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La semana pasó tan rápido que ni siquiera me di cuenta, fue constantes bromas, buenos recuerdos y mucha cerveza. Realmente la estaba pasando bien. No recordaba la última vez que me reí tanto, me hizo darme cuenta que este era mi lugar feliz, esta era mi gente y seguían aquí.

Les había mostrado mi material y a ellos les pareció interesante, sacamos miles de ideas de allí. En ningún momento me sentí juzgado o presionado, al contrario, era un sentimiento magnífico. Analizamos, compusimos, tocamos instrumentos. Admito que estaba bastante oxidado con la guitarra pero Mitch me ayudó con eso.

A las diez de la noche estaba tirado en la arena intentando obtener señal para llamar a Nicole, intenté convencerme de que no la extrañaba. Fue imposible. La idea de volver a Argentina solo un fin de semana para que duerma en mis brazos me tentaba. No debía apresurarme, ni siquiera sabía si ella quería lo mismo.
Me levanté y caminé unos pasos hasta conseguir tres lineas y marqué, hacía una semana exactamente no tenía noticias de ella, ni siquiera la había buscado en internet. Estaba trabajando en dejar de hacer eso, era bastante invasivo y yo más que nadie sabía que la mayoría de las cosas que se escribían no eran ciertas.

Al cuarto sonar me contestó con voz ronca y somnolienta. Claro, en Argentina eran las tres de la mañana.

-Lo siento tanto. -Cerré con fuerza los ojos, no quería molestarla. -Te llamaré mañana.

-Esta bien. -Su voz me hizo recordar ese día que despertó a mi lado y me estrujó el corazón, sonreí por el recuerdo. -Háblame ahora, estoy despierta.

-Me gusta tu voz de dormida. -Jugué con la arena con mis dedos, la oí bostezar mientras la imaginaba.

-Poly te extraña, quiere que la cuides otra vez.

-¿Y tú me extrañas?

-Extraño tus tostadas con huevo, me vendrían genial estos días, estuvieron feos.

-Háblame de ello, ¿qué pasó, estás bien?

-Mejor cuéntame cómo lo estás pasando allí.

-Muy bien, me reencontré con muchos antiguos amigos y estamos organizando varias canciones, vamos bastante rápido. Estoy emocionado.

-Estoy feliz por ti. -Susurró y volvió a bostezar. -¿Estás en la playa?

-Lo estoy, si.

-¿Podrías describirla para mi? Tengo frío.

-Claro, cariño. -Miré a mi alrededor. -Hace calor pero hay un poco de viento caliente que mueve las hojas de las palmeras y el agua. La arena es muy clara, la luna la hace ver de un tono azul. El agua es caliente, a veces no te refresca mucho pero es muy bonita y transparente. Tengo un árbol de cocos cerca de mi, hay muchos caídos y rotos en el piso...

-Si te extraño, Mateo. -Interrumpió. -Me gustaría que estés ahora.

   Separé el teléfono de mi oído sin poder creer lo que oía, agrande la nariz intentando no mostrar una sonrisa de imbecil enamorado.

-Yo también te extraño, Nicole. Y si me lo pides saldré lo antes posible para llegar a dormir contigo. -Que cursi, pero era real. -Dime si algo está mal.

-Solo tengo algunos problemas mediáticos con mi ex pareja pero probablemente ya se les pasará a todos pronto.

-¿Me necesitas?

-No voy a molestarte.

-Es lo que menos haces.

-Bueno, pero con que me llames me siento mejor.

-¿Que te parece un fin de semana juntos? Con Poly, claro. -Nicki río y suspiró.

-Me encantaría, pero no voy a estropear tu trabajo.

-Llegaré el viernes por la noche y volveré el domingo por la mañana.

-¿En serio harías eso?

-Lo haré. Sigue durmiendo, nos vemos en un par de días.

Al cortar instantáneamente fui a comprar pasajes de avión, antes de colocar el código de mi tarjeta para abonar escuché unos aplausos detrás de mi, haciéndome girar. Alex y Jeffrey me apraudian y silbaban sin parar.

Levanté las manos sosteniendo mi tarjeta y teléfono, sin entender que les pasaba.

-Dime si me necesitas. -Me gritó Alex con voz aguda y dramática. Burlándose de mi charla.

Les levanté el dedo del medio. Puse el código en la pantalla para pagar, guarde mi teléfono y me levanté de la arena llegando a ellos.

-No sabía que estabas con alguien. -Golpearon mi espalda sonoramente mientras entrábamos a la casa.

-No estoy con nadie.

-¡Oh, Mateo! ¡Te necesito tanto, ven por mi! -Siguieron bromeando.

-Cierra la boca.

-¿Tienes una foto? -Insistió Alex.

-No.

-Yo tengo. -Sacó su teléfono Jeff.

Los tres hombres levantaron la cabeza para ver el aparato brilloso. Jeffrey les mostró deslizando su dedo. No tenía idea que veían pero Mitch tenía el ceño fruncido, Alex silbaba cada vez que pasaba a otra foto y Ryan sonreía fascinante.

-Si no está contigo puede estar conmigo. -Se acomodó Ryan sin dejar de ver la pantalla. -¿Cómo es su Instagram?

-En serio, basta.












Gracias por leer! Espero les guste y dejen su opinión 💗

No Volveré a Caer |MetGala 2| - TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora