Apocalipsis Zeta - Parte 1: En busca de un lugar seguro

ADIÓS

{NASH}

Se lo tengo que decir. Le he dado demasiadas vueltas y he llegado a la conclusión de que sé lo que me pasa. Tengo todos los síntomas.

- Rachel... yo... yo... estoy infectado- suspiro cansado y mareado.

Ella abre mucho los ojos, aunque sé que esperaba oírlo.

- ¡No! ¡Dijiste que no podía ser eso! ¡Que podría ser una gripe o algo así!- dice limpiándose las lágrimas que empiezan a salirle.

- Estoy frío- susurro y me toco la frente.

Puede que al principio empezara con calentura, pero ahora estoy más frío que un cadáver. Además, cada vez estoy más cansado y no es porque no descanse bien. Es porque mi cuerpo está dejando de funcionar, se está deteriorando y yo con él.

A veces me entran mareos y no soy capaz de ver lo que tengo delante, solo un mundo borroso. Tampoco soy capaz de pensar con claridad. Lo único que aún me mantiene con vida son las ganas. Las ganas de vivir y las ganas de seguir junto a Rachel, de seguir a su lado.

Rachel me toca la frente y traga saliva.

Empieza a llorar de nuevo y niega con la cabeza, sin parar de llorar.

Me abraza y no sabe cuánto le agradezco ese abrazo, que muy bien puede ser el último.

No sabe cuánto la voy a echar de menos. Sus abrazos, sus besos, sus miradas. Toda ella...

Sé que me estoy muriendo.

- No, Nash, no, no, no, no- se repite Rachel en mi cuello.

- Te amo- le susurro, necesitaba decírselo, una última vez.

- Y yo, Nash, pero vas a estar bien, te pondrás bien, te lo prometo- una promesa vacía, pienso-. No te estás muriendo, no pienses eso. Solo estás enfermo, te curarás. Yo cuidaré de ti, mi niño- me dice derramando lágrimas sobre mí y luego me da pequeños besos en los labios.

- Te amo- le susurro de nuevo y no pararé, porque no quiero dejarla, no quiero que sea el último "te amo".

Quiero ser fuerte por ella, lograr salir de esta y no dejarla sola. Quiero pensar en que es verdad lo que dice ella, que solo tengo una enfermedad de la que me curaré pronto.

Pero sé lo que me está pasando. Mi piel, además de fría se está volviendo pálida, tirando a un tono grisáceo.

- Yo también te amo, y te amaré siempre. Nos quedan muchos años por vivir juntos y muchas aventuras por delante. Este no va a ser nuestro final, Nash. Saldrás de esta y será nuestro principio. Un principio nuevo. Tendremos un buen futuro cuando pase todo esto. Nos casaremos, tendremos hijos y les contaremos cómo sobrevivimos a este apocalipsis. Seremos un buen ejemplo para ellos, los criaremos bien hasta que vayan a la universidad, se casen y tengan hijos, hasta que seamos abuelitos. Y envejeceremos juntos, moriremos juntos, pero dentro de mucho, mucho tiempo, en un mundo mejor que este- me dice ella mirándome a los ojos y logra esbozar una sonrisita entre su mar de lágrimas.

Yo me quedo mirando sus ojos, tengo que verlos mientras todavía pueda conservar la vista.

Son tan hermosos, azules del color del mar.