Acosado [Killugon]

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El frío atravesaba su piel causando que humedeciera sus labios con su lengua, provocando el efecto que deseaba evitar junto con una ligera herida de la cual brotó una gota de sangre que devoró casi al instante. Con cuidado de no lastimar más sus manos sacó su celular, activó la cámara y un flash iluminó el rostro tan pacifico de cierto platinado. Esa foto la envió a aquella persona de apariencia felina que la había solicitado dando por terminado su parte del favor, casi al instante su mensaje fue respondido con bastantes burlas y malos chistes desde su percepción.

"¿Te cazaste a ti mismo?" Leyó y guardó su celular. Eso lo había molestado.

Miró el rostro de ese chico. Sintió envidia. Sin importar su condición, una de sus manos sacó sus largas y filosas uñas apuntando al cadáver. —Es tan asqueroso que te veas tan sereno.— Dio un paso al frente. —Incluso muerto me vas a significar un problema, y el que me dejaste en vida no lo quiero afrontar.— Pateó la mesa de disección causando que las ruedas que contenía rechinasen de forma aguda en ese solitario lugar. De un salto se posicionó encima del otro, puso su pie contra el pecho del cuerpo, afirmándose a sí mismo, de alguna forma, el lugar que le correspondía. —Si ese día te hubiera matado no tendría tanto miedo.— Sus rasgos se fruncieron y unas lágrimas se acumularon en esos zafiros que con fuerza y odio captaron la imagen frente a él causando que sus uñas por fin tocaran la superficie de la otra blanca piel. —No me calma que estés muerto, tu presencia nunca debió estar aquí. Tú habías perdido, Gon te defendía con eso, con que simplemente eras un pobre desdichado que pasó por una tragedia.— Su mano invadía la caja torácica cada vez más —¡Como un perro abandonado!— No estaba siendo cuidadoso causando que su siempre fino trabajo se convirtiera en un brote de sangre. —Todo este tiempo comparándonos, preguntándome cosas sin respuesta. Tú, hablando con superioridad en ese encuentro ¡cuando eras el menos indicado para hacerlo!— Sintió el órgano muerto, pero vital, en su mano. Comenzó a llorar. —Lo odio, odio que lo haya hecho. Porque ahora siento que tiene razón... Abandonado, me siento de la misma forma en la que tanto se empeñó en describirte.— Sintió como su mano destruía el corazón. —Si tú no hubieras aparecido yo estaría trabajando, él también, nos quejaríamos del tráfico. El volverme a sentir culpable por lo dicho a mis hermanas estaría muerto hasta el día de mi cumpleaños, no sentiría que me ahogo.— Sacó su mano manchando aquella fría mesa de metal. —Nunca fuiste yo, ¡Jamás!— Su pierna a un lado de la "durmiente" cara, y su cuerpo inclinado para verlo mejor mientras le gritaba.

—Te cazaste a ti mismo.— Los pálidos labios sin vida se movieron, y una aspiración corta de sorpresa se dio como respuesta. —Yo soy tú, solo que mejor.— Sintió como, de la nada, su cuerpo era estrellado contra la mesa, sentía que ahora él era el cadáver mientras las garras de "Kill" apuntaba a su cuello. —Te ves demasiado patético, ¿me vas a culpar de tus problemas? ¿No sé sintió bien sacar eso de tu pecho?— La habitación comenzaba a desaparecer dejando a ambos sumidos en una infinita y brillante oscuridad. Como si fuera un teatro, una luz alumbraba a ambos cuerpos, siendo estos el centro de atención. —¿No te liberé de ese pesar? Ahora eres transparente con él, sin nada que ocultar que te atormente. Solo te molesta que no sabes pedir perdón, crees que tienes algo muy grande que saldar, ¿no es así?— Finalmente el cadáver abrió los ojos, en vez de visualizar un profundo azul, uno más claro apareció, y ese cabello plata pasó en un segundo a tornarse de un puro blanco. —Soy patético, culpando a un pobre muerto de esto.— Sus garras en su pecho abriendo la carne, ambos, o mejor dicho, solo uno dividido en dos, en su forma más natural sangrando. —Killua, mírame, seguimos llorando como unos pequeños bebés.— Las lágrimas caían sobre el otro indefenso rostro.

—Me estoy ahogando, y no tengo salvavidas.— Sujetó esa cara llorosa. —No sé qué haré. Mi perdón no puede ser solo de palabra, ésta está manchada, y lo único que creo podría funcionar me aterra.—