Cap. 31

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Bahar junto con algunos de los guardias bajaron las pertenencias de Reyhan, todo lo subieron al otro carruaje.

Era la hora de partir a Amasya, Bayezid ayudó a subir a Reyhan y a Mihrimah al carruaje más grande. En todo el camino nadie dijo ni una sola palabra. Mihrimah preocupada por el estado en el que se encontraba Reyhan, Bayezid sintiéndose culpable por la pérdida, y Reyhan con la mirada perdida en todo el transcurso del viaje.

Tal y como se esperaba, llegaron antes del amanecer a su destino, el cielo empezaba a pintarse de azul con los rayos del sol. Los carruajes se detuvieron en la entrada del palacio. El primero en bajar fue Bayezid, seguido de la Sultana Mihrimah.

-Guardias- habló Bayezid -Bajen todos los cofres del carruaje, y digan a una de las criadas que preparen unos aposentos para Reyhan- Bayezid miro a los guardias

-Yo ordenare que preparen los aposentos- habló Mihrimah -Tu tienes que hablar con Reyhan- puso su mano   en su hermano para después adentrarse en el Palacio

-Reyhan- Bayezid volvió la mirada a Reyhan -Vamos, baja ya- Reyhan se puso de pie para bajar del carruaje, Bayezid ayudó a bajarla -Vamos al jardín- tomó a Reyhan del brazo

Bayezid y Reyhan comenzaron a caminar a uno de los jardines, se dirigieron a la fuente que había a la mitad del jardín.

-Su alteza- Reyhan al fin hablo -¿Porque no respondió las cartas que envié?- miró al príncipe -Todo el tiempo que estuve en ese lugar, sentía que moría lentamente, hasta el día que supe de mi embarazo- bajo la mirada -Y perdí lo que aún me mantenía con vida-

-Debes odiarme por no contestar las cartas- miró a Reyhan -No podía contestar tus cartas o ir a verte cuando supe de tu embarazo, tenía que esperar a que las dos criadas heridas dieran su palabra- mintio sobre qué había leído las cartas -Y por ese embarazo que no resultó, no debes estar triste- miro a Reyhan fijamente a los ojos tomando sus manos -Cuando resultes embarazada otra vez juro por Allah protejerte de todos, y cuando nazca mi hijo o hija la cuidare más que a mi propia vida- beso la mano de Reyhan para después abrazarla

-¿Puedo ver a Sadika y a Efsun?- Reyhan miró al príncipe

-Podrás verlas por la tarde, ahora tienes que descansar- Bayezid hablo firme -Vayamos adentro, no quiero que enfermes- dijo sonriendo

Ambos entraron al palacio, Mihrimah ya tenía listos los aposentos de Reyhan, Mihrimah esperaba por ellos para llevarlos a dicho lugar. Los llevó a uno de los aposentos más grandes del Palacio, estaba cerca del harem y de los baños lo cual era genial porque así podía ver seguido a sus amigas.

-¿Que te parecen?- Mihrimah preguntó a Reyhan

-Son lindos, Sultana. Muchas gracias- sonrió mirandola

-Bien, iré a guardar mis cosas, hoy me regreso a mi Palacio- miro a su hermano -Cuidate y cuida de Reyhan- dijo para salir del lugar

-Por la noche quiero que vayas a mis aposentos a cenar- Bayezid tomo el rostro de la chica -Ahora trata de descansar, tengo que encargarme de otro asunto- salió del lugar dejando a Reyhan sola en el lugar

Bayezid en cuanto  salió del lugar se dirigió con su hermana la Sultana Mihrimah. Entró a sus aposentos, tal y como dijo se encontraba guardando sus cosas para irse del Amasya.

-Mihrimah- Bayezid habló haciendo que su esta se volteara -Creo que te eh fallado- miró a su hermana

-¿Porque lo dices? Después de lo que paso era tu deber hacer lo que hiciste, hasta que se aclarara todo- miró a su hermano -Pero aún no entiendo como fue que no llegó la noticia del embarazo de Reyhan- hizo una expresión de confusión

𝑹𝒆𝒚𝒉𝒂𝒏 𝑺𝒖𝒍𝒕𝒂𝒏 (EN EDICIÓN.) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora