LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

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{RACHEL}


La puerta sigue temblando, el candado se va a romper y nuestro final está cada vez más cerca. No quiero ni imaginarme lo doloroso que tiene que ser que esos seres sin mente me maten a mordiscos, desgarrándome la piel, los músculos, nervios y órganos de todo el cuerpo.
Nash me aprieta fuerte contra él y seguimos llorando el silencio.
El candado al final no puede resistirse y se rompe. La puerta se abre de par en par y deja entrar a una horda de zombis que se dirigen hacia nosotros con ansias de carne humana. Cierro los ojos y sigo temblando y llorando. No puedo hacer otra cosa, me rindo, y Nash también.

¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! Suenan disparos.
En un principio creo que lo estoy soñando, pero no, es real. Es sumamente real. Los zombis caen ante nuestros ojos. De uno en uno. Los disparos vienen desde detrás de los zombis. Poco a poco, los matan a todos y veo, otra vez desde que empezó todo este infierno, otra oportunidad de vivir, aunque solo sean unos días, minutos o segundos más.

Allí están Larry, Walter, Kate, Alex y Roxanne, ellos nos han salvado. Sigo llorando, pero esta vez de felicidad.
- ¡Vámonos! Este sitio ya no es seguro, está infectado de caminantes y vienen más- dice Larry y enseguida nos levantamos y los seguimos en silencio.
- ¿Y tu mujer y tu hijo? ¿Están bien?- le pregunta Nash a Walter.
- Sí, están esperándonos fuera y protegiendo la salida de atrás- responde Walter y dispara a un caminante que se acerca hacia nosotros.
- ¿Y Jack?- pregunto.
- No está. Mi hermana tampoco. No los encontramos por ninguna parte- suspira Kate, preocupada por su hermana Maya.
- No...- susurro temiéndome lo peor.
- Tranquila- me susurra Nash y me pasa un brazo por la espalda, acercándome a él, protegiéndome.
Larry le pasa una pistola a Nash y para mi sorpresa, otra a mí.
- Apunta a la cabeza- me dice Larry.
- Lo sé- respondo.
Disparamos a los zombis que se cruzan por nuestro camino. No acierto a la primera, le doy en el pecho o en el cuello, o algunas veces incluso ni le rozo pero poco a poco le voy cogiendo el truquillo, voy perfeccionando mi puntería.
Por ahora no son tantos pero como se acerquen cientos de zombis seguidos, no podremos con ellos.
Corremos hacia la salida y allí están Emily y Elliot esperándonos. Walter corre a abrazarlos. Por suerte para ellos, no han entrado más zombis por aquella salida.
- ¿Adónde iremos?- pregunta Nash.
- No lo sé- suspira Larry-. Aquí abajo ya no estamos seguros pero arriba es peor.
- ¿Y entonces?- pregunto.
- De momento, nuestro objetivo es sobrevivir- dice Walter.
- Y buscar un lugar seguro, sea donde sea- murmura Larry.

Seguimos caminando hasta que escuchamos un grito a lo lejos y nos paramos en seco. Larry corre hacia ese sonido y no podemos hacer otra cosa que seguirlo, aunque no me parezca buena idea.
Larry tuerce un callejón, ve algo al frente y enseguida se esconde, asustado.
Llegamos hasta él.
- ¿Qué pasa?- susurro.
- Shh- nos manda a callar.
Echo un vistazo asomando la cabeza y veo a unos zombis comiéndose a una persona viva, que aún se retuerce y emite una serie de gritos agónicos, ya apenas audible.
Para mi alivio, no es Jack. Tampoco Maya. Es una mujer algo mayor. Kate suspira al darse cuenta de que no es su hermana.
- Ya no podemos ayudarla, hemos llegado tarde- suspira Larry y nos conduce por otro callejón.
- ¿Sabes por dónde vamos?- le pregunta Nash a Larry.
- No, no tengo ni idea. Pero no pararemos hasta encontrar un lugar seguro aquí abajo o hasta encontrar una alcantarilla que dé a la superficie.
- Tranquilo, hijo, no te pasará nada. Estamos aquí, no te preocupes. Además, tú eres fuerte. ¿Llevas el cuchillo ahí, no?- dice Walter consolando a su hijo que no para de llorar en silencio y temblar de miedo.

No hemos podido traernos nada de agua ni comida, no tenemos nada, no nos dio tiempo. Y ahora mismo tengo una sed terrible. Siento como mi piel se deshidrata segundo a segundo.

Seguimos andando sin rumbo y por ahora no nos hemos encontrado a más zombis. Por ahora...

Pero nuestra suerte no dura tanto tiempo. Salen por detrás de nosotros, vienen por delante, y por los lados. Nos vemos acorralados y enseguida adoptamos posiciones.
Nash y yo defendemos un lado, los padres de Elliot otro lado, Larry otro y por último, Kate, dejando en el centro a Elliot, Alex y Roxanne, protegiéndolos.
Se acercan por todos lados y disparamos. Si se acercan mucho, utilizamos los cuchillos.
Por nuestro lado no se acercan demasiados y no tardamos en matarlos a todos pero por las otras partes siguen saliendo tropecientos de zombis. No sé de donde salen tantos.
Nash sale corriendo y me arrastra con él, cogiéndome de la mano.
Los demás se dan cuenta de que hay camino libre y empiezan a seguirnos, pero Elliot se cae mientras corre y se queda atrás. Pierde el segundo que tenía para sobrevivir a los zombis que se le acercan.
Y nadie puede evitarlo. Los zombis ya están sobre él. El chico grita a pleno pulmón. Sus gritos me producen una tristeza increíble pero más que él, sus pobres padres. Están blancos, no reaccionan. Emily cae al suelo sin poder creérselo, sin poder ni siquiera llorar. Walter grita a los zombis, pero estos no le hacen caso, están ocupados comiéndose a su pequeño hijo de once años, que ya yace muerto en el suelo.
- No podemos perder más tiempo. Tenemos que irnos ya.
Nash opina lo mismo que yo y volvemos a echar a correr mientras los demás se quedan atrás.
Echo un rápido vistazo hacia atrás. Larry intenta que Emily y Walter reaccionen y sigan adelante antes de que los zombis terminen con Elliot y vuelvan a perseguirlos, acabando con ellos también, pero ellos siguen fijos en el suelo, impotentes por no poder hacer nada y viendo a su hijo morir, tan solo un niño que tenía toda la vida por delante, desgarrado, destrozado por aquellos horrorosos seres. Mientras tanto, Kate protege a Alex y Roxanne, que están en estado de shock al haber visto la muerte de Elliot tan de cerca.

Perdemos de vista a los demás y seguimos adelante por nuestro propio camino. No encontramos ninguna alcantarilla para llegar a la superficie. Sin embargo, en un túnel se ve una luz al final de este.
Hay una sombra de una persona. No, no es una persona, es un zombi. Nash corre hacia él y yo grito su nombre. Podría disparar desde aquí, pero prefiere matarlo sin hacer ruido para no atraer a más zombis. Le clava el cuchillo en el cráneo con una facilidad casi asombrosa.

Después seguimos corriendo hacia la luz del final del túnel.
Salimos por un canal de agua pero no hay agua, tal y como debería. Sobre nuestras cabezas hay un puente.
Suspiro, no hay zombis a la vista. Solo vemos a dos personas que corren alejándose de allí. Están bastante lejos y solo vemos dos sombras negras, pero podría reconocerlo de cualquier manera. Es Jack. Corre junto a Maya.

Apocalipsis Zeta - Parte 1: En busca de un lugar seguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora