Innocent boy (nueva versión)

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1870 palabras

- Capítulo uno -

Un nuevo día de escuela en la vida de Jorge Garay. A él realmente no le agradaba la escuela, es decir ¿A quién le agradaría ir siendo que no tienes amigos? Jorge justificaba aquello a los apodos que le ponían aquellos a quienes denominaban "populares", prácticamente ellos eran quienes imponían la moda en el instituto, y si ellos decían que Jorge era "raro" iba a ser tratado como tal.

Aunque el rizado mentiría si dijera que sólo iba al instituto por obligación, había otra excelente razón para ir.

Una razón de 1.83m de alto y cabello castaño: Benjamin Krol.

Aquel chico de ojos avellana se había vuelto el mundo del rizado desde hace poco más de cinco años. Sí, cinco años.

El menor vio a aquel encanto — como le llamaba él — en la escuela secundaria, y el rizado denominaba aquello como "amor a primera vista" aunque se parece más a una secreta obsesión o a un amor no correspondido.

Pero tal como el rizado lo sabe, la idea de ellos dos estando juntos es completamente imposible, o por lo menos tiene muy pocas probabilidades de suceder a su parecer.

En resumen Benji, siendo éste su apodo, era parte de aquel grupo que le hacía burla al rizado, desde hace poco más de cinco años.

¿Absurdo no?

Enamorarte de la persona que hace tu vida imposible. Suena muy cliché, y el rizado siempre creyó que aquello eran situaciones ridículas que sólo ocurrían en libros de absurdos romances adolescentes.

Su vida se ha convertido en un absurdo libro de romance adolescente. Y uno muy malo por cierto.

Aunque de cierta manera le agrada su "relación" con el castaño. Sólo ha habido ocasiones en las que el rizado disfruta aquel acoso.

Por ejemplo, hubo una vez cuando el castaño furioso se dirigió al menor y lo sujetó del cuello, prácticamente ahorcándole, y se puede decir que su imaginación hizo una mala jugada, porque desde entonces pensamientos obscenos cruzan su mente ocasionalmente.

Pero sólo son eso. Pensamientos.

— ¡Jorge! ¡Espero que ya estés listo o llegarás tarde! — el rizado escucha a su madre gritar mientras termina de ponerse los zapatos.

— ¡Ya estoy casi listo, bajo en un minuto!

Jorge se puso de pie y se dirigió a su espejo inspeccionando su ropa una última vez. No llevaba nada llamativo, llamar la atención era lo último que quería, por lo cual también ocultaba su sexualidad.

Declararse abiertamente gay definitivamente causaría un escándalo, definitivamente aquella opción quedaba descartada, por lo menos por el momento.

Pasó sus manos rápidamente sobre su pantalón de mezclilla color claro, quitando las arrugas que pudieron haberse formado, para después acomodar su sudadera color beige y finalmente tomar su mochila saliendo de la habitación.

— ¡Jorge, has tardado demasiado! — Natalia, la hermana del menor, se quejó.

— Natalia, solo me he tardado unos 3 minutos.

— Has dicho que bajabas en un minuto.

Natalia tiene 6 años, y el rizado asegura que ella tiene más vida social que él, lo cual probablemente es cierto.

— ¿Quieres que te lleve al instituto? — Claire, la madre del menor, preguntó.

— La misma respuesta que siempre, puedo ir caminando.