimiento para volver un juicio en un verdadero reto para sus contrincantes.

Puede ser un hombre que haya matado a un compañero de trabajo, haciéndolo parecer suicidio, o podría tratarse de una mujer inculpada por desviación de fondos y lavado de dinero completamente ajena esas circunstancias. No importa. Podría ser cualquiera, Strange igualmente, si veía que el caso era un verdadero reto y podría demostrar por qué era el mejor en su trabajo, lo tomaría. Cuando sus clientes saben lo que quieren y se lo plantan de frente, él sería complaciente. Sabe ganar por cualquier medio. No había manera en que algo se le escape.

Tiene más de diez años en los tribunales y enfrentando todos y cada uno de los retos que se le han puesto encima. Daba igual lo que se dijera sobre él en los pasillos. Lo mucho que los demás abogados han llegado a odiarlo. Realmente le daba igual: lo que le importaba era el beneficio de sus clientes y cumplir lo que ellos le piden y mucho más. Viajar al mismísimo infierno para poder romper cadenas y hacer tratos con el diablo por la libertad. La justicia así trabaja, con aquellos que saben manipularla de la mejor manera. Esa idea de la procesión basada en los derechos y códigos constitucionales no es más que una mentira utópica para los enfermos de ignorancia.

Y cuando Everett Ross, su mano derecha, llegó a él aquella mañana con ese gesto estoico pero ligeramente molesto, le dejó en claro que se trataba de algo que va más allá de sus estándares. Porque la ética y moral de Strange era de dudosa procedencia; pero jamás ha sido un maldito que no reconoce el bien y el mal. Fuera de sus trabajos y sus deberes, sabe que su brújula moral siempre está en constante crisis. Que sabe que hay cosas desagradables y hermosas. Pero nada de eso se admite en el derecho cuando se trabaja por una constante crisis de moralidad en labios fríos y justicieros ciegos. Dirigiendo sus acciones y atormentando sus noches sabiendo que lo que hace puede ser peor que invocar a la misma piel del diablo.