EN MEDIO DEL OCÉANO

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{NASH}

- No tengo nada de qué hablar contigo- me responde de mala manera y empieza a marcharse pero yo la cojo del brazo y detengo sus pasos.
- ¡Suéltame!- me pide Rachel agitando el brazo.
- Por favor... Necesito hablar contigo...
Creo que sé por qué está así. Al principio no lo pensé, pero me di cuenta cuando Jack me pegó. Supe que Rachel estaba mal.
Maya me gusta. A cualquier chico le gustaría. Tiene una belleza descomunal pero no es mi tipo. Tan solo estaba jugando, experimentando, olvidándome de todo por un momento. Supe que con Maya podría hacer eso, pero no con Rachel, ella ha estado enamorada de mí durante mucho tiempo y busca otra cosa muy diferente a algo de solo una vez.
Me mira a los ojos y yo la miro a ella. Puede que los ojos de Maya sean preciosos pero los de Rachel son insuperables. No son de un color azul intenso como los míos, son de un color más claro, azul mar. Cada vez que la miro, me encuentro solo, con ella, en medio del océano. Jamás me había pasado esto con ninguna persona, aparte de ella. Sé que es especial, una chica muy especial que aún no ha crecido ni ha desarrollado todo el potencial que sé que tiene dentro.

La miro algo confuso, ni siquiera estoy seguro de entender bien por qué se puso mal, nosotros dos no teníamos nada. Y creía que ya la había cagado con ella, que le había demostrado que no soy una buena persona, o al menos no la versión que ella se esperaba.
- ¿Qué?- pregunta ella cruzándose de brazos.
No sé cómo empezar, no se me da muy bien esto con alguien tan especial como ella.
- Yo... eh... tu primo me pegó- al instante me arrepiento de haber dicho eso, debo parecer ridículo.
- Sí. Te pido perdón de su parte pero no puedo hacerle nada- me dice y se da la vuelta pero vuelvo a pararla.
- Espera. El caso es que sé por qué me pegó- digo y veo como ella traga saliva. No habla, espera a que lo haga yo-. ¿No te estarás enamorando de mí?
Ella abre la boca, sorprendida por lo que le he dicho, y me da una bofetada en la cara. Siempre la cago, soy un desastre, y más con chicas tan sensibles como Rachel.
- ¡Vete a la mierda!- grita y se va corriendo, con lágrimas en los ojos.
Estúpido, estúpido, estúpido. He quedado como un chulo prepotente. Soy un estúpido.

Salgo corriendo detrás de ella y la alcanzo. Le inmovilizo los brazos y la vuelvo hacia mí.
- ¡Suéltame!- grita retorciéndose, pero yo soy más fuerte-. ¡Me haces daño!
No pienso dejarla escapar. No pararé hasta demostrarle que todo ha sido un error, que puede seguir confiando en mí.
La abrazo fuerte contra mi cuerpo. Ella desiste de escapar y empieza a temblar, llorando por la situación. Se me rompe el corazón al verla así.
- Shh, no llores, no puedo verte así.
- ¡¿Qué más te dará verme así?! ¡Ni siquiera me conoces!- grita contra mi pecho y la beso en la cabeza.
- Es cierto, pero hay algo que me hace querer seguir conociéndote. Desde hace dos noches, en aquella casa, cuando me salvaste la vida, me has llamado mucho la atención.
La suelto, no puedo seguir reteniéndola. Ella da un paso atrás pero no se va. Me mira directamente a los ojos.
- No sé si yo quiero seguir conociéndote- me dice mordiéndose el labio inferior y limpiándose las lágrimas-. No paras de demostrarme que eres el mujeriego que decía mi primo y si él tiene razón sobre ti, ¿qué me asegura que pueda confiar en ti para todo lo que pueda pasar?
- No lo sé, de verdad que no lo sé- suspiro-. Quiero cambiar. Y voy a cambiar. Pero sigo siendo el mismo niñato de antes...
- ¡Pues sí, eres un puto mentiroso, un mujeriego, un chulo de mierda, un creído!- dice ella y me pega en el pecho, llena de rabia.
La atraigo hacia mí y vuelvo a abrazarla, en contra de su voluntad.
- ¿Qué tengo que hacer para que creas que no soy mala persona, que puedo cambiar y ser útil para el equipo?- suspiro y la miro a los ojos, ya más calmada.
Rachel tarda en responder, apenas parece respirar, como si estuviese paralizada por mi abrazo, por estar entre mis brazos.

- Besarme- murmura por fin y le muestro una sonrisa dulce.

Sé que la chica está enfadada conmigo, pero también sé que lo está deseando, que lo único que quiere ahora mismo es cruzar sus labios con los míos para poder olvidarse de todo, para tener algo con lo que evadirse, tal y como hice con Maya.

La miro a los ojos y solo estamos ella y yo, en medio del océano. Acerco mi rostro al suyo y la beso. Me sigue el beso, y continuamos besándonos unos minutos. Y me doy cuenta de que ella no es como las demás, es diferente, vive el amor de forma diferente.
Sus labios me producen un cosquilleo inmenso, es una sensación que jamás experimenté con ninguna otra chica. Ahora sé que jamás he estado realmente enamorado.
- Mucho mejor que la primera vez que te besé- le digo sonriendo cuando acabamos de besarnos.
Sin darnos cuenta, hemos acabado sentados en el suelo del callejón y apoyados en una pared.
Rachel me mira con cara de sorpresa.
- ¿Nos hemos besado antes? ¿Dónde, en tus sueños?- me dice con una sonrisa graciosa.
- Bueno, no ha sido un verdadero beso que digamos. ¿Te acuerdas de cuándo Jack me dio las gracias por salvarte la vida?
Rachel parece entender cómo la salvé por la cara que pone.
- Qué pena que me haya perdido nuestro primer beso- me dice fingiendo tristeza-. Seguro que tampoco fue para tanto...
- Este ha sido nuestro primer verdadero beso y espero que hayan muchos, muchos más- le digo y me acerco más a ella, abrazándola.
- Yo también- susurra ella y se acurruca a mi lado, con su cabeza apoyada en mi hombro-. Nos conocemos de tan solo tres días... Bueno, yo a ti de más, pero el caso es que me siento a gusto contigo. Por eso puede que me haya dolido verte así con Maya, porque pensé que, después de años y años estando colada por ti y que por fin hubiera un acercamiento, te alejarías de mi lado. Y no quiero eso. No sabes cuánto me alegré al verte en el supermercado, de saber que estabas vivo y al saber que nos acompañaría en nuestra huida de la muerte. Sé muy bien cómo eres, pero tengo la sensación de que de verdad puedes cambiar. Y lo harás porque los zombis empezarán a hacerte ver las cosas tal y como son, en vez de los placeres terrenales y mundanos del día a día. Yo ya estoy empezando a ver la realidad y quiero que en esta realidad estés a mi lado. Quiero tener a alguien por el que luchar. Ya sé que tengo a Jack, pero si estás tú, eso es un plus... Ahora mismo me siento la chica más feliz del mundo,ajena a todo lo que sucede en el mundo. Y me odio por eso, porque no debería desentirme así. Tú causas ese efecto en mí, Nash García. ¿Estarás aquí conmigotodo lo que dure esto?    
Cierro los ojos mientras acaricio el cabello de Rachel.
- Estaré aquí, te lo prometo- le susurro-. Cuidaré de ti y tú cuidaras de mí. Como un equipo.

Apocalipsis Zeta - Parte 1: En busca de un lugar seguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora