07

711 81 261
                                    

Una fría habitación de interrogatorios. Sus manos atadas detrás de él y sus pies a las patas de la silla. El mayor viéndolo desde afuera mientras que la mirada del albino solo se mostraba perdida en algún punto del cuarto sin nada en mente.

—¿Han encontrado a Gon?— Preguntó el médico apenas reconoció los pasos del blondo.

—No.— Las ojeras debajo de sus ojos se notaban de sobre manera. Perder tanta sangre lo había dejado demasiado débil, sumando que permanecieron la noche en vela su condición era horrenda. A pesar de haber recibido una pequeña transfusión en el hospital de Leorio su cuerpo se sentía bastante cansado. —Los perros del trabajo de Gon tampoco ayudan, Mike es ahora el alfa, líder de ellos, y al parecer los está amenazando.—

—Dile a Killua que lo obligue a cooperar.— Talló sus ojos, también sentía la fatiga de tan larga noche. —Es su perro de cualquier forma.—

—Tú sabes qué pienso de él.— El moreno por fin volteó a verlo, con calma caminó para abrazarlo.

—Sunshine es por Gon. Aunque creas que Killua es el culpable debes hablar con él para intentar encontrar a nuestro amigo.— Al separarse le dio unas palmadas de aliento mientras se retiraba de ese lugar, iba a comprar comida para todos, no habían probado bocado en horas. Kurapika mordió su labio mientras pensaba sus palabras para encarar a su ex amigo. Su esperanza había sido que el moreno se hubiera escondido a orden de su pareja y volviera al notar que ésta había sido capturada. Al parecer no era nada de eso y temía por el paradero del Freecss.

Tomó una silla para sentarse detrás del cristal, su intensa mirada fue sentida por el Zoldyck que lleno de arrogancia volteó a donde el Kurta yacía. Sonrió de igual forma. Killua creía que Gon estaba con ellos, por eso no se preocupaba por absolutamente nada. "Solo es cuestión de tiempo." —Buenos días, Sunshine...— 

Sus dientes apretaron su labio al punto de hacerlo sangrar un poco.

—Hijo de puta.— Miles de formas de hacerle frente para que hablara seguían en su cabeza, debía actuar en el menor tiempo posible, ya habían perdido mucho esperando. Después de un rato un peso en su cabeza se presentó, un jugo ya abierto que sin dudar tomó y bebió. No podía permitir que su cuerpo decayera demasiado. —Gracias, Leorio.— Con alegría éste sonrió para después sostener el cuerpo del delgado hombre que cayó dormido.

—Lo siento mi Sunshine, pero si no duermes te va a afectar y no quiero que te sigas lastimando.— Lo cargó y dejó en el sillón de una oscura habitación que él mismo adaptó. Para que no tuviera frío lo cubrió con una manta. Miró sus muñecas llenas de rasguños y extensas cicatrices. "Por ahora debo encargarme yo." 

—Después comerás algo nutritivo.— Observó lo poco de comida que había traído sobre la mesa. —Espero lo hagas.— En silencio salió de ese lugar dando una última mirada a su amigo. —Me pregunto cómo terminará toda esta situación.—

Con otro jugo en mano y un par de sandwiches, entró donde el albino continuaba, éste levantó su mirada y sonrió. Leorio se puso frente a él sentándose sobre la mesa.

—Hola anciano, ¿a tu novio ya se le bajó la paranoia?— Tomó del jugo que el mayor le ofrecía. —Cuando esto termine no me importa lo que digan, nos volveremos a mudar. Gon dijo que vivió en una isla muy linda, sí, allí vamos a vivir.—

—No podría visitarlos tanto en una isla tan apartada.—

—Entonces voy a comprar la ciudad entera. Nadie podrá entrar sin mi autorización— Dijo irritado. El moreno rascó su nuca, su cabeza le dolía.

—Killua, dime.— Le ofreció comida la cual el ex asesino no dudó en devorar —¿Tú llegarías a hacerle daño a Gon por un motivo?... No, es obvio que no, deja vuelto a preguntar.— Asintió ignorando lo anterior dicho —¿Qué fue tan importante cómo para que dañaras a Gon?— La imagen de una tierna niña vino a su mente. Tragó sin haber masticado bien.

Acosado [Killugon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora