Breena (Saga Saint-Croix 3)

21. capítulo

Hoy capítulo cortito, pero prometo subir otro mañana. Besos para todas.

Se fueron a la mañana siguiente. Breena ni siquiera derramó  una lágrima al despedirse de su hermano. Él la abrazó y la murmuró un “lo siento”.

-Iré a tu boda, Breena. Me gustaría que te casaras aquí pero…

-No voy a convertir mi noche de bodas en una exhibición, hada-aseguró André con frialdad-vuestra costumbre de tener testigos es humillante.

-Ni yo pretendo hacer pasar por eso a mi hermana, vampiro. Cuida de ella. O no habrá pacto que impida que te mate.

André condujo de vuelta a territorio vampiro. Breena no dijo una sóla palabra, ni contestó cuando él intentó entablar conversación con ella. Ni siquiera cuando la preguntó cómo estaba su espalda. Cuando llegaron, la chica bajó del coche y entró en la casa sin decir una palabra. Luego, se encerró en la habitación en la que su hermano había sido alojado.

Alexia fue a verla enseguida. La abrazo y luegó la miro con cautela.

-¿Cómo estás? André nos ha contado lo que ha pasado. De hecho hemos tenido que volver antes para hacernos cargo de las cosas aquí.

-Estoy bien-aseguró la chica-¿qué ha pasado con Elise?

-Se ha recuperado. Y, al parecer por voluntad propia, ha decidido quedarse con su marido.

-Está enamorada de él-afirmó el hada.

-Hasta las patas. Igual que tú de André.

-Si me lo estás preguntando, Alexia, no voy a responder.

-Y yo no voy a hacerte una pregunta sabiendo ya la respuesta, Breena. Ahora, bajemos a cenar. Y, a partir de mañana, tendremos que organizar los detalles de la boda. No queda mucho tiempo.

-No voy a participar en eso, Alexia. André ya ha dejado claro el porqué quiere casarse, lo que ocurrirá el día que se canse de mí y que ni siquiera necesita mi permiso para la boda. Así que no me pidas que te ayude a organizar nada.

Alex la cogio un mano.

-Creo que te estas equivocando en la estrategia, Breena. Vas a casarte con André. Eso no tiene remedio. Deberías aprovecharlo. No muchas mujeres hada tienen la suerte de casarse con el hombre que aman, según me han dicho.

La vampira salió de la habitácion y Breena la siguió pensativa.

La semana se paso muy rápida. Breena apenás vio a André, el vampiro parecía evitarla y el hada se alegraba por ello. Cuando paseaba por el jardín sóla, siempre habia algun vampiro cerca, vigilando, supónia que por orden de él.

La noche anterior a la boda, André la sorprendió al entrar en su habitácion.

-Tendrías que estar durmiendo-dijo mirándola con fijeza-mañana sera un dia largo.

La chica le devolvió la mirada desafiante.

-No quiero hablar contigo, André.

El chico se acercó a ella con lentitud.

-Me iré enseguida. Sólo he venido a recordarte que es mejor que mañana te portes bien.

El hada sonrió con burla.

-¿Tienes miedo de que monte un espectáculo, vampiro?

-Preferiría que no lo hicieras. El resultado va a ser el mismo. Si tengo que arrastrarte abajo vestida con un camisón, lo haré-respondió él encogiéndose de hombros-aunque sería mejor hacerlo por las buenas. Ahora ya sé que no puedo obligarte si tú no lo permites, tu hermano se dio cuenta de que así habías podido escapar. Un detalle que yo desconocía.

-Parece que hasta tú tienes fallos.

André sonrió y, de repente, la estaba besando. Se apoderó de su boca mientras inmovilizaba sus manos. Luego, sin soltarla, la susurró en el oído.

-Esta semana sin tocarte ha sido un infierno, hadita. Alexia me amenazó con cortarme los huevos si no te daba un poco de espacio. Pero mañana serás mía, cariño. Y te prometo que pienso recuperar el tiempo perdido.

La besó en la punta de la nariz y se alejó hacia la puerta.

-Te veré mañana, Bree. Descansa.

El hada se dejó caer en la cama y se acurrucó en posición fetal. El sueño no llegó hasta mucho más tarde.