El director Jeon

*Capítulo 13*

-Maldito mamawebo.

-¡Jungkook!

-¿No te enseñaron que ser sapo no es de hombre?

Separé mis dedos para abrir mis ojos y ver tal escena, y en efecto, era lo que me temía.

Jungkook le había pegado a Raúl.

-¡Amorcito, NO! ¡¿Qué haces?! –Jessica se agachó para ayudarlo a levantarse. Porque tal parece que él estaba muy mareado e ido como para hacerlo solo.

Y...

Oh por dios.

Jungkook le había roto el labio.

-Dios mío, Jungkook ¡No debiste golpearlo de esa manera! ¡Mira como lo dejaste!

-Lo dejé bien, para como se merece estar.

Agarré a Jungkook del brazo, viendo como aquel color rojo se esparcía y manchaba la camisa de Raúl y gran parte de su saco. Estaba botando demasía sangre. Jungkook lo había golpeado tan fuerte que hasta me preocupe de sus nudillos. Porque no le había dado exactamente una caricia. No. Le rompió la boca, de un sólo coñazo, y sin compasión alguna.

El sonido del golpe fue tan brutal, que me aturdió hasta a mí.

Jungkook se erizó ante mi toque. El vapor parecía desprender de su cuerpo y todo él estaba temblando. Caliente, como si estuviese hirviendo en fiebre.

Y cuando alcé su mano para verificar, los vi. Sus nudillos todos coloridos, de un rojo vivo.

-Debería matarlo a coñazos.

-Kook... -Lo halé por la manga de su franela, queriendo llamar su atención. No había necesidad de seguir con aquello. Raúl estaba tirado en el piso manchándose todo de sangre, si Jungkook continuaba, posiblemente lo mataría- Jungkook... -Volví a llamarlo, en débiles susurros, porque hasta allí era donde salía mi voz.

No podía dejar de ver a Raúl. A él y su boca ensangrentada. Es que, de pana, el coñazo que le metieron es pa' cagarse.

-No te quiero ver cerca de Daniela otra vez.

-Jungkook.

-¡¿Me oíste, mamawebo?! ¡NO TE QUIERO VER CERCA DE ELLA OTRA VEZ!... –Lo sujeté rápido antes de que avanzara, con temor a que atacara a Raúl nuevamente. Jessica hacia el esfuerzo en vano de limpiarle la boca, usar su corbata para limpiarse los dedos ella misma y viceversa. Era un total desastre, que ya no valía la pena.

¿Qué podía hacer? ¿Seguir pegándole? Ya él ni se podía parar del suelo. Ese estúpido no valía la pena, la franela blanca de Jungkook sí. Y me niego a que la ensucie con la sangre de este sujeto.

Iba a manchar sus manos sin necesidad... Por mí. Para defenderme.

-La próxima vez habla paja de la abuela tuya, coño 'e tu madre.

-Ya, Jungkook, vámonos.

-Maldito bocón.

-¡Jungkook, ya!... –Con mucho esfuerzo sobre humano de mi parte, lo arrastré hasta el ascensor, ocultándolo detrás de mí y teniendo cuidado en alejarlo del estúpido tirado en piso para que no volviera a hacerle daño. Era muy capaz de meterle una patada, posiblemente en la cabeza, para partirle el cráneo también. Con un Jungkook así de alterado, era una posibilidad muy grande.

Estoy demasiado agradecida que él no esté tan descontrolado como yo hace unos segundos atrás. Pero, si continuábamos aquí, es obvio que eso pasaría.

-¿Jungkook?... -Jessica volteó a vernos, desconcertada. Más que todo a mí, porque me lo estaba llevando a él...- ¡Jungkook! ¿A dónde vas?

Él no le respondió, seguía viendo a Raúl en el suelo, con una mirada oscura y totalmente irreconocible. En este momento yo no sabía nada. No me sabía la tabla del dos, no sabía en qué piso estábamos, nada. Así que, como una loca, presioné todos los botones, con tal de hacer que las puertas se cerraran.