Capítulo 20

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Cuando llegamos lo primero que hicimos fue sentarnos en el medio de la cama, me senté derecha, jamás le había contado esto a nadie, ni siquiera a Issis.

A-Issis y yo siempre fuimos cercanas, y más cuando mis padres fallecieron en un accidente automovilístico y el padre de Issis me adoptó, pero todo cambio aquel día, cuando tenía diecisiete, todo empezó después de un día de entrenamiento, planeábamos entrar a la academia Issis y yo, competimos hasta cansarnos, nos estábamos quedando dormidas.

Respire pesadamente, sentí la mirada preocupada de Cara y proseguí.

A-Cuando de pronto...el conductor pareció distraerse y no vio el camión que venia del lado derecho, donde me encontraba yo, antes de pensar en que podía morir, tome entre mis brazos a Issis y cubrí su cabeza, por el impacto el auto estaba dando una infinidad de vueltas, se destrozo por el impacto, el chofer estaba cubierto de sangre y su cuello estaba girado de una forma que jamás olvidare, cuando me quise dar cuenta una vara de metal, que no se ni de donde apareció, estaba clavada en el pecho de Issis, la sangre brotaba a montones, por poco quedo clavada también, pero no quede impune, mi brazo izquierdo y mi pierna izquierda fueron atravesados por una de esas mismas varas de metal, tenia vidrios en el rostro y me golpee tan fuerte la cabeza que estaba al borde del desmayo.


Cara se llevo las manos a la boca, su mirada transmitía el mismo pánico que sentí en el accidente.


A-Me sentí tan culpable, por no haberla protegido más, cuando llegamos al hospital, ambas fuimos llevadas a las capsulas de inmersión, todos creyeron que Issis estaría más tiempo, por la cantidad de sangre que tenia en si misma, mucho después me entere que en realidad esa era mi sangre, Issis salió después de una semana, yo por lo tanto no tuve tanta suerte, me quede ahí durante seis meses, mis pulmones no procesaban el aire y ocasionaban que se formara sangre, esta brotaba de mi pecho, de la nada, siendo que no tenia ningún corte, creían que moriría, pero cuando salí de ahí, tuve que estar más de un año dentro de la sala de las estrellas, ya que mi mente sufrió de manera descomunal.

Cara iba a hablar pero no la deje.

A-Pero eso no fue todo, de alguna forma, cuando mis emociones eran muy fuertes estas luces de colores salían de mi, solo salían cuando me encontraba en la sala de las estrellas, así fue como nadie se entero de ello.

Cara me abrazo, y esta vez no la interrumpí.

C-No puedo decirte que lo entiendo, porque estaría mintiendo, en realidad...también tengo una historia, no tan mala como la tuya, pero sigue siendo mía.

La mire expectante, bajo su mirada y continuo.

C-¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos?

Asentí intrigada, esperando por lo que seguía.

C-No te odiaba a ti, cuando era niña siempre aparecías el la televisión, mi papá siempre me decía que debía verme como tú, segura, responsable, básicamente perfecta, tenia que tomar la personalidad que mostrabas frente a las cámaras y hacerla mía, tenía que entrenar cuatro horas seguidas a diario, practicar el piano por dos horas todos los fines de semana, estudiar modales, política, finanzas, sociales, todo hasta casi hartarme, cuando llegué a la edad de dieciséis años, no lo pude soportar, cuando mis padres no estaban cerca, me iba con mis amigas, hacíamos cualquier cosa estúpida, tomar pastillas, fumar hierba, tomar hasta no saber nuestros nombres, teníamos la excusa de que estábamos teniendo un grupo de estudio todo el día, caí tan bajo, hasta que me harté de vivir así, lo dejé, me costo dos años y medio en volver a ser la yo que no dependía de esas mierdas, me gradué como la primera de la clase.

Tomó mi mano y me miro a los ojos.

C- Mi padre siempre quiso que me uniera a Star Sailors, así que lo hice, sabia que te iba a ver, pero no sabia que iba a estar en tu equipo, así que cuando te presentarse tarde por la puerta, me di cuenta que no eras tan perfecta como la idea que había creado mí padre en mi cabeza, me sentí superior, estaba enojada por esa imagen que creaste y me ocasiono tanto daño, eso me dio confianza para que actuara así...molesta, enojada y pretensiosa.

Solté una pequeña risita, y la mire.

A-Creí que de verdad me odiabas.
C-Jamás lo hice, estaba enojada con mi padre y me desquité contigo, si no me hubieras frenado, no estaríamos hablando en este momento.
A-Lo entiendo, yo también te grite muy feo, pero ya estaba harta.

Ambas nos reímos y su mirada se engancho en la mía, mirándonos intensamente.
Se sentó más cerca de mi, decidí abrazarla y ponerla en mis piernas, por un segundo me quede viendo a la inmensidad del vacío,  mientras cepillaba su cabello con mis dedos.

C-No vas a ir a ninguna parte, ¿no?A-Ni por un segundo pensé en que me separaría de ti, no te abandonare.

Me miro con duda en sus ojos miel.

A-Ni nos pasara nada.

Dije con convicción, me mostró una sonrisa cansada mientras se quedaba dormida, yo solo pude perderme en la infinidad del vacío una vez más mientras seguía repasando mis dedos en su cabello hasta que yo también caí rendida.

En la boca de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora