5. capítulo

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Breena despertó aturdida por la mañana. André la había llevado a una habitación y la había quitado la pulsera. Después, la había dejado un tiempo para ducharse y ponerse algo cómodo para dormir. Luego, la obligó a tumbarse en la cama y la sujetó una muñeca en el cabecero.

-Mañana iré a negociar con Akop. Si haces el más mínimo intento de escapar, volveré a ponerte la plata. Diga mi hermana lo que diga.

La chica le miró con odio y André sonrió divertido.

-Hay que reconocer que tienes coraje. Es algo difícil de encontrar en un hada, créeme.

El vampiro salió y ella se quedó dormida casi de inmediato.

En cuanto despertó, pensó en usar su magia para soltar el pañuelo que la sujetaba.

-Será mejor que no lo hagas, Breena-pidió la voz dulce de la hermana de André-no puedo dejar que escapes. Mi hermano se lo tomaría muy mal.

-Necesito ir al baño-pidió el hada.

Elise se acercó a ella y la soltó el pañuelo.

-Espero que no me subestimes, Breena. Te aseguro que mi tamaño no se corresponde con mi fuerza. Puedo sujetarte sin hacer el menor esfuerzo.

-Lo sé. He oído hablar de la princesa Elise.

Bree se sentó en la cama y se frotó la muñeca que había estado sujeta. Luego fue al baño. Al salir, Elise seguía allí, pero, además, había una bandeja con café y comida.

-Puedes llevártelo, princesa-aseguró el hada- no voy a comer nada.

-No creo que debilitarte más sea buena idea, Breena.

-Tu hermano va a entregarme a Akop. Cuanto menos dure, mejor.

Elise la miró con curiosidad.

-¿Vas a dejar de luchar, entonces?

Bree se recostó en la cama y cerró los ojos.

-Hay luchas que no se pueden ganar.

-Pero siempre se puede intentar, Breena-Elise sonrió con tristeza pensando en su propia lucha con su esposo-volveré esta tarde para verte. Si necesitas algo, sólo tienes que llamarme. Te oiré.

Breena pasó el resto del día dormitando. A mediodía, la llevaron otra bandeja con comida y ella volvió a negarse a probarla. Casi había anochecido cuando la puerta de la habitación se abrió para dejar pasar a André.

La chica sólo abrió los ojos a medias para mirarle. El vampiro vio las dos bandejas llenas de comida y la observó con enfado.

-¿Esta es tu estrategia ahora? ¿Matarte de hambre?-preguntó cerrando la puerta.

Bree sonrió sin abrir los ojos.

-Quizás lo consiga antes de que acabéis las negociaciones. Prefiero morir antes que acabar siendo la esclava de Akop, vampiro.

-No está en tus manos decidir eso, hadita. Ahora prepárate. Bajaremos a cenar con mi hermana y los vamps.

-No, gracias. Creo que me quedaré aquí.

André se acercó a ella tan rápido que la chica ni se dio cuenta. La sujetó la melena con una mano y tiró de ella.

-No te he dado a elegir, Bree. Bajarás conmigo, por las buenas, o por las malas.

El hada pareció pensarlo un poco y luego asintió.

-Está bien. Pero no esperes que coma, vampiro. No voy a hacerlo.

-Ya veremos…

Durante la cena, Breena estuvo callada. Aunque escuchó atenta cuando Jared y André contaron cómo iban sus negociaciones con el demonio.

-Ni siquiera nos ha recibido-explicó Jared-ese cerdo nos ha mandado a su segundo y ha dejado que negociemos con él.

-Es la forma de proceder de los demonios, vamp. Deberías saberlo, son tus aliados-explicó André que miraba furioso el plato lleno de Breena.

-¿Por qué quiere Akop una alianza con las hadas?-preguntó Martha-nunca le ha interesado demasiado.

André y Jared se quedaron callados. El segundo de Akop les había explicado por qué. Y a los dos les había repugnado la idea.

-Necesitan renovar su sangre-dijo Jared-la endogamia ha hecho que haya muy pocos nacimientos. Y casi todos acaban mal. Creen que si se cruzan con otra especie eso mejorará. Han elegido a las hadas por que son los seres más hermosos. Todo lo contrario que ellos. Esperan que eso, con el tiempo, les haga estéticamente más aceptables.

Elise miró horrorizada a André.

-¿Quieres decir que va a usarla para…para procrear?-preguntó.

-Uno de los objetivos de los matrimonios de conveniencia ha sido siempre ése, Elise. No sé por qué te escandalizas tanto.

-No estamos en el siglo XII, André.

Bree se puso en pie. Estaba terriblemente pálida.

-Perdonadme, voy a retirarme. No me encuentro bien.

-Yo te acompañaré-ofreció Martha haciendo un gesto a André para que se sentara.

Cuando las dos mujeres salieron del salón, Jared se volvió a André.

-¿Le has dicho a Breena lo que la espera, André?

-¿Qué quieres decir, Jared?-preguntó Elise-¿aún hay más?

Jared se volvió hacia su esposa.

-Al parecer a Akop no le importa de quién sea el hijo que Breena engendre, mientras engendre uno y lo haga rápido. Así que, su idea es mejorar las posibilidades pasándosela a todos los machos que lo deseen, hasta que quede embarazada.

Elise palideció. Luego se acercó a su hermano y le empujó.

-No se te ocurra permitirlo. ¿Me oyes André?

El vampiro sujetó las manos a su hermana.

-No voy a dejar que haga eso.

-¿Quién se lo impedirá si se la entregas? No puedes hacerlo. Si lo haces, te prometo que no te volveré a hablar jamás.

-Basta, Elise.

La voz de su marido consiguió calmarla. Se dio la vuelta y salió de la habitación sin decir una palabra más. Jared miró a André con burla antes de irse.

-Estás metido en un buen lío, vampiro.

André suspiró y subió a la habitación que se le había asignado.

Breena (Saga Saint-Croix 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora