EPÍLOGO

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5 años después.

Las puertas del hospital se abrieron de un golpe dejando ver a cinco hombres junto a una mujer, la misma era sostenida por dos de ellos mientras que otro gritaba en busca de una enfermera; el cuarto chico estaba ayudando al quinto para mantener el equilibrio mientras evitaban que se desmayara.

Las enfermeras no tardaron en aparecer junto a una camilla y Alex al igual que Thomas ayudaron a Valentina a recostarse sobre la misma, su pecho subía y bajaba a una velocidad anormal así como su puño se cerraba sobre la mano de Alex quien hizo una mueca.

— ¿Cuándo fue su última visita al obstetra?.— preguntó el doctor de guardia y todos miraron a Alex.

— Una semana.— respondió al instante.— Se supone que debe nacer a fines de mes.

— ¿Quieres presenciar el parto?.— inquirió el hombre y por primera vez, Alex palideció de miedo.

— ¡Claro que lo hará!.— gritó Thomas mirándolo molesto.— Eres el padre.

— Hazte cargo de lo que creaste.— siguió Pierce con burla y lo empujaron por los hombros.

— Acompáñeme, señor.— comentó una de las enfermeras para guiarlo a otra sala donde se colocó un uniforme azul parecido al de los doctores.

Lo guiaron a través de pasillos los cuales daban a quirófanos hasta que finalmente se detuvieron frente a uno, era su quirófano. Las manos de Alex comenzaron a temblar aunque hizo un esfuerzo por ocultarlas, la enfermera abrió la puerta y luego de desinfectarse, Alex estuvo junto a Valentina.

Estaba asustada.

— No voy a poder hacerlo, Dios, no lo haré.— dijo con los ojos cubiertos de lágrimas.— ¿Por qué demonios pensé que podría hacerlo? ¡Aaah!.

— Señorita, necesito que se concentre en pujar.— dijo el doctor al otro lado y ella lloró.

No era la primera vez que tenía una crisis durante el embarazo y Alex había estado presente en cada una de ellas pero esta vez era diferente: estaban a punto de recibir a su bebé en brazos.

Él tomó la mano de ella en un gesto cariñoso y asintió asegurándole que todo estaría bien, ella pareció perderse en su mirada una vez más y los gritos de dolor inundaron la habitación así como  los anuncios del doctor sobre lo cerca que estaba de terminar todo.

Alex fue el primero en ver a la pequeña criatura que cuidaron por meses, el doctor le dio una palmadita en la espalda y los gritos  al igual que los sollozos por parte del bebé sonaron como campanas anunciando su llegada; era igual de llorón que su madre.

— Es una niña.— confesó el hombre y ellos dos se miraron confundidos.— ¿Les dijeron que era un niño?.

Asintieron.

— Pues suele pasar, pero veo que tienen una bebé muy sana.— comentó al mismo tiempo que le extendía a la pequeña a los brazos de Alex y su expresión se suavizo.

Alex se volteó hacía su esposa para enseñarle a la pequeña niña que crearon juntos, Valentina acarició la mejilla de su pequeña con una sonrisa que se desvaneció al igual que ella debido al cansancio y Alex sólo pudo mirar al doctor en busca de alguna respuesta.

— Hemos terminado.— respondió el hombre de forma amable.

Las enfermeras tomaron a la bebé para limpiarla y algunas llevaron a Valentina a su habitación así como otras dejaron a la bebé en observación, Alex salió del quirófano con las piernas temblando y se sorprendió de ver a Nick cruzado de brazos al final del pasillo.

— ¿Maravillosa experiencia, eh?.— bromeó el rubio para ayudar a caminar a su amigo quien seguía perdido en sus pensamientos.— ¿Alex?.

— Nick, déjalo.— lo regañó Hannah quien traía a un bebé en brazos, su hijo.— Tú reaccionaste de la misma forma cuando nació Eros.

— ¿Cómo se llamará?.— preguntó Maximiliano y Alex suspiró.

— ¿Dónde está mi hermana?.

— Habitación 304, último piso.— informó Alex.— Es hermosa.

Todos se voltearon.

— ¿Hermosa?.— repitió Daisy frunciendo el ceño.

— Es una niña, se equivocaron en la ecografía.

— Al parecer habrá una niña en el grupo.— comentó Pierce divertido para mirar a Samantha quien asintió antes de bajar la mirada a su hijo que estaba en brazos de Pierce.— Ryan tendrá una amiga.

— Eso parece.— comentó Nick con una sonrisa.

—Quiero conocer a mi sobrina.— dijo Jackson haciendo que ellos rieran.

— Estabas al borde de un desmayo recién.— se burló Daisy ganándose una mala mirada por parte del castaño.

— Primero debemos buscar cualquier cosa que necesiten.— dijo Hannah mirando de reojo al rubio.— Y Thomas debe avisarle a sus padres.

— Yo iré con Valentina, más tarde llevarán a la bebé a la habitación pero primero la revisará un doctor.— informó Alex y ellos asintieron.

Y así fue como la tarde pasó en un cerrar y abrir de ojos, para la noche, los tres se encontraban en la misma habitación y Valentina tenía en brazos a su hija quien no dejaba de mirarla mientras que Alex las cubría con una manta.

— ¿Qué nombre le daremos?.— preguntó ella con una sonrisa y Alex besó su mejilla.

— No lo sé, soy malo para los nombres.— confesó él para luego mirar los ojos de su hija, eran de un tono oscuro como los de él.— Pero Rose suena bien.

— Rose Collins.— respondió Valentina con una sonrisa.— Me gusta como suena.

— Nuestra pequeña creación.— finalizó él con una sonrisa.

Alex extendió sus dedos hacía la bebé y la pequeña lo tomó inconscientemente para verlo con atención mientras Valentina reía por lo bajo. En aquella habitación de hospital la calidez parecía desbordar de ellos tres así como el amor que emitían los ojos de ambos padres hacía su pequeña.

Rose Collins era producto de un amor que sobrevivió a la muerte y al fuego del peligro.

~○~

Sí, considero que este epílogo es mejor que cualquier otro ❤.

El tercer libro de la saga llamado "Pequeño Demonio: Enamórame" ya se encuentra disponible en mi perfil.

Gracias por leer.

-tsu245.

Pequeño Demonio: Caos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora