Historias Y Mini Historias

Te amo más que ayer

(Fanfic Catradora)

NOTA: Los personajes utilizados en esta historia no me pertenece, todos los derechos a su respectivo autor y creador de la serie.

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Adora y Catra eran cadetes en entrenamiento de la Horda  bajo las órdenes y supervisión de una de las hechiceras más poderosas de zona del terror la cual tenía cierta preferencia sobre la rubia pues sabía que ella cumpliría con un futuro muy brillante, por otro lado despreciaba a la felina por creer que truncada el futuro de Adora.

-"Te lo digo Adora, Weaver me quiere muerta"

-"Bueno sabes que y no lo permitiré, yo te cuido, tú me cuidas ¿Recuerdas?"

-"Si"

Catra adoraba oír esas palabras de parte de su mejor amiga, para ella significaba todo y sin quererlo o saberlo un sentimiento empezó a crecer en ella, no era nuevo pues desde que la conoció cuando la rescató de aquella caja lo había sentido solo que ahora le parecía estar más presente que antes.

Con el paso de los años las dos se volvieron inseparables al grado de que se preocupaban de sobremanera si la otra no estaba. Planeaban grandes cosas para el futuro o más bien Adora lo hacía, los únicos objetivos de Catra eran proteger a la tonta rubia de dos neuronas, salir de la zona del terror y llevarse a Adora con ella, por otro lado Adora solo pensaban una sola cosa y eso era llenar las expectativas que había en ella.

-"¡Adora!"

-"Déjame sola Catra ya hiciste suficiente"

-"Adora por favor escúchame, no lo entiendes"

-"No, la que no lo entiende eres tú, me humillante... Fui la burla, sabes que no tengo problema cuanto si solo somos nosotros pero hoy estaba Hordack, mi futuro se destruyó por tus estúpidos jueguitos Catra"

-"Adora yo..."

Las peleas entre Adora y Catra no duraban ni afectaban su amistad o al menos eso creía la rubia pues la felina se encargaba de ello solo por verla feliz, soportó los castigos más crueles de Shadow Weaver y los múltiples regaños de Hordack, Adora creía tener suerte cada vez que algo así pasaba y no le hacían nada y eso siempre la ponía de buen humor y buscaba a Catra para celebrarlo con ella sin nunca poder encontrarla.

Un día como esos Adora se encontraba en los dormitorios y al ver el dibujo que había hecho junto a Catra recordó el día en que la conoció, era tímida y agresiva a ala vez pero rápidamente consiguió acercarse a ella, recordó cada aventura en la que se metían en problemas, cerró por un instante los ojos y pudo escuchar las risas de ambas al molestar a sus compañeros y al jugar en los entrenamientos, pensó en aquellas noches donde no podía descansar con tranquilidad y Catra empezaba a ronronear para calmarla, se recostó en la cama y en lugar de sentir una fría y dura colchoneta se hundió en un esponjosos y gigantesco cojín de plumas lo cual le recordaba que hacia unas cuantas horas había dejado todo lo que conocía atrás y en todo eso a su más grande amiga, su compañera de aventuras y la única chica le había interesado su bienestar en todos esos años.

Ese era un mundo nuevo do de todo lo que desconocía en la zona del terror ahí era algo por lo que todos luchaban conseguir día a día, alegría pura, felicidad de una paz arrancada de sus manos y amor incondicional que a pesar de la adversidad era su mayor motor, Adora veía a todos disfrutar de aquello y solo podía pensar cómo sería si Catra hubiera aceptado ir con ella.