Recomendación: leer con alguna canción de fondo como Enchanted, Dandelions o algo así, es un viaje de ida.
Las horas pasan peligrosamente rápido para la desgracia de sus nervios, tenía muchas expectativas y dudas sobre esa noche, y aunque lleno la casilla de mensajes del rubio con mil preguntas (¿A dónde irían? ¿Qué harían? ¿Qué debería ponerse?) Bakugou no respondió ninguna de ellas, solo envió un corto mensaje con una amenaza de muerte, prometiendo cumplirla sino lo dejaba en paz. Así que debió resignarse a que no sabría nada hasta que llegase el momento, intento pasar la noche como lo haría normalmente; se duchó escuchando canciones de señora dolida, se peleó con su padre por la cantidad de tiempo en el baño, hizo una rutina de Skincare que seguramente nunca volvería a hacer, y estuvo dos horas frente al armario sin saber que ponerse.
Finalmente se tuvo que vestir con el pijama porque no pensaba explicarle a su padre que hacía con ropa de calle cuando debería estar preparándose para dormir, mientras la casa comenzaba a volverse cada vez más silenciosa, descubrió con horror que su padre seguía sentado en la sala de estar con la computadora en la mesa y los lentes bien colocados.
— Esta muy enfocado en esa novela que escribe, creo que hoy dormiré sola. — Le comentó su madrastra al descubrirla mirando a su padre. Tn volvió a su habitación un poco preocupada, lo más probable es que el hombre escribiera hasta tarde y finalmente se quedará dormido en el sofá, tal como había sucedido otras veces, pero uno nunca sabía. ¿Qué tal si terminaba de escribir y subía a dormir? Solo bastaría un vistazo a su cuarto para descubrir que ella no estaba ahí. Suspiró y negó con la cabeza, que sea lo que Dios quiera.
Para hacer mejor su teatro de noche como cualquier otra, apagó la luz de su habitación y se cubrió con las mantas, cerrando los ojos para fingir dormir.
Cuando los volvió a abrir, una sensación de somnolencia la confundió, se sentó de prisa en la cama, todo estaba oscuro y ya no se oía ningún ruido. Soltó una exclamación y buscó su celular bajo la almohada, era la una y media de la madrugada y tenía cuatro llamadas pérdidas de Katsuki. Entre maldiciones se levantó de la cama y le regresó la llamada al rubio.
— ¿Ya te despertaste, tonta?
La voz grave del rubio se escuchó del otro lado del móvil, sintió los ojos escocer por el sueño y la culpa.
— Bakugou, perdón, me quede dormida. Lo siento tanto.
— Si tanto lo sientes, sal conmigo.
La voz divertida del rubio la confundió.
— Estoy afuera, ven aquí.
Con el corazón agitado corrió hasta la ventana y movió la cortina, sentado en la acera con una sudadera negra, con el celular apoyado en la oreja, la atrapó con sus ojos rubí, aunque hace tiempo había caído en sus redes, y sonrió.
— ¿Me ves?
— Te veo.
Se calzó de inmediato, advirtiendo la fresca noche se enfundó en un abrigo y bajo precipitamente a su encuentro, sin importarle demasiado nada más que el chico que la esperaba.
Bajo la luz del farol, el cabello de Katsuki brillaba tan intensamente que estaba segura de que las estrellas podrían sentirse opacadas. Viéndolo ahí, su corazón se daba cuenta de la irrefutable verdad, nunca encontraría a nadie como él, si perdía la oportunidad nunca habría una luz tan esplendorosa de nuevo en su vida.
Una exhalación previó las palabras que cortaron el silencio de la calle, y que se quedaron flotando en el aire como burbujas de rosas.
— !Te amo Katsuki, sé mi novio!
Las delgadas cejas rubias se curvaron hacia arriba, no había podido dar ni un paso desde que la chica había llegado a su encuentro. Ella era bonita, tenía un rostro que fácilmente era su tipo, pero cuando Katsuki pensaba en ella lo primero que venía a su mente era su forma de reírse, y como cuando estaba nerviosa peinaba su cabello hacia atrás, el brillo de sus ojos y su reflejo en ellos, era como sus labios acariciaban su nombre al pronunciarlo. Amaba como podía rodear todo su cuerpo con sus brazos, y como su corazón bombeaba y se derretía bajo sus caricias.
Katsuki ya lo sabía, hace bastante, desde que se atrapaba a sí mismo perdido en ilusiones del futuro, donde él era el mejor héroe, y a su lado siempre estaba ella.
Recorrió los pasos que los separaban, Tn parecía contener el aliento, estaba despeinada, en pijama y sus pies calzaban distintas zapatillas. Sus labios de cereza estaba ligeramente separados y sus mejillas rosas. Su mano se deslizó por su rostro en un tacto delicado, esa noche sus ojos parecían caramelo fundido.
— Qué apurada eres, no esperaste a la sorpresa. —
La cálida risa acarició el alma de la chica.
— ¿Sorpresa?
Bakugou tomó su mano y comenzó a caminar, la calle estaba húmeda y las luces nocturnas brillaban en el cemento mojado de rocío. No preguntó nada, solo disfruto del aroma a gotas de agua, la luz de la luna en un cielo oscuro y la calidez que emanaba de la palma de su mano.
Pronto las casas y los edificios desaparecieron y la calle se convirtió en una ruta, deambularon un poco más antes de pisar un camino de tierra rodeado de pinos muy altos y viejos. Las nubes pasajeras cargadas de lluvia ya habían despejado y las estrellas dejaban ver orgullosamente su brillo.
El sendero desembocó en un claro taciturno, toda la luz parecía concentrarse en las flores que decoraban el suelo, eran rosas de un blanco degradado a azul que emitían un destello radiante. En ese lugar el tiempo parecía detenerse, y por un momento sintió que el resto del mundo simplemente se había evaporado.
Se internó en el jardín, sus dedos acariciando los suaves pétalos cubiertos de lo que tranquilamente podría ser polvo de hadas, se embriago con los aromas mezclados de la lluvia, la tierra húmeda, el pino, las rosas y el olor propio de Katsuki. Hacia el final, bajo un frondoso árbol, se erguia un delicado banco de color crema.
Cuando se sentaron con las manos entrelazadas, apoyó la cabeza en el hombro de Katsuki y este sonrió. Le agradecía mucho que la llevara a ese maravilloso lugar, iba a decírselo cuando de pronto él habló con una mirada solemne:
— Acepto. Pero tengo una condición.
Tn levantó la cabeza, sintiéndose prisionera de aquella celda escarlata.
— Qué sea para siempre.
— Para siempre entonces, mi amor.
Y sus labios se perdieron en un beso de miel, suave como la seda.
Fin.
// AAAAAH, devuelvanme a cuando empecé a escribir esta historia. Estoy muy triste, hace mil que tengo la mayor parte escrita pero como no sé SOLTAR, no lo terminaba. Pero todo lo que empieza tiene un fin (menos la relación de ellos), así que si, por fin les traigo este capitulo final, no me quemen.
Puede que tenga errores, la verdad no lo quise releer y corregir por miedo a que se pierda la magia que sentí al escribir desde el fondo de mi corazoncito. Realmente es una historia que disfrute muchísimo escribiendo y que amo un montonazo.
Muchas gracias a todos por acompañarme en este proceso y por tenerme paciencia. Los tkm. Nos vemos pronto para el epílogo besitos
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Como declararse a Bakugou sin morir en el intento
FanficBakugou Katsuki tiene una personalidad explosiva y peligrosa. Pero eso no evita que Tn se enamore de él. Por supuesto decirle a la cara que está colada por él es una pésima idea. Quizás la mejor forma de acercarse a él sea -ironicamente- de lejos...