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Me desperté más pegado a ella que anoche, una de sus piernas estaba sobre la mía y su cabeza estaba en mi cuello, ambas manos me rodeaban, abrázadome. Era el momento más bello de mi vida, pero había un pequeño problema; tenía una ereccion terrible.
Ella no podía verme así.
Sin hacer muchos movimientos, intenté salir de la cama sin despertarla pero era imposible, ella estaba literalmente arriba mío. Una vez que me pude escapar fuera de las sabanas susurró con los ojos cerrados un "no te vayas", acaricié su rostro y le dije que volvería en un momento.
Me di una ducha de agua helada, no tuve que pensarlo demasiado, me sequé y volví a la cama, me tomó diez minutos hacerlo, realmente no quería que se despertara sola y no poder verlo. Me sentí un imbecil por pensar eso.
Cuando volví, la levanté provocándole un quejido, quería que volviera a abrazarme y así lo hizo mientras acariciaba su cabello. Se fue despertando lentamente por el movimiento, me miró con los ojos entrecerrados y se alejó para estirarse.

-Me gusta mucho tu cama. -Dijo mientras volvía a cerrar los ojos.

-Buenos días. -Acaricié su espalda y ella levantó la cabeza, tenía el cabello revoltoso y los ojos hinchados por el sueño. -Sos muy linda cuando te  despertas.

-Deja de mentir. -Apoyó los codos en el colchón y se tapó la cara, luego las extendió hacia arriba agarrando su cabello. -Buenos días.

Me acerqué a su rostro para besarla y se alejó inmediatamente, casi espantada por mis actos. Tal vez me había apresurado o no entendía las señales.
Mi corazón se rompió por un instante. Nos vimos desconcertados.

-No me lave los dientes.

-No me importa. -Agarré su cara y la besé, ella lo recibió con gusto. Me completó, me sentía seguro y querido, sentía que podría olvidarme de todo.

Respiré hondo cuando se sentó a horcajadas sobre mi y apoyé las manos en el colchón levantando la cabeza para verla. Era un ángel.
Por un segundo tuve pánico, no estaba listo para cualquier cosa que pudiera pasar; esto ya era demasiado para mi. Estaba sentada justo en el lugar donde me hubiera encantado que se sentara en otro momento, probablemente podía sentirlo todo, porque yo la sentía a ella.
Tenía cara seria seria mientras me acariciaba la mejilla, no decía nada, simplemente me observaba.

-¿Por qué estabas mal ese día que Poly intentó ayudarte? -Preguntó.

-No estaba mal, no se por qué crees que había algo mal.

-Puedes confiar en mi.

-Solo estaba cansado y Poly también, ella quería descansar. -Levantó las cejas, incrédula. -En serio.

-Haré como que te creo. ¿Puedo preguntar otra cosa? -Se deslizó más hacia adelante y tragué saliva, no sabía si me estaba provocando o simplemente fue involuntario. Asentí. -¿Por qué tienes una valija llena de cosas en la entrada?

No Volveré a Caer |MetGala 2| - TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora