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971 palabras

- Capítulo 3 -

El menor subió a su habitación y se recostó en su cama mientras repasaba los hechos sucedidos previamente en su cabeza.

El castaño había ido a su casa.

Había conversado con él.

Salió a su lado durante un corto tiempo, pero finalmente lo hizo.

Y recibió una disculpa además de un voto de confianza.

El menor bufó contra su almohada para después ponerse de pie, se miró al espejo y acomodó su alborotado cabello.

Miró las faldas que descansaban sobre su escritorio, y nuevamente bufó al recordar que aquello no era más un secreto.

A la mañana siguiente el rizado despertó ante el ruido de su despertador, se levantó de mala gana y continuó con hacer su rutina diaria.

Bajó al comedor y se sentó sin pronunciar palabra alguna durante el desayuno.

— Jorge, estaba pensando y...me gustaría poder conocer más a tu amigo. Ya sabes el que vino ayer — su madre comentó.

— No puede venir. Está muy ocupado todo el tiempo.

No mentía, tras más de cinco años de acosarlo, Jorge sabía que tenía entrenamiento de lunes a sábado, sabía su horario y lo que tardaba en llegar a su hogar. Y también sabía que si el castaño no estaba entrenando, seguro estaría en alguna fiesta o muy ocupado con sus amigos.

— Oh...seguro que puede hacerse un tiempo. Sólo quiero saber que tipo de personas son con las qué haces amistad.

— Veré que puedo hacer — respondió sin interés.

Jorge tomó su mochila y como todas las mañanas camino hacia el instituto.

— Entonces ayer fuiste a casa de Jorge — Noen le preguntó al castaño mientras ambos iban en su auto camino a la escuela.

— No sabía que allí viviera. Tal vez fue...nada olvídalo.

— ¿El destino? Quizá. Pero el destino se irá a la mierda si sigue comportándote como un idiota.

— Excelente amigo me ha venido a tocar.

— Lo sé, por eso te digo que tienes actitud de idiota.

— Además...me disculpé.

— ¿Te disculpaste? ¿Qué dijiste?

— Lo siento — el platinado se quedó mirando al castaño esperando a que continuara — ¿Qué?

— "¿Qué?" ¿Eso es todo? "¿Lo siento?"

— Si...

— ¡Eso no es una disculpa, imbécil!

— ¿Y qué quieres que le diga?

— No lo sé, sólo sé sincero

— Aunque supiera que decir, no creo que Jorge quiera hablarme de nuevo.

— Claro que si.

— ¿Por qué tan seguro?

— Te amo Benji...

— ¿Qué...?

Benji no pudo siquiera terminar su frase, cuando Noen ya había detenido el auto y tocado la bocina, para después abrir la ventanilla

— ¡Jorge!

El castaño dirigió su vista a la calle, encontrándose con el rizado de pie en la acera con uno de sus audífonos en la mano, y un leve sonrojo en sus mejillas que al castaño le parecía adorable.

— Sube con nosotros, te llevamos — Noen sugirió.

— E-estoy bien. Caminaré — Jorge respondió.

— Pero aun faltan casi dos kilómetros para llegar al instituto.

— Está bien, en serio...

— Sólo sube al auto — el castaño ordenó.

Jorge fijó la mirada en el dueño de aquella oración y cuando sus miradas se cruzaron el sonrojo en el rostro se hizo aún más evidente, haciendo que el menor agachara la mirada.

— ¿Vienes? — Noen preguntó, el rizado asintió.

Se acercó al auto y abrió la puerta trasera, y la cerró con delicadeza, temiendo que pudiese dañar algo.

— Entonces, soy Noen, no nos hemos presentado.

El menor sonrió y alzó la mirada, encontrándose con la mirada de los dos chicos al frente, fijas en él. Noen le agradaba, Benji le intimidaba, pero igual le agradaba.

— Entonces...creo que te debo una disculpa — Noen empezó.

— No es necesario, realmente no has hecho nada — era cierto. De aquel grupo, Noen era el que siempre se mostraba indiferente ante todas las ocurrencias del resto.

— Igual, me siento mal por no haber detenido a estos idiotas.

— ¡Ey! — el castaño se quejó.

— Cállate Krol — Noen golpeó el pecho del castaño, y le dirigió una mirada y después rápidamente miró al rizado, dándole a entender que esa era su oportunidad.

— Oh...umm...yo también lo siento — el castaño habló — trataré de no hacerlo más.

— ¿Después de 6 años? ¿Por qué cambiaste de opinión?

— Yo...

— Está bien — el menor interrumpió — Gracias por disculparte — sonrió tímidamente.

— ¿Por qué no estas molesto?

— Hace mucho tiempo dejo de molestarme, está bien.

— No, no lo está...

— ¿Por qué no te sientas con nosotros en el almuerzo? — Noen sugirió.

— ¿C-con todos ustedes?

— Si ¿Por qué no? Podrás conocer a los chicos.

— Ya los conozco, estaré bien en el jardín.

— Anda, será divertido.

— Si se pueden burlar de mi, seguro que lo es.

— Eso no pasará — el castaño intervino — te lo prometo

— Bien... — el rizado asintió, aun dudando acerca de sus palabras.

El castaño sonrió y Noen miró a su amigo con ternura.

Al llegar al instituto, el menor se dirigió a su casillero, siguiendo su rutina, y debido a que había venido en auto, había llegado más temprano, por lo cual se dispuso a detenerse en la cafetería.

Pidió solamente una botella de agua para el día y se dispuso a salir del lugar, sin embargo cuando se giró, a sus espaldas pudo ver a Benji junto a sus amigos, todos conversando en una de las mesas,

Apartó la mirada y se dirigió a la puerta, sin embargo antes de llegar escuchó a alguien llamar su nombre.

— ¡Jorge! — Noen llamó, sin embargo fingió no haber escuchado y siguió caminando hasta salir.

Apenas salió de aquel lugar, la campana indicando el inicio del primer periodo sonó, haciendo que Jorge apresurase su paso hasta llegar a su salón.

Siempre acostumbraba a sentarse en los asientos de atrás, era tranquilo, ya que nadie solía sentarse a sus alrededores.

Hasta ese día.

El menor pudo escuchar la silla a su lado rechinar, por inercia giró su cabeza, encontrándose con la mirada del castaño.

— ¿Me puedo sentar?

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16/04/21

Innocent boy (nueva versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora