Breena despertó aturdida por la mañana. André la había llevado a una habitación y la había quitado la pulsera. Después, la había dejado un tiempo para ducharse y ponerse algo cómodo para dormir. Luego, la obligó a tumbarse en la cama y la sujetó una muñeca en el cabecero.
-Mañana iré a negociar con Akop. Si haces el más mínimo intento de escapar, volveré a ponerte la plata. Diga mi hermana lo que diga.
La chica le miró con odio y André sonrió divertido.
-Hay que reconocer que tienes coraje. Es algo difícil de encontrar en un hada, créeme.
El vampiro salió y ella se quedó dormida casi de inmediato.
En cuanto despertó, pensó en usar su magia para soltar el pañuelo que la sujetaba.
-Será mejor que no lo hagas, Breena-pidió la voz dulce de la hermana de André-no puedo dejar que escapes. Mi hermano se lo tomaría muy mal.
-Necesito ir al baño-pidió el hada.
Elise se acercó a ella y la soltó el pañuelo.
-Espero que no me subestimes, Breena. Te aseguro que mi tamaño no se corresponde con mi fuerza. Puedo sujetarte sin hacer el menor esfuerzo.
-Lo sé. He oído hablar de la princesa Elise.
Bree se sentó en la cama y se frotó la muñeca que había estado sujeta. Luego fue al baño. Al salir, Elise seguía allí, pero, además, había una bandeja con café y comida.
-Puedes llevártelo, princesa-aseguró el hada- no voy a comer nada.
-No creo que debilitarte más sea buena idea, Breena.
-Tu hermano va a entregarme a Akop. Cuanto menos dure, mejor.
Elise la miró con curiosidad.
-¿Vas a dejar de luchar, entonces?
Bree se recostó en la cama y cerró los ojos.
-Hay luchas que no se pueden ganar.
-Pero siempre se puede intentar, Breena-Elise sonrió con tristeza pensando en su propia lucha con su esposo-volveré esta tarde para verte. Si necesitas algo, sólo tienes que llamarme. Te oiré.
Breena pasó el resto del día dormitando. A mediodía, la llevaron otra bandeja con comida y ella volvió a negarse a probarla. Casi había anochecido cuando la puerta de la habitación se abrió para dejar pasar a André.
La chica sólo abrió los ojos a medias para mirarle. El vampiro vio las dos bandejas llenas de comida y la observó con enfado.
-¿Esta es tu estrategia ahora? ¿Matarte de hambre?-preguntó cerrando la puerta.
Bree sonrió sin abrir los ojos.
-Quizás lo consiga antes de que acabéis las negociaciones. Prefiero morir antes que acabar siendo la esclava de Akop, vampiro.
-No está en tus manos decidir eso, hadita. Ahora prepárate. Bajaremos a cenar con mi hermana y los vamps.
-No, gracias. Creo que me quedaré aquí.
André se acercó a ella tan rápido que la chica ni se dio cuenta. La sujetó la melena con una mano y tiró de ella.
-No te he dado a elegir, Bree. Bajarás conmigo, por las buenas, o por las malas.
El hada pareció pensarlo un poco y luego asintió.
-Está bien. Pero no esperes que coma, vampiro. No voy a hacerlo.
-Ya veremos…
Durante la cena, Breena estuvo callada. Aunque escuchó atenta cuando Jared y André contaron cómo iban sus negociaciones con el demonio.
-Ni siquiera nos ha recibido-explicó Jared-ese cerdo nos ha mandado a su segundo y ha dejado que negociemos con él.
-Es la forma de proceder de los demonios, vamp. Deberías saberlo, son tus aliados-explicó André que miraba furioso el plato lleno de Breena.
-¿Por qué quiere Akop una alianza con las hadas?-preguntó Martha-nunca le ha interesado demasiado.
André y Jared se quedaron callados. El segundo de Akop les había explicado por qué. Y a los dos les había repugnado la idea.
-Necesitan renovar su sangre-dijo Jared-la endogamia ha hecho que haya muy pocos nacimientos. Y casi todos acaban mal. Creen que si se cruzan con otra especie eso mejorará. Han elegido a las hadas por que son los seres más hermosos. Todo lo contrario que ellos. Esperan que eso, con el tiempo, les haga estéticamente más aceptables.
Elise miró horrorizada a André.
-¿Quieres decir que va a usarla para…para procrear?-preguntó.
-Uno de los objetivos de los matrimonios de conveniencia ha sido siempre ése, Elise. No sé por qué te escandalizas tanto.
-No estamos en el siglo XII, André.
Bree se puso en pie. Estaba terriblemente pálida.
-Perdonadme, voy a retirarme. No me encuentro bien.
-Yo te acompañaré-ofreció Martha haciendo un gesto a André para que se sentara.
Cuando las dos mujeres salieron del salón, Jared se volvió a André.
-¿Le has dicho a Breena lo que la espera, André?
-¿Qué quieres decir, Jared?-preguntó Elise-¿aún hay más?
Jared se volvió hacia su esposa.
-Al parecer a Akop no le importa de quién sea el hijo que Breena engendre, mientras engendre uno y lo haga rápido. Así que, su idea es mejorar las posibilidades pasándosela a todos los machos que lo deseen, hasta que quede embarazada.
Elise palideció. Luego se acercó a su hermano y le empujó.
-No se te ocurra permitirlo. ¿Me oyes André?
El vampiro sujetó las manos a su hermana.
-No voy a dejar que haga eso.
-¿Quién se lo impedirá si se la entregas? No puedes hacerlo. Si lo haces, te prometo que no te volveré a hablar jamás.
-Basta, Elise.
La voz de su marido consiguió calmarla. Se dio la vuelta y salió de la habitación sin decir una palabra más. Jared miró a André con burla antes de irse.
-Estás metido en un buen lío, vampiro.
André suspiró y subió a la habitación que se le había asignado.
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Breena (Saga Saint-Croix 3)
مصاص دماءBreena ha conseguido escapar del destino que su padre la había preparado. Jamás se casaría con un demonio. Pero, cuando se creía a salvo, el pretencioso hermano del rey de los vampiros la había capturado. Ahora, no sólo tenía que escapar de él, sino...