"No importa los años que pasen, nunca dejará de gustarte la persona que una vez amaste"
Los años pasan, las cosas cambian y del mismo modo las personas con el tiempo. Daniela entra a la universidad y empieza a buscarle sentido a su ya vida adulta, o...
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-Y ¿Qué tal?
-Me acabó encima.
-Buena.
Kimi sonrió divertida, mirándome por el reflejo del espejo mientras yo me echaba otra capa de rímel. Quería las pestañas curveadas, pobladas y largas. A diferencia de ella, yo no contaba con la suerte de tener muchas, y una vez intenté ponerme las postizas para solucionar ese problema, siguiendo un video de instagram.
Supe lucirlas, nadie había notado que eran falsas. Pero, payasa quedé cuando se me cayó una del ojo en el cumpleaños número tres de Jeck, en plena fiesta, mientras picaba la torta.
Ni disimular pude, porque había caído en alguna parte del glaseado. Y mala suerte al que le tocó ese trozo y se lo comió. Culpa mía no fue.
-Daniela, ya... -Se quejó Kimi al verme echarme otra capa- Vas a quedar sin pelos.
-Sin pelos voy a quedar, pero en la cabeza, por todo lo que me está pasando ahora.
-¿Hablas de Jungkook? ¿Por eso es que has tenido esa cara todo el día?
Paré mis movimientos, mirándola por el espejo. Me estaba conteniendo demasiado por no fulminarla con la mirada, porque así se confirmaría lo que ya OBVIAMENTE ustedes saben y lo que ella ya había dicho sarcásticamente. Y para darle el gusto a Kim, prefiero callarme y fingir que no pasa nada.
Ella no sabe de la gran estupidez que hice esta madrugada, y tampoco se lo pienso decir.
-No... -Me removí incomoda, tirando el rímel ya cerrado hacia alguna parte de la peinadora. No sabía que más hacer para terminar de arreglarme. Mi maquillaje era súper práctico y sencillo. Base, lápiz de cejas, rubor y labial. Nada de contornos, polvo compacto y spray que no sé para qué coño sirve. Es más, no uso ningún rubor como tal. El lápiz labial rojo me lo paso por los cachetes y voy regando el color con mis dedos hasta hacer una buena pigmentación con mi piel.
Tengo esto que se llama... religión pobreza.
-Siempre odié que tuvieras mejor cuerpo que yo -Sonrió Kim, pasando una de sus manos por detrás de mi cuerpo para rodear mi cintura y juntarnos más. Aun con tacones, ella seguía siendo más alta. Y a mi parecer, su cuerpo era mucho más precioso que el mío. El body color vinotinto que cargaba puesto la hacía lucir unas tremendas curvas que jamás en mi vida le había visto. Era abierto al frente, medio descotado, y lo acompañaba con un pantalón alto oscuro y sus tacones color crema.
Kimi era más piernona, menos pechugona, y con bastante culo. Que este último le creció después de que se casó con Jimin, porque ella no era así. Con esta información podemos afirmar que, en efecto, Jimin tiene buena mano. O como dicen vulgarmente por allí; no tiene el webo envenenado.
