{RACHEL}
Cuando salgo, estoy a punto de decirle a mi primo algo, pero me quedo sin palabras.
- Ey, tío, ten más cuidado- dice una voz que conozco tan bien como la mía.
En mi cabeza solo está él. Él y solo él.
No me lo puedo creer.
Lo tengo ante mí.
Nash.
Esos ojos azules que me pierden...
Pero no puedo quedarme mirándolo como si nada.
Mi primo lo empuja y me dan ganas de estrangularlo, no quiero que le haga daño a Nash. El gran Nash Garcia.
- Apártate- le dice Jack en tono desafiante.
Nash nos mira a todos con ojos entrecerrados.
- ¿Es que no me has oído?- le dice Jack de mala manera-. ¡Largo!
La puerta se mueve. Ya han llegado los zombis, por un momento me había olvidado de ellos.
Mi primo empieza a correr y lo seguimos, yo, Alex, Roxanne y Nash, que corre demasiado cerca de mí.
Me desconcentra.
Corro un poco más y alcanzo a mi primo, dejándolo a él atrás.
- ¿Adónde vamos?- le pregunto a Jack entre jadeos, sin aminorar el paso.
- A cualquier lugar seguro- murmura agotado.
- Aquí ya nada es seguro.
- Lo sé. Por eso nos vamos de San Anselmo.
- ¿Pero... a dónde en concreto?
- ¡No lo sé!- estalla-. No soy el capitán, no lo decido todo.
- ¿Y Nash?- susurro bajo para que no nos oigan mientras corremos.
- Cuando estemos lo suficientemente lejos de esos zombis, paramos y él por un lado y nosotros por otro- dice medio ahogado y deja de correr.
- Jack, cuantos más seamos, más fuerte seremos, tú lo dijiste- digo mientras caminamos a paso rápido.
Hemos girado algunas calles y ya hemos perdido de vista a los zombis aunque todavía no estamos seguros, tenemos que salir del pueblo. Vamos hacia las afueras de San Anselmo.
- Ah, ahora sí quieres y antes no, ¿eh? ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? Tu novio solo nos va a traer problemas- dice él susurrando.
- No es mi novio- digo secamente. Si lo hubiera escuchado Nash, me hubiera muerto de vergüenza. Echo un vistazo hacia atrás y veo que está hablando con las dos niñas, a lo mejor ya las conocía.
- Pero te gusta.
- No- miento.
- Vamos, Rachel, se nota desde lejos.
- Déjame- digo molesta y empiezo a caminar más rápido que él, dejándolo atrás.
Jack me alcanza.
- A partir de esa calle entramos ya en las afueras del pueblo- señala la esquina de la calle.
- Sí, ¿y?
- Le diremos a ojitos azules que se vaya.
- No, Jack. Las niñas se quedaron con nosotros. También se puede quedar él. Además, es más fuerte y sabe más- le digo. No voy a parar hasta hacerle entrar en razón, aunque no creo que lo vaya a conseguir.
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Apocalipsis Zeta - Parte 1: En busca de un lugar seguro
HororDe pronto, un día, todo cambia. Las ambulancias y los coches patrulla no aseguran nada bueno. Una mañana tranquila en el instituto y el pueblo revuelto. Jack llega a su casa y encuentra a sus padres, pero no como debería. Su prima Rachel no encuentr...