MUCHO PEOR

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{JACK}


 - ¡Jack!- oigo y muevo la cabeza. Estar solo me está pasando factura y ahora escucho la voz de Rachel.

- ¡Jack! ¡Jack!- me llevo las manos a la cabeza. Es imposible estar escuchándolos cuando decidieron quedarse en aquella casa. No pueden haber cambiado de opinión en tan poco tiempo...

O sí...

Miro hacia atrás y los veo, los cuatro vienen caminando deprisa hacia mí, casi corriendo si no fuera porque están muy agotados. Al principio creo que es una ilusión, pero no lo es.

Cuando llegan, los miro con las cejas alzadas.

- ¿Qué ha pasado? ¿Os han atacado los zombis o habéis descubierto que Nash es un traidor?

- No soy ningún traidor, hijo de puta- me responde de malas maneras, entre jadeos-. Ya estoy harto de que intentes que quede como el malo cuando solo soy una persona normal que intenta sobrevivir, como vosotros.

- A mí no me llames hijo de puta, cabrón- digo a la defensiva y lo empujo. Él se dispone a devolverme el empujón, pero Rachel lo para.

- Ey, parecéis niños de cinco años, calmaos.

Miro a Nash con cara de odio y luego miro a las demás.

- En fin, ¿qué ha pasado?

- Me arrepentí de haberte dejado solo y decidí ir contigo y cuando salimos, nos topamos con unos cuantos zombis. Por poco me matan, pero Roxanne me salvó. No sabes cuánto te lo agradezco...- dice Rachel mirando a Roxanne y sonriéndole.

- No ha sido nada. En tiempos como este cualquiera haría cosas como esas- le dice Roxanne, encogiéndose de hombros con una leve sonrisa.

- No todos- dice Rachel y me doy cuenta de que mira a Nash por el rabillo del ojo, de mala manera.

- Tenías razón- me dice Alex.

- No quiero tener que decíroslo... ¡pero os lo dije!- les suelto.

- Bueno, ya estamos cerca de San Rafael, ¿no?- pregunta Rachel.

- Sí- asiento-. No queda nada, ya se ve desde aquí.

Miramos hacia delante y vemos los grandes edificios de San Rafael. Creo que todos hemos ido allí alguna vez por cualquier motivo, pero al verlo desde aquí, no parece la misma ciudad.

Aún albergo esperanzas de que todo siga igual que siempre en el resto del mundo. Y tengo que averiguar si es así o no.

- Vámonos- les digo y echamos a caminar.

Durante el camino, saco una botella de agua de mi mochila y bebo un poco, tenía la boca seca de tanto caminar. También saco una chocolatina y me la como. No es mucho, pero me basta por unas horas.

Después de caminar una media hora, llegamos a San Rafael.

No se ve peligro.

Pero se nota que algo malo pasa. La carretera está vacía. Algunos pisos con las puertas de entrada abiertas. Hay coches y autobuses parados por toda la carretera.

Me recorre un escalofrío, todo esto está muy silencioso y tranquilo.

- ¿Seguimos?- susurro y trago saliva, tengo un mal presentimiento.

- Sí- dicen todos casi a la vez.

En sus caras veo el mismo desconcierto que yo.

Seguimos andando por la calle principal. Vamos por la carretera, ya no hace falta ir por la acera.

Apocalipsis Zeta - Parte 1: En busca de un lugar seguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora