Como declararse a Bakugou sin morir en el intento

El suceso del centro comercial

— A ver, date la vuelta. — Tn movió su dedo en forma de círculo.

— ¡Deja de fastidiarme! — Aún así, Bakugou dió una vuelta sobre si mismo con los brazos extendidos y una expresión que asustaba a la gente de la tienda.

— Mmm no, la que sigue.

— Pues yo creo que esa le queda excelente, señorita. — La empleada miraba nerviosa al par, mientras sostenía varias prendas en sus brazos.

— No es para él, es para mi papá, tienen casi el mismo talle. También creo que le queda muy bien, pero no es el estilo de mi padre. — Le explicó con simpatía a la chica. — La que sigue, Bakugou.

Maldiciendo y pateando en el aire, el rubio se metió en el vestidor y cerró la cortina bruscamente, más tarde arrojó fuera la camisa que anteriormente se había probado, la empleada la atrapó con dificultad.

Luego de un par de pruebas de vestuario más, Tn finalmente decidió que una camisa no era una buena idea como regalo, Bakugou casi la estrangula allí mismo. Aún así, Tn compró dos para Bakugou -camisas que claramente él no pensaba ponerse en su vida- pero era para dejar contenta a la pobre chica que les había tocado atenderlos.

— Ya te dije que lo siento.

— ¿Lo sientes? Estuviste como dos horas usándome como un maldito muñeco para que al final no te lleves ninguna prenda para tu viejo. Además todavía no compraste un regalo ¿sabes la hora que es? ¡irresponsable!

Bakugou la arrastraba por el ajetreado centro comercial soltando todo tipo de regaños. Faltaban dos horas para la cena, ellos aún cargaban con las cosas que traían de la residencia, y ni si quiera estaban arreglados.

Finalmente, el chico la soltó frente a una tienda un poco pequeña, Tn lo volteó a ver sorprendida.

— ¿Una vinoteca?

Sintió que podría llorar en ese momento, hace unos cuantos días, le había comentado brevemente que su padre era un gran fanático del vino. Que se acordara de ese pequeño detalle significaba que le ponía atención a lo que decía.

— Apúrate, estamos cortos de tiempo tonta.

Después de que le envolvieran un valioso vino para regalo, ambos salieron dispuestos a ir a prepararse. Comenzaba a anochecer, algunos negocios del centro comercial estaban cerrando, la mayoría se marchaban a casa, otros hacían las compras de la noche a último momento y se movían de acá para allá con prisa. Los que paseaban eran más que nada jóvenes.

De pronto la parsimonia se vio interrumpida por un pequeño escándalo, Bakugou se dio vuelta enseguida, alerta.

— ¡Bakugou! ¡Tn! ¡cuidado! — La lejana voz de Todoroki y Midoriya se oyeron a lo lejos, pero antes de que pudieran reaccionar un tipo encapuchado corría a toda velocidad hacia ellos.

El vino se estrelló contra el suelo, dejando una gran mancha que se mezclaba con la sangre.