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1481 palabras

- Capítulo 4 -

— ¿Me puedo sentar?

El rizado miró al castaño, un sonrojo inmediatamente apropiándose de sus mejillas, por lo cual simplemente apartó la mirada y asintió levemente.

— Es un buen lugar. Me sentaré aquí más seguido.

— No debes hacerlo.

— Pero me gusta, así que lo haré.

El menor se abstiene a decir algún comentario, y simplemente finge indiferencia.

Cuando la maestra llega al salón, con los alumnos faltantes entrando detrás de ella, el menor busca con la mirada a Noen, quien debería sentarse con Benji, sin embargo ahora se encuentra sólo.

— Maestra — un chico menciona mientras entra al aula — lamento llegar tarde, no-no encontraba el salón.

— Tú debes ser el nuevo ¿cierto? — la maestra respondió, el chico asintió — ¿Cuál es tu nombre?

— Chase. Chase Hudson.

— Chase...puedes sentarte junto a Noen. Hoy daremos un repaso para que puedas ponerte al día.

— Claro.

Todas las miradas estaban fijas en el chico nuevo, y podría jurar que las chicas ya estarían haciendo apuestas sobre él.

— Entonces... — Benji susurró — ¿Qué harás en arte?

— Nada especial — el menor susurró de vuelta.

— Oh vamos, puedes ser más específico.

— No te importa — el menor respondió llevando su atención al frente.

— ¿Qué harás? Seguro pintarás a alguien desnudo, por eso no quieres decirme.

— Benji, guarda silencio.

— Tú no me dices que hacer.

El menor decidió ignorar al castaño, y simplemente dejó de mirarle mientras tomaba notas.

— Αnda, dime qué harás — el castaño insistió — yo no lo sé, quizás simplemente dibuje una manzana...¿Por qué no dices nada?

— Guarda silencio...

— Estoy intentando charlar contigo ¡Estoy siendo amable!

— ¡Nunca has sido amable conmigo! ¡Te estoy pidiendo silencio igual que has hecho todo el maldito año!

— Garay, Krol — la maestra regañó — Quizá quieran compartir un poco de su conversación con el director.

— Pero yo- — el rizado respondió.

— Pero nada, fuera.

El castaño tomó su mochila y salió del salón, mientras el rizado guardaba sus pertenencias y salía por igual.

— Lo siento — fue lo primero que el rizado escuchó al salir del salón, encontrando al castaño.

— Sólo...guarda silencio, yo lo arreglo — el menor afirmó.

— Pero en verdad lo siento...

— Te has disculpado dos veces en un día ¿Te sientes bien?

El castaño rió ante la ironía de la frase — Eso creo...

— Lo dudo — el menor respondió con una sonrisa.

— ¿No estás molesto?

— Mmm...pensándolo bien ¿Quién querría estar en clase de ciencias sociales?

Innocent boy (nueva versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora