Capítulo 25

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Sentí una presión en el pecho, me llevé las manos al mismo y la presión aumento rápidamente, sabía que había sido descuidada de nuevo y comenzaba a ver borroso. Tenía la noción que el oxígeno iba descendiendo, pero empece a ver algo brillante y peculiar, algo hermoso, sabía que estaba muriendo, pero brillaba con tanto esmero que sentí que podía irme.Hasta que desperté y oí un llanto devastador, abrí mis ojos lentamente y vi a quien pensé que iba a perder para siempre.

Cara se encontraba al pie de la cama en la que descansaba.


A-¿Qué le sucede... señorita?


Dije con voz ronca, Cara rápidamente levanto su mirada hasta que esta se posó sobre mí, haciendo que derramara más lágrimas, y cuando se recompuso dijo.


C-Al abrazarte en tu estado inconsciente...


Vi como las lágrimas caían silenciosamente.


C-Creí que te estaba perdiendo y que sería la última vez en la que escucharía tu voz, tu melodiosa voz.


La miré con añoranza.


A-No crea que puedes deshacerte de mí tan fácilmente querida.


Vi como sus ojitos brillaban y soltaba una risa disimulada, seguí con lo que decía.


A-En este momento no recuerdo si te lo deje, así que lo diré de nuevo, te lo dije antes y te lo digo ahora, no eres un amor pasajero, ni ahora ni nunca, tú eres el amor de mi vida.


Hubo un silencio en la habitación, y esas fueron las últimas palabras que pude decir antes de que sintiera como mis brazos se llenaban con su calor, Cara tomo mi rostro entre sus manos, me dio una última mirada y planto sus labios sobre los míos.

De repente, antes de que pudiera pasar algo más, escuchamos como la puerta se abría, con todo el pesar de nuestras almas, separamos nuestros cuerpos, los cuales se aferraban como si por un millón de años hubiéramos estado separado.

Me di cuenta de que la cara de Heather no se veía como siempre lo hacía, en realidad todos se veían como si hubieran combatido un minotauro, pero su cara era pálida, preocupada, cuando vio que estaba despierta un poco del brillo que tenía volvió, pero pasados unos segundos, su cara volvió a lucir horrible.


H-Sucedió una situación... que sé que no te gustara escuchar.


La miré atentamente, preguntándome "¿qué había pasado?".


H-Tienes que venir conmigo, si puedes pararte.


Así lo hice, Cara trato de detenerme, pero ya era muy tarde para eso, seguí a Heather hasta donde sea que estaba sucediendo el problema, cuando llegamos vi el número de la habitación, que ironía era el 1070, pero en ese momento no podía más que preocuparme; cuando entre en la habitación, lo único que quería hacer era llorar.

Issis, postrada en la cama, le estaban quitando todo, deducía que, como me sucedió a mí, a ella la estaban trasladando a la sala de inmersión, sabía que lo que había pasado en los últimos meses le iba a cobrar factura, no, ya lo estaba haciendo.


En la boca de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora