Un día aparentemente normal...

33.3K 1.5K 444
                                    

El despertador. Suena. Mi peor pesadilla. Otro día más. Otro día igual. No quiero levantarme, quiero quedarme metido en la cama todo el día, todos los días. Se está tan bien aquí...

Toc. Toc.

Me despierto sobresaltado, ¡me había vuelto a dormir! Mi madre me grita con su tono de impaciencia.

- Jack, hijo, ¡levántate ya! ¡Vas a llegar tarde!

Uuuuff...

Me levanto de la cama con mala cara. Hoy más que nunca, no sé por qué, no quiero ir al instituto. Se me pasa por la cabeza fingir que estoy enfermo o algo así pero no lo hago.

Miro el reloj y ¡son las siete y media! Voy a llegar tarde como no salga ya de casa.

Me visto lo más rápido que puedo y con lo primero que encuentro. Bajo las escaleras corriendo y me dirijo al comedor. Miro el desayuno, no me va a dar tiempo de desayunar aquí, así que cojo mis cosas y me llevo una tostada para el camino.

- Ma, me voy- digo como puedo, con la tostada en la boca.

Abro la puerta de mi casa.

Silencio. Como todos los días. Salvo que más silencio aún.

Miro mi reloj.

Me quedan 20 minutos para llegar a clase y de mi casa, que está en las afueras de mi pueblo (es una granja familiar), al instituto, hay media hora si voy a pie. Y el autobús que pasa por aquí ya lo he perdido, así que empiezo a correr, aunque no duro mucho por culpa del asma. Me empiezo a ahogar y me tengo que echar el ventolín. Respiro. Sigo andando rápido. A este ritmo, seguro que llegaré con cinco minutos de retraso como muy tarde. No tendría que haberme quedado dormido.

Sigo andando pensando en mis cosas. Recuerdo que hoy no tengo educación física, pero me he puesto ropa de deporte. En fin... Suspiro. Parece que hoy todo me sale mal.

Hoy tengo una mala intuición, y no sé por qué, no sé porque tengo esta sensación tan rara...
Llevo días así, todo el mundo está igual, todos olemos que algo malo va a pasar, solo hay que oír las noticias, una nueva enfermedad está acabando con muchas personas pero no se sabe más. A este pueblo dejado de la mano de Dios no llega tanta información.

Llego a ver las primeras casas del centro del pueblo, mi pueblo, San Anselmo, en California.

Como todos los días, en las calles ya empieza el movimiento, personas que van a trabajar, adolescentes como yo que van con prisa al instituto porque llegan tarde... Todo normal.

No me gusta oír el murmullo de la sociedad, ya que estoy acostumbrado al silencio de las afueras, de la granja en la que vivo, así que me desvío de las calles y cojo por un atajo, ya que, además de llegar antes, hay más silencio. Todo es naturaleza, todo es verde y marrón. Paso por un sendero rodeado de árboles y plantas. Me gusta observar la naturaleza, pero me recuerdo que llego tarde y trato de no ir mirando demasiado para no retrasarme más de lo que debería.

Queda poco para alcanzar el instituto y solo me quedan dos minutos. Con suerte, incluso llegaré a tiempo. Aprieto un poco el paso.

Pero me veo obligado a pararme un momento.

Lo que veo ante mí me repugna. No debería haber cogido por este camino.

No estoy acostumbrado a ver órganos.

Ante mí, en el suelo, hay un pequeño charco de sangre y algo que parece intestinos.

Huele mal.

Esto debe ser de algún animal. A lo mejor hay lobos por aquí, o cualquier otro animal peligroso y se ha peleado con un perro o sabe Dios qué habrá pasado, pero esto no me gusta nada.

Ya sé que no debo tener miedo de lo que acabo de ver, pero sin poder evitarlo, salgo corriendo, por si me tropiezo con algún animal no deseado.

Llego al instituto antes de tiempo. Me relajo al pensar que ahora estoy seguro. Aunque no sé por qué me entró antes ese ataque de pánico, solo eran intestinos. Y un poco de sangre... No es normal ver eso en plena calle, pero tampoco es para correr despavorido como yo hice, creo.

Me dirijo a clase de matemáticas, saludo a mis compañeros, me siento en mi pupitre y espero al profesor que no tarda en llegar.

Todo parece normal por ahora. Como todos los días, vuelvo a estar en el instituto.

Pero lo que no me imagino es que hoy será la última vez que venga a clases...

Apocalipsis Zeta - Parte 1: En busca de un lugar seguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora