Como declararse a Bakugou sin morir en el intento

Earl Grey

Tn estaba emocionada, varías veces recibia visitas de compañeros y amigas, pero era la primera vez que la visitaría Bakugou.

Y sabía que así sería porque su intuición de mujer se lo decía.

Se miró al espejo, dándose cuenta la enorme alegría que su mirada expresaba. Demonios, se dijo, realmente se estaba enamorando, y no importaba cuanto se repitiera a si misma que no sintiera, que no lo pensará.

Simplemente lo veía y no podía olvidarlo más. Solo quería que se quedará a su lado.

Como si eso fuera posible...

¿Sería posible que él alguna vez la amará de verdad?

Y entonces

Tocaron el timbre.

El rubio estaba en la puerta, miraba a un costado, como si estar parado allí le doliera en el orgullo. Quizas así fuera, pero se alegró de que aún así viniera.

En ese momento la miró, y sus ojos le provocaron un sentimiento tan profundo que el tiempo se detuvo entre el intrigante color rubi que la inundaba, y ya no supo que sucedió después, solo que él le sonreía con burla.

— Hola fea.

— Hola rubia.

— Me diste lastima así que vine.

Tn sonrió, era tan... él.

— Oh vaya, me siento halagada. Pasa, por favor no explotes nada.

Katsuki echó una mirada, era una casa bonita, hogareña y decorada con un estilo elegante y femenino. Las paredes eran embellecidas con adornos manuales.

— La mujer de mi padre tiene buen gusto.

Comentó la chica al verlo analizar el ambiente.

— No lo sé, es todo demasiado luminoso.

— Oh por supuesto, imagino que tu cuarto debe ser una cuna de murciélagos.

— Imagino que tu cara se vería mejor con unas cuantas explosiones.

Tn sonrió.

— En fin, ¿qué quieres hacer?

— Tengo hambre.

— ¿Viniste a comer, verdad?

Seguida por el chico, entró en la cocina, sacó algunos snacks que solía guardar para los maratones de anime y té.

Miró la caja de té decidiendo cual debería ofrecerle a alguien como Bakugou.

— Tienes muchos allí.

Curioseó el rubio.

— Si, beber té es uno de mis pasatiempos. Me calma mucho, me permite pensar mejor.

Finalmente se decidió por el té Earl Grey, supuso que la intensidad del sabor le gustaría a Bakugou, dudó un poco por la fragancia pero era la mejor opción. Rebajó el refrescante sabor cítrico con unas gotas de leche y lo sirvió.

— ¿Sabes...? Hace unos días que estoy hablando con una chica por unas extrañas notas...

Tn apretó la taza de té, tensa...