Valentina Copper.
— Anteriormente ya habían tratado sus heridas por lo que eso ayudó a evitar que se complicará la cirugía, sin embargo, su estado al igual que el del chico es delicado.— escuché la voz de un hombre en la lejanía y apreté mis ojos intentando despertarme.— Por otro lado , él recibió un disparo en el tórax por lo que su es más delicado.
— Comprendo, ¿Alguien sabe qué hacían allí?.— reconocí la voz de mi padre.
— Al parecer se vieron involucrados en una pelea de pandillas, el líder y causante del problema se encuentra muerto por un disparo en el corazón.— respondió el hombre.— La policía sigue trabajando en ello ya que era un narcotraficante buscado, se lo conocía como Simon Maxwell.
— Maldita sea.— murmuró mi padre para luego suspirar.— ¿Usted cree que es lo correcto dejarlos a los dos en una habitación?.
— Uno de los paramédicos dijo que la chica le había pedido que no la apartaran de él.
— Entonces iré a buscar café, será una noche larga.— respondió.
Escuché los pasos de ambos hombres alejándose y luego la puerta cerrándose, abrí mis ojos para ver las paredes pintadas de celeste y los muebles blancos. Mi cabeza al igual que mi cuerpo no respondían ninguna de mis órdenes por lo que me concentré en escuchar la débil respiración de Alex y el sonido de las máquinas que indicaban los latidos de su corazón.
Está vivo.
Un sentimiento de tranquilidad me inundó el corazón llenándolo de esperanza, escuché la puerta abriéndose y mi hermano apareció a mi lado; sus ojos estaban rojos en hinchados de tanto llorar, noté que su labio inferior estaba herido por lo que supuse que se lo mordió inconscientemente debido al miedo.
— Despertaste.— susurró en un hilo de voz y me acarició la mejilla con su mano.— Oh Dios, estás aquí conmigo.
Apoyó su frente contra la mía y soltó un sollozo causando que mi piel se erizara, sentí cómo sus lágrimas caían sobre mis mejillas y su cuerpo entero temblaba del miedo. No podía moverme pero esperaba que él supiera cuánto me alegraba de verlo, Thomas se apartó para sonreírme con fuerza mientras que acariciaba mi mejilla con su pulgar.
— Estaba tan asustado de perderte, no sé qué pasaría conmigo si te vas.— susurró.— Te amo, hermana.
— Y-yo también.— murmuré en un débil susurro y asintió.
— Alex está estable, los doctores dijeron que debemos rezar para que sobreviva esta noche.
Asentí.
— ¿Y nuestros padres?.
— Papá fue a comprar café para los chicos y Amelia está recibiendo tranquilizantes por intravenosa ya que se alteró como un demonio cuando supo que Simon te atacó.— negó con la cabeza.— Es más peligrosa de lo que parece.
— Actúa como una mamá oso.— respondí.
— No, actúa como lo haría cualquier madre si le tocan a su hijo.
Ambos guardamos silencio durante unos segundos y él besó mi frente antes de acercarse a la camilla de Alex para controlarlo, noté que le revisaba la herida antes de medir su pulso. Le acomodó algunos mechones de cabello que caían sobre su frente y se acercó a su oído.
— Espero que te despiertes maldito imbécil porque yo mismo iré al Infierno a buscarte si la dejas sola.— advirtió lo suficientemente alto para que yo escuchará.
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Pequeño Demonio: Caos ✔
Roman d'amourLos años pasan y la gente suele cambiar con el tiempo, podría verse como un ciclo que se debe a acontecimientos desgarradores o tal vez alegres. Habían pasado dos años desde entonces, ella logró seguir adelante por cuenta propia aunque tuvo algunos...