Sus largas y blancas pestañas abriéndose paso a la llamada vida o mundo real. Un pequeño bulto a su lado, uno cálido con la cara babeante y su voz murmurando el nombre de diversos animales lo hizo sonreír. Vio al moribundo sol queriendo invadir la oscura habitación, con sus siempre inaudibles pasos cerró las persianas. "Mientras yo lo esté cuidando ni siquiera la luz podrá molestarlo." Y dicho esto volvió a lado de la persona que más amaba en ese lugar.
No lo abrazó, eso podría despertarlo (según él), solo lo veía sacar ligeros suspiros y limpiaba un poco de la saliva de sus labios con sus dedos. "Eres adorable." Killua siempre se levantaba minutos o horas antes que Gon solo para verlo.
—Te amo.— Se sonrojó un poco al decirlo, cuando estaba "normal" le costaba expresar sus sentimientos. Podían haber estado siete años juntos, pero su corazón se sentía como ese primer "me gustas." —No sabes cuanto te amo.— Acarició el puño cerrado del moreno con un dedo mientras su ligera sonrisa se formaba —¿Tú también lo haces?— Susurró cerca de su oído.
—Amo a... Killua.— Otro murmullo entre sueños, de alguna forma lo había oído. No pudo más, por impulso besó su frente. "No lo despiertes, no lo despiertes." Se repetía, quería abrazarlo y no soltarlo nunca.
El sonido de pisadas en la escalera llamó su atención y lo sacó de su burbuja. En solo cuatro días su mundo se había puesto de cabeza. "Odio estar metido en esta situación." Si el rubio comenzaba a revisar su casa en su guardia no encontraría nada, pero sería bueno para armar un escándalo y dejarlo aún más mal parado frente a Leorio y Gon. Modificando los músculos de sus piernas, una velocidad sobrehumana lo localizó detrás de la fuente de sonido, al parecer eran ambos mayores ya vestidos y preparados para marcharse.
—¿No íbamos a movernos al mismo tiempo?— Su voz cortante causó que un escalofríos recorriera la espalda del Kurta, el médico, por las múltiples bromas que el Zoldyck siempre le jugaba, se volteó para darle un golpe en la cabeza al albino tranquilamente.
—Te lo advertí, ahora te voy a poner un cascabel.— Susurró, sentía que si su animado amigo no estaba ahí era porque seguía con morfeo.
—Central se encuentra lejos de aquí, estaríamos regresando a la noche o cercana a ella, no es bueno que estemos tan lejos. Como sabes mi máxima prioridad es proteger a Gon... Y a ti. Lo mejor es irnos nosotros este día y mañana acompañarlos al trabajo de Gon. Hablé con Leorio sobre esto y estuvo de acuerdo.— Mientras escuchaba atentamente, ideas se acomodaban en su cabeza. La mirada del blondo era tan "amable" como siempre.
—Si querías ir a una cita con Kurapika solo debiste decirnos, anciano.— "Hacer las típicas bromas de antes." Pasó su mano por los hombros del mayor. "Así serás al único al que se le note el odio." —Tienes gustos raros, Kurapika, pero así te acepto.— Una sonrisa falsa.
"Tú hijo de..." La cara del hombre de Lentes intentando no gritar mientras estaba rojo y una mueca extraña pretendiendo hacer desaparecer su felicidad lo hicieron rabiar más. "Así que a esto estamos jugando." Y para una persona que no podía controlar sus emociones, eso lo volvía el perdedor. Cuando los ojos del moreno se fijaron en él y en su rostro frustrado, ver como su sonrisa se apagaba fue difícil de asimilar. "Perdón, otra vez."
—Por mí está bien que vayas con él, yo puedo esperar; pero Gon jamás fue alguien paciente. Cuando se despierte no va a querer desayunar por ir a buscar las cartas.— Cruzó los brazos. —Además puede que nos movamos en su ausencia, el o la loca sabe dónde vivimos.— El rubio apretó los labios por la sugerencia.
—Deben encerrarse, aunque quisiera que fueran a un hotel o algo por el estilo es probable que esa persona no pare de seguirlos y ustedes no la noten porque podría camuflarse entre la gente. Sé que la casa no es del todo segura pero no se ha atrevido a poner un pie dentro desde su último ataque. Recuerda, intentaremos llegar antes de la noche o que lo parezca... Hoy está nublado.—

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Acosado [Killugon]
FanfictionGon Freecss ha comenzado a recibir cartas anónimas con declaraciones hacia él que prefiere ignorar, todo cambia cuando esa persona decide atacar la casa donde vive con su pareja, Killua Zoldyck. -Gon, ¿No te das cuenta? a quién amas es a mí, no a él...