29| Pequeño Demonio

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Alex Collins.

6 meses más tarde.

No era un día normal como cualquier otro, habían pasado seis meses desde el tiroteo con Simon y mañana se cumplirían cinco desde que dejé el negocio de mi padre en manos de Nick quien se negó a renunciar. Debería sentirme triste o molesto por abandonar el negocio familiar pero yo sabía que fue una de las mejores decisiones que tomé en mi miserable existencia; aquel lugar estaba manchado con la sangre mía y la de mi padre.

Algunas personas dicen que para superar nuestros miedos debemos enfrentarlos y luego dejarlos ir, yo lo estaba logrando. Valentina fue mi cable a tierra durante estos meses y sé que si no la hubiera conocido jamás habría considerado la oportunidad de tener una vida mejor, al igual que Thomas, comencé a estudiar administración de empresas.

Dejarlo no fue fácil ya que más de uno estuvo dispuesto a saltarme encima para cortarme el cuello, pero Nick se convirtió en su esperanza y honestamente sé que él ve la empresa como su hogar, su lugar seguro. No podía arrebatárselo, cada uno es libre de tomar su propia decisión así como yo tomé la mía.

Detuve el coche frente a la acera del instituto donde asistía Max y una sonrisa divertida cruzó por mis labios al ver que Valentina estaba de pie buscándolo con la mirada, sin dudarlo, caminé hacía ella y llegué a tiempo para tomarla del brazo y evitar que corra hacía el chico como mamá oso.

— Max también tiene derecho a ligar.— dije al verlo conversando con una chica de su edad.

— ¿Y si ella lo está amenazando para que le siga el juego?.— respondió colocándose a mi lado y levanté mi ceja incrédulo.

— Tú eras igual que esa niña.— respondí haciéndola sonrojar.— O peor.

— No estamos hablando de mi, Alex.

— ¿Acaso se están besando?.— pregunté frunciendo ligeramente el ceño en dirección a ambos adolescentes y ella se volteó al instante.

La obligué a girarse en mi dirección y antes de que pudiera emitir palabra alguna pose mis labios sobre los suyos causando que Valentina se tambaleara sobre su eje por lo que la tomé de la cintura asegurándome de mantenerla a mi lado, ella sonrió a mitad del beso y se apartó para mirarme con diversión.

— Robar besos no es de caballeros.— susurró contra mis labios.

— Me equivoqué, al final éramos nosotros los que se estaban besando.— respondí haciéndola reír.

Escuchamos a alguien tosiendo y ambos miramos a Max quien levantó su ceja claramente avergonzado, Valentina se atragantó con su propia saliva por lo que comenzó a toser mientras que el chico evitaba reír.

— Bonita forma de recibirme.— comentó con burla.

— Max, ¿Cómo te fue en el instituto?.— preguntó mi novia tratando de disimular sus nervios.

— ¿Esa chica es tu novia?.— inquirí curioso.— Te vi muy animado hablándole.

Max se sonrojó.

— No te incumbe, chismoso.

Escuché el sonido de la bocina proveniente del coche de Nick y una sonrisa se asomó por mis labios, Valentina me miró extrañada a lo que me encogí de hombros fingiendo no saber sobre el tema.

Pequeño Demonio: Caos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora