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Por la noche nos encontrábamos en la cama en una situación bastante comprometedora, nos estábamos besando en ropa interior. El problema surgió cuando se sacó el brazier y miré detenidamente, la acaricié deseoso, bese su pecho, pero luego no pude hacerlo. Le pedí disculpas y dijo que no importaba, que lo entendía.
Esa noche no me abrazó para dormir ni me dijo buenas noches, simplemente durmió. Yo no pude. Me levanté a las cuatro de la mañana a masturbarme en el baño y lloré. Poly asomó el hocico por la puerta pero la eché. Me sentía un completo idiota.
Me desperté al mediodía, las doce exactamente, Nicki no estaba en la cama. Levanté mi cuerpo extrañamente dolorido y la vi ordenando su bolso haciendo que mi corazón se rompiera en mil pedazos. La cagué en la última noche.
-¿Ya te vas? -Hablé con voz ronca, más de lo normal, por el frío y el sueño.
-Si, mi gerente llegó hoy temprano y me está esperando en el hotel. Intenté llamarte pero creo que estabas muy cansado.
-Me cambiaré en un segundo y te llevaré.
-No, esta bien. Un taxi está abajo. -Colgó el bolso en su hombro y le puso la correa al perro, que se encontraba sentado a su lado. -Gracias por hospedarnos, en serio lo aprecio.
Estiró la mano para apretar la mía en forma de agradecimiento, su acto me fue bastante frío por lo que estábamos haciendo anoche. Tiré de ella para que se acercara a mi y besarla, aceptó sin ningún problema.
-¿Vas a llamarme? -Pregunté.
-Tu deberías hacerlo. -Dejó otro beso en mis labios, dejándome atontado. -Adios.
Miré cómo salía por la puerta y en vez de sentir tristeza, no podía dejar de sonreír porque ella no estaba enojada por lo de anoche. De todos modos me arrepentía, la había deseado desde el primer momento que la vi y desperdicié la oportunidad.
Empecé el rumbo al aeropuerto ya que mi vuelo salía en un par de horas, le mandé un mensaje a Jeff diciendo que estaba por subirme al avión y me respondió con una foto de una hermosa playa; el sol brillante, el agua cristalina, la arena amarilla y un par de cocos en el suelo. Tal como lo recordaba de hace años. Mis ganas de llegar aumentaron. El viaje en avión fue tranquilo, no tuve compañero de asiento y bebí bastante whiskey, pensé en Nicki durante las largas horas de viaje y repasé los dos días junto a ella. Me di cuenta de varias señales que no había tenido en cuenta como, por ejemplo, cuando le dije que me iba a Jamaica durante un mes un poco de su energía se había desgastado. Probablemente era mi imaginación. Me di cuenta que tampoco le pregunté por qué estaba en Argentina durante tanto tiempo. Hice una nota mental de apenas bajara del avión, llamarla. Y así lo hice.
Hice todo lo el papeleo para las valijas y me las entregaron. La mujer de la aerolínea me pidió un autógrafo, se lo di deseándole un buen día. Avisé a Jeff que pasara por mi al aeropuerto y me dijo que en un momento salía. Mientras lo esperaba llame a Italia.
