Extra II

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Kurapika se sentó en el gran sillón a la par que se encontraba escuchando al adolescente hablar de un nuevo libro que leía, reía viendo lo fascinado que se hallaba el castaño de cómo la princesa de la luna defendía a todos con su poder mientras luchaba con su propio destino. Era agradable tomarse unos días de vacaciones y sentirse, de alguna forma, en casa. Repentinamente, y sin molestar las palabras y la narración del pequeño, un moreno tomó su lugar a lado del rubio hombre, le extendió los brazos y el otro dejó caer su peso sobre él en una especie de ligero abrazo.

—¡Hey!— Pairo cruzó los brazos. —Si van a empezar así mejor hablo después.—

—¿Cómo supiste que había llegado? No hice ruido desde la habitación hasta acá.— Leorio miró con incredulidad al ciego que llevó un dedo a su mejilla para fingir pensar.

—Cuando te levantas bostezas como abuelito y eres tan alto y poco ágil que obviamente soy capaz de escuchar tus pasos.— Subió y bajó los hombros ignorando que el cuarto se hallaba a varios metros del lugar.

—¡Eres un mutante! ¡Como un superhéroe!— El menor rió. "Aquí los mutantes son ustedes."

—Claro que no, solo soy ciego.— Bromeó. Con cuidado se levantó y luego sujetó su bastón. —Bueno, no los interrumpo en su tiempo de calidad. Que Leorio venga a la casa es muy difícil y Kurapika necesita tu atención, te extraña mucho.— Comenzó a caminar fuera de la sala.

—¡Pairo!— Las mejillas del Kurta se cubrieron de rojo, solo le reclamó al adolescente por abrir la boca, no era como si estuviera mintiendo.

—Lo sé, soy el mejor.— Me voy a leer porque si no nunca sabré qué pasó con Serena... Oh, y si salen.— Señaló donde sabía se hallaba la pareja. —Quiero a Kurapika aquí a más tardar a las doce para dormir, no quiero que muera a los cincuenta por alguna enfermedad o se vuelva loco, la falta de sueño hace daño y él siempre se desvela.— El médico levantó las manos afirmando la paz mientras asentía y le daba la razón.

—Prometido, no puedo hacer nada si tú lo dices, pero nosotros no somos los que nos vamos a ir.— El adolescente alzó una ceja por tan raro comentario. —Hoy tú tienes tu pijamada con esos dos, ¿no es así? Ya sabes, el otro par de mocosos.— Era una sorpresa, el castaño brincó en su lugar para luego preguntar si era cierto, recibió un sí por parte del moreno. Lo más rápido que pudo fue hasta ellos buscando a Kurapika con sus manos, al sentir el largo cabello lo tomó de los hombros.

—¡¿En serio!? ¡Si me está jugando una broma lo voy a echar de aquí y no me importa si afecta tu sueño!—

—Pequeño traidor.— Dijo completamente ofendido el médico.

—Debes darle las gracias a Gon, también a Leorio. Aunque hay reglas, me vas a hablar una vez estés con ellos y no te meterás en nada demasiado arriesgado. Me cuesta decirlo, pero sí uhm... Killua considera que hacer algo es muy peligroso entonces tal vez realmente lo sea.— Cerró sus ojos y frunció sus cejas sintiendo algo de arrepentimiento, realmente los dos más pequeños del cuarteto tenían un significado de "seguro" muy diferente al suyo. —Aún así no te dejes llevar por ninguno de los dos, ambos son demasiado aventurados.— Pairo lo envolvió en un abrazo mientras decía que sí una y otra vez, luego extendió su brazo hacia el médico para poder unirlo a esa pequeña muestra de afecto.

—¡Entonces voy a empacar mi pijama!— Su andar era aún más rápido que antes. Desapareció del lugar dejando a esos dos por fin solos.

—En serio te adoro maldito hombre vengativo y terco.— Lo tomó de la cintura para tirarse completamente de espaldas sobre el largo sillón y obligarlo a caer con él.

—No puedo mantenerlo encerrado siempre, y no puede salir sin vigilancia... Además de que él aún quiere verlo.— Los largos dedos del mayor surcaban los dorados hilos haciendo que el Kurta empezara a relajarse. —Aunque, a decir verdad, que tú y Gon me prometieran que podría golpear a ese bastardo si algo malo pasaba fue lo que me convenció.— Sus ojos se cerraron pues también era arrullado por la tranquila respiración del hombre de lentes que era tan suave como él mismo. "Me creen."

Acosado [Killugon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora