11

120 15 18
                                    

544 palabras

- Capítulo 11 -

Jorge sentía que después de ese día, su tono natural de piel sería un rojo intenso, ya que no ha habido un momento en el que sus mejillas no estuviesen sonrojadas.

Desde el momento en que el castaño tomó su mano en los casilleros, hasta la situación actual en que el castaño por alguna razón había insistido en cargar su mochila hasta la mesa del almuerzo.

Entre esas dos situaciones se habían intercambiado más toqueteos sencillos, simples caricias cargadas con ternura que teñían las mejillas del menor de un ligero color carmín.

Al llegar a la mesa, pudo asegurar que sus mejillas no podían tener un color más rojizo que en ese momento, ya que inmediatamente todas las miradas se dirigieron a ellos y comentarios combinados con vítores no ayudaban mucho a que el color en su rostro desvaneciera.

— ¿Una semana? — Noen preguntó — No pensaba que fueras a lograrlo.

— ¿Ni siquiera con tu ayuda? — el castaño se mofó.

— Bueno, mi ayuda fue lo que te hizo lograrlo.

— Jorge — ésta vez fue Abby quien habló — ¿Qué es lo que le viste a éste idiota?

— Yo...umm... — el menor intentaba responder algo, pero tenia la mirada al suelo mientras jugaba nerviosamente con sus dedos.

— Basta, lo ponen nervioso — el castaño intervino.

— Pues debe acostumbrarse, ahora la atención estará sobre él — Damiar añadió.

— Oh claro, no puedes ser más humilde — Xowie señaló.

— Es la verdad — el chico de ojos grisáceos se defendió.

— Tiene razón — Sebby habló — Te puedo asegurar que por lo menos tiene 10 mensajes nuevos.

— Es complicado — Monty fue quien habló ésta vez — Es difícil pasar de prácticamente un vida tranquila a ser el centro de atención.

— Oh tú no hables, vienen de intercambio. Es obvio que la atención se posaría en ambos — Abby bufó.

— Sólo resalto los hechos — Monty indicó.

— ¿Pueden cambiar de tema? — el castaño habló molesto.

— Como quieras — Sebby respondió — De hecho, Mont y yo queríamos decirles algo.

— ¿Todo bien? — Abby dijo, mostrándose preocupada.

— Monty y yo debemos volver la próxima semana — Sebby concluyó.

Varios comentarios de asombro e incredulidad resonaron en la mesa, e incluso el rizado alzó la mirada con cierta desilusión.

— ¿Por qué deben irse tan pronto? Creí que se irían a final de año.

— Ayer nos llamaron — Monty explicó — dijeron algo sobre un examen y preparativos de la graduación.

— Dios, los extrañaremos demasiado — Abby habló.

— Aún no nos vamos — simpatizó Sebby — ¿Por qué no hacemos una fiesta? Ya saben, como despedida.

— Puede ser en mi casa — el castaño sugirió — Mi padre está de viaje. Le avisaré a todos, será la fiesta después del juego.

— ¡Perfecto! — Xowie chilló — Llevaré alcohol.

El rizado pareció sobresaltarse ante la última palabra, no es que no supiera que ellos bebían alcohol, sólo que escucharlo de cerca lo hacía real.

— ¿Hora? — Damiar habló con sencillez.

— Misma hora de siempre. Una hora después del partido.

— Abby ¿Puedes llevarnos? — Sebby interrogó.

— Saben que si. Jorge ¿Quieres que vaya por ti también?

— ¿P-por mi? — el rizado habló confuso.

— Vendrás ¿Cierto? — Damiar interrogó

— Claro — Benji habló — Yo pasaré por él.

— Pero la fiesta es en tu casa — Xowie recalcó.

— Yo iré por él — insistió.

— Como quieras.

El rizado nuevamente estaba sonrojado, y es que ahora no era por vergüenza, sino por nerviosismo.

Jorge nunca ha ido a una fiesta.

Pero ¿Qué podría salir mal?

................................................................
Idk bai

Innocent boy (nueva versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora