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—Buenos días.— Dijo a la nada el médico mientras se estiraba. Le dolía la cabeza a causa del alcohol de la noche anterior. Abrazó su almohada un momento más, quería seguir durmiendo y apagar el sol para ello. Aún así tenía que trabajar en la tarde y ayudar a acomodar el poco desorden de su tal vez mal llamada "fiesta." Por lo que talló sus ojos esperando despertar completamente. —Mi poder como adulto es seguir con mi vida destruido por dentro.— Se levantó por pura fuerza de voluntad y bajó al primer piso, la escena que halló fue lo que se podría describir como algo desusado.

Muebles desacomodados y volteados, cuadros tirados, botellas de vidrio rotas con los cristales esparcidos en todas direcciones lo que no dejaba lugar a dudas, había ocurrido una pelea en ese lugar. "Parece que continúa" Vio a sus amigos sentados en la mesa del comedor con sus miradas clavadas en ellos mutuamente, esperaban que uno cediera y el otro declarara la victoria.

Ver pelear a la pareja no era algo normal, claro que lo hacían de vez en cuando, pero el ambiente que tenían esos dos en ese momento era de seriedad total, cosa para nada común.

—Al parecer ambos Romeos despertaron de malas.— Soltó el comentario, no se inmutaron. Fue a la cocina por un vaso de agua encontrándose con la ventana hecha trizas —¡Ustedes dos! ¿¡Cómo rompieron la ventana!?— No podía creer las conjeturas que creaba su mente.

—No lo hicimos nosotros.— Dijeron a la par en la otra habitación de forma neutral. "Ya me están hartando." Llenó el vaso con agua, la bebió y volvió a llenar unas diez veces más antes de regresar con los menores.

—Muy bien ustedes dos.— Se sentó en una silla a la mitad de la mesa mientras colocaba su vaso al frente y cruzaba los brazos —¿Qué pasó?—

—Un extraño se metió a la casa anoche y tuvimos un enfrentamiento con él ... O ella, no sabemos, fuimos superados porque no podíamos ver. Killua dice que debemos llamar ahora a Kurapika solo por una carta que no deja que lea.— Dijo rápido para después mostrarle la lengua a su pareja.

—¿Qué dice la nota, Killua?— Sobaba sus sienes, la cabeza lo mataba.

—A grandes rasgos que no nos enfrentamos a una banda criminal, solo es una persona que viene por Gon y, aunque eso podría significar que el peligro es menor, es todo lo contrario. Por lo dicho en la carta sabe que somos ex hunters de alta categoría rebajados.— Apretó su puño. —Nadie en la ciudad debería saber eso. Los hunters de rangos inferiores no sabían con seguridad nuestras estrellas o clasificación, y aquellos que sí las sabían incluso yo confío que no harían algo tan bajo como esto.—

—Incluyendo a...—

—Incluyendo a Palm. Arreglamos las cosas entre los tres y además de mimar a Gon con pasteles o galletas cada vez que vamos a la central a visitar a nuestros amigos, no hace nada más. Creo que incluso ahora soy capaz de llamarla amiga.— Subió y bajó los hombros como un claro gesto de "no me importa" ante su pareja que seguía mostrándole la lengua. —Aparte de que lo que sentí no era la impulsividad de un alma como la de ella o Gon, era algo más frío y calculador... Afilado.— "Fue como ver a mi antiguo yo." Y eso le asustaba al saber el contenido de esas letras en el papel, no podía haber alguien que lo entendiera tan bien como para ver algo como eso.

—Lo que quieres decir es que quien conozca esa información debe ser alguien de alto nivel o algún infiltrado ¿No?— El albino asintió —¿Cuál es el problema Gon? Suena como algo que realmente requiere que le hables a Kurapika.—

—Quiero leer esa carta.— Puso sus manos sobre la mesa para tomar impulso y levantarse aún sin despegar la mirada del par azul —Debe haber más opciones, y si no las hay tengo derecho a leerla. Esto nos incluye a ambos y él no confía en mí.—

Acosado [Killugon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora