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El timbre de mi casa no dejaba de sonar, intenté ignorarlo pero insistía. Agarre mi teléfono para mirar la hora y eran las cinco y treinta de la mañana, apenas estaba amaneciendo y hacía un frío de infierno por la lluvia de ayer. El clima estaba totalmente loco.
   Me levanté de muy mala gana mientras me ponía la bata con los ojos cerrados, necesitaba seguir durmiendo. Caminé descalzo por el helado piso de madera hasta llegar a la puerta, quite el seguro y abrí.

   Nicole con un abrigo marinero color marrón claro que le llegaba casi hasta las rodillas, zapatos de tacón, labios rojos y pestañas más largas que había visto en mi vida estaba parada en la puerta con una bolsa y la correa de su perro en una mano, al lado, el Border Collie sentado esperaba cualquier movimiento de su dueña. No tenía idea si estaba soñando o era real pero sentía que estaba viendo a un mismísimo ángel, la piel blanca por falta de exposición al sol y los labios rojos me hizo querer meterla en casa y no dejarla salir al frío de Los Ángeles.

-Hola. -Movió la cabeza hacia un costado. Mi corazón se estrujó. -Realmente lo siento por el horario, intenté llamar pero no contestabas, imaginé que estabas dormido. Vine a traerte a Poly. Sé que es más temprano de lo que acordamos pero el vuelo se adelantó y debo ir a... como sea. Esta es su comida, solo mantenle el plato lleno, ella come cuando quiere, al igual que el agua. -Me entregó una bolsa negra. -Sabe hacer afuera así que por eso no tendrás problema, solo no olvides abrirle la puerta. Le gusta pasear pero no tienes que pasearla si no quieres, sabe quedarse adentro. Generalmente se levanta a las ocho de la mañana pero si te quedas en la cama te hace compañía hasta las diez, luego de eso; se hace encima. Siéntete libre de llevarla a donde quieras y si tienes que dejarla sola tampoco hay problema. -Hablaba muy rápido y mi cerebro estaba muy lento. -Eso es básicamente todo. Es solo un perro. -Elevó los hombros y sonrió. -En serio gracias.

-Te ves muy bonita. -Ignoré cada una de sus palabras porque mi mente no se concentraba en otra cosa que no fueran sus labios.

   Ella bajo la cabeza y sonrió tímidamente, acarició la cabeza de Poly y le susurró un "pórtate bien". Luego se acercó a mi y plantó un beso ruidoso en mi mejilla dejándome totalmente atontado, me agradeció nuevamente y me entregó la correa. Saludo con la mano antes de desaparecer en su auto.
   Poly lloriqueo al verla irse.

-Tranquila, no soy malo. -Le hice una caricia en la oreja y entramos. -Mierda.

   No tenía ni idea que hacer con ese animal, me miraba atenta cada paso que daba. Volví a la habitación y me acosté en la enorme cama. Poly me vió desde la puerta de la habitación, esperando que le diera permiso a entrar pero antes de poder decirle algo ya estaba dormido.

Horas más tarde, un aplauso me despertó sobresaltado, Jeff aplaudía sin parar a mi lado, vestía de deporte pero no estaba sudado. Intenté mirar por la ventana y el sol ya brillaba nuevamente aunque sentí un poco de frío colándose entre mis brazos cuando la sábana bajó.

No Volveré a Caer |MetGala 2| - TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora