Cap. 28

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Las cartas de Reyhan para el príncipe llegaron a sus manos en pocas horas, el guardia se encargo de entregarlas personalmente al príncipe Bayezid.

Bayezid recibió las cartas de una forma no muy respetuosa por la autora de dichas cartas.

Cómo se sabe, el príncipe Bayezid y la Sultana Mihrimah son demasiado unidos entre todos los hermanos su relación destaca. Bayezid cuando ya tenía las cartas las llevó a sus aposentos, ahí se encontraría con una de sus más grandes e importantes confidentes, su hermana la Sultana Mihrimah.

-Bayezid- Mihrimah lo miró -¿Podemos hablar?- puso su mano en el hombro

-Si es sobre Reyhan olvidalo- quito la mano de su hermana para dirigirse así mesa/escritorio, abrió una caja de madera con detalles en oro y plata, ahí dejo las cartas de Reyhan y cerró la caja -No quiero saber de ella-

-¿Y esas cartas?- Mihrimah señaló la caja

-No son importantes para mi- dijo frio mirando a otro lado -Sabes... Si tenemos que hablar los dos-

-Dime- Mihrimah posó su mirada en su hermano

-¿Realmente este era tu objetivo al mandar a Reyhan aquí?- la miró con unos ojos que expresaban tristeza y furia a la vez -Ahora mismo creo que la persona que mato a Hurichian fue Reyhan- bufo mientras volteaba su mirada a otro lado -Estaba actuando bajo tus órdenes ¿no es así?-

-Crees en lo que mi madre dice ¿Cierto?- Mihrimah lo miró con tristeza -Lo que pasó yo no lo ordené- coloco nuevamente su mano en el hombro de Bayezid mientras este le daba la espalda -Pero tampoco creo que haya sido Reyhan la culpable de todo esto, tu y yo sabemos que Reyhan amaba a tu hija- quito su mano, se dio la vuelta para retirarse -Espero que lleves a cabo una investigación sobre el asunto y no caigas en los juegos de la Sultana Hürrem- fue lo último que dijo antes de retirarse de los aposentos

Bayezid se sentó en la silla de su mesa, frustrado por lo que dijo su hermana, aunque en cierta parte tenía razón, tenía que llevar una investigación sobre los hechos.

Por otra parte, Sadika y Efsun aún seguían en recuperación, ambas aún no podían moverse del todo y no podían hablar mucho por los golpes que recibieron cerca de su cuello. Las doctoras cuidaban de sus heridas para que sanaran lo antes posible.

El príncipe Bayezid estaba al pendiente del estado de salud de ambas criadas, lo cual apuntaba a que se recuperarian antes de lo pensado.

Por otro lado la Sultana Hürrem y la señorita Nürbanu metían aún más cizaña para culpar a Reyhan, a ninguna de las dos le agradaba y le convenía la precencia de esta.

-Deberian ejecutar a esa mujer, es un peligro tenerla cerca, matara a las criadas del Viejo Palacio- Hürrem dijo en precencia del Sultan, sus dos hijos, Nürbanu y la Sultana Mihrimah

-Apoyo a la Sultana Hürrem, no se sabe que quiere lograr matando personas en el Palacio, no sabemos sus problemas mentales para hacer eso- Nürbanu dijo en apoyo a la Sultana, Mihrimah estaba apunto de responder pero fue interrumpida

-¡BASTA!- el Sultan les grito mirando a ambas mujeres molesto -Bayezid será quien tome la decisión final- miró a su hijo -Espero que hagas las cosas con justicia Bayezid, yo no quiero un hijo que es cegado por la rabia, coraje o mentiras- dijo seriamente a Bayezid -Quiero que hagas todo para saber si esa criada es culpable de la muerte de mi nieta, y si no es ella, la persona responsable será castigada con la muerte- volteo la mirada a Hürrem y a Nürbanu -Y no me importa quien sea o el puesto que tenga esa persona- Hürrem lo miro mal y Nürbanu volteo la mirada a otro lado

-Con su permiso padre, quisiera retirarme de aquí, iré a ver que Ayse este bien- Mihrimah se levantó de su lugar mirando al Sultan, el cual asintió, Mihrimah salió del lugar dirigiéndose a sus aposentos asignados donde esperaba su hija, dejando a los otros miembros en el mismo lugar

𝑹𝒆𝒚𝒉𝒂𝒏 𝑺𝒖𝒍𝒕𝒂𝒏 (EN EDICIÓN.) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora