{RACHEL}
Suena el timbre. Hora del cambio de clase. Cojo mi mochila y salgo de clase junto a Angie, mi mejor amiga. Llegamos a mi taquilla y la abro para intercambiar los libros de la clase de antes, de historia, por los de matemáticas, la asignatura que más odio. Los números y yo nunca nos hemos llevado bien.
Angie tiene su taquilla a dos posiciones de la mía y también intercambia sus libros.
Mientras la espero, miro alrededor y veo a muchas personas conocidas; las saludo con una sonrisa mientras pasan por mi lado. Pero mi vista se detiene en una persona en especial. Me paro al ver a un chico, y es como si no hubiera nadie más, como si de repente todo el mundo hubiera desaparecido y solo quedáramos él y yo. Él no me conoce, pero yo a él sí. Es una persona muy popular, es el capitán del equipo de rugby más famoso del instituto, Los Stallions. Él nunca se fijaría en alguien tan insignificante como yo. Está en un curso más que el mío, tiene 17 años y yo 16. Ojos azules intensos, que hacen que me pierda en ellos cuando lo miro...
- ¡Rachel!- exclama Angie y me sobresalto, me vuelvo hacia ella-. Voy a ir a hablar con él, lo tuyo ya es obsesión.
Al principio creo que lo dice en broma, pero veo que da unos pasos y la freno enseguida.
- ¿Pero qué haces? ¿Estás loca?
- No paras de mirar a Nash- Nash, su nombre me produce sentimientos muy profundos-. Se va a notar que estás loca por él.
- Yo, eh...- suspiro-. Me gusta, lo sabes desde hace tiempo, pero tampoco es para tanto, ¿no?
- ¿Que no? Si por poco se te cae la baba- ríe-. Deberías hablar con él, ni siquiera te conoce.
- Ya hemos hablado de esto. Aunque me conozca, jamás se fijaría en mí, con todas las chicas que hay mejores que yo y están locas por él...
- Quién sabe...- dice mi amiga encogiéndose de hombros.
- Dejémoslo mejor- suspiro de nuevo y veo a mi primo a lo lejos-. Angie, ve tú yendo a la clase, luego te alcanzo- digo y antes de que le dé tiempo a responderme, ya voy corriendo hacia mi primo.
- ¡Jack!- lo llamo mientras me acerco a él y se vuelve hacia mí. No es muy alto, somos casi de la misma estatura, aunque él tiene dos años más que yo.
- Rachel- me ve y sonríe-. ¿Qué pasa?
- Luego por la tarde iré a tu casa, ¿vale? Tengo que llevarle un recado a tus padres.
- Vale- dice y suena el timbre que indica que debemos volver a clase-. Allí te espero.
- Luego nos vemos- le digo y vuelvo a clase. Me siento en mi pupitre, en una mesa de dos, al lado de Angie.
- ¿Dónde fuiste? - me pregunta, curiosa.
- Tenía que hablar con mi primo.
- ¿Jack?
- El mismo. No tengo más primos por aquí.
- Ah. Algún día tienes que darle mi número- dice y me río, a lo que ella me da un codazo.
El maestro entra y pide silencio. Todos nos callamos. Abro el libro de matemáticas y me mareo al ver tantos números. No me imagino un infierno peor que este. Esta clase se me va a hacer eterna.
El profesor nos manda hacer ejercicios y mientras los realizamos algo me saca de mi aburrimiento. El sonido de una ambulancia seguido por el de un coche de policía. Nada fuera de lo común pero no puedo evitar preguntarme que pasará cada vez que escucho algunos de esos sonidos.
Otra ambulancia, otro coche de policía.
Al rato otra ambulancia más y varios coches de policía. Uno de ellos pasa a toda velocidad cerca del instituto y lo vemos pasar por las ventanas de la clase, intrigados.
Esto ya no es normal. Demasiadas ambulancias y demasiados coches patrulla. Algo malo pasa. Un accidente, un robo tal vez, o un asesinato. Me recorre un escalofrío de tan solo pensarlo.
Pero para alguna de esas cosas no se necesitarían tantos refuerzos. Tiene que estar pasando algo peor.
La voz del maestro me saca de mis pensamientos.
- Seguid con los ejercicios- ordena al escuchar el murmullo de todos hablando en clase, probablemente acerca de lo que yo estaba pensando.
Muy a mi pesar, sigo haciendo los ejercicios. Parece que la clase nunca va a terminar. Lo único que me tranquiliza es pensar que esta es la última clase del día.
Aunque lo que no me imagino es que esta será la última clase que daré en mucho, mucho tiempo.
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Apocalipsis Zeta - Parte 1: En busca de un lugar seguro
HorrorDe pronto, un día, todo cambia. Las ambulancias y los coches patrulla no aseguran nada bueno. Una mañana tranquila en el instituto y el pueblo revuelto. Jack llega a su casa y encuentra a sus padres, pero no como debería. Su prima Rachel no encuentr...