Amante para mi esposa (segunda parte)

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(Fanfic Korrasami)

NOTA: Los personajes utilizados en esta historia no me pertenece, todos los derechos a su respectivo autor y creador de la serie.
Advertencia: Contenido sexual explícito, si no se encuentra interesado deje de leer al ver ' y continúe en el "

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Era una noche inusualmente cálida cuando Korra acordó verse con Bolin y Opal para ir a visitar aquel lugar de mal nombre para muchos y muy visitado para otros.

- ¿Lista para divertirte esta noche Korra?
- Dalo por hecho Bo, necesito esto más de lo que crees
- Korra por favor prométeme que usarás condón
- Por supuesto Opal, estaría loca si no lo uso, eso no es sólo por seguridad de las chicas si no también nuestra, ¿Y ustedes que? ¿Van a rentar un cuarto? O ¿Te atreves a una experiencia más intensa Opal?
- Korra ya no soy tan joven para intentar algo así, aparte no soy como tú, tan jovial y aventurera, mucho menos libre, le pertenezco únicamente a mi lindo cachorro grandote

Dijo Opal muy tierna al apachurrar las mejillas de Bolin para besarlo, Korra rió pero fingió náuseas.

- Ya vayanse al cuarto

Las risas se escucharon apena el comentario fue dicho, al entrar al local que por fuera parecía un minisuper 24h se dividieron, ' Opal y Bolin fueron a uno de los cuartos donde podrían usar algunos juguetes sexuales y poner algunas películas pornograficas de su preferencia, mientras que Korra se dirigió exclusivamente al Glory Hole, la mujer que cobraba la entrada la miró un poco extrañada de ver a una fémina ir a esos lados, pero después de percibir su naturaleza aceptó el pago para ingresar, le entregó un poco de papel y un par de condones, Korra estaba acostumbrada a las múltiples miradas de impresión de todos los hombres, las mujeres Alfas no solían ser muy comunes pero la verdad a ella no le importaba, solo estaba ahí para disfrutar y así lo haría, ingresó a la zona donde estaban las mujeres listas para satisfacer a los hombres que lo necesitaban, delante de cada lugar donde se encontraba cada mujer aparecía su foto para darles una idea de con quién se iban a poner, Korra miró a todas y cada una de ellas hasta que se decidió primero por dar placer antes de recibirlo, escogió a una chica pelirroja de piel clara y unas cuantas pecas según se veía en su foto, esta solo tenía de su cintura para abajo disponible con las piernas sujetas hacia arriba en la pared por donde salía su torso dando un acceso completo a su vagina a la altura estándar de la cara de la mayoría de los hombres, Korra la olió para motivarse un poco mejor, su aroma era dulce como frambuesa, no la animaba mucho por lo que pensó que su sabor tal vez ayudaría un poco, se acercó y dió una lamida larga desde la base del mueble en el que estaba recostada hasta su clítoris, no fue mucho de su agrado, era ligeramente salado para su gusto, pero ya había empezado, no era justo detenerse en ese momento, continuó con su labor al poco rato los gemidos de la mujer fueron audibles en el lugar, Korra era una hábil maestra con su lengua y sus dedos a la hora de complacer a una mujer, después de conseguir que llegara al orgasmo por segunda ocasión se retiró de ahí y le permitió a otro hombre hacer lo suyo, su miembro a estas alturas ya estaba completamente despierto, pero aún le faltaba un poco de motivación, sus manos no parecían ser suficientes, así que se dirigió a otra parte donde esperó su turno para meter su pene en un agujero donde al otro lado habían dos chicas ansiosas por levantar aún más la chispa en la virilidad de quién se acercara, cuando fue su turno apenas si pasó por el agujero, el tamaño que tenía había tomado por sorpresa a la chica de cabellera castaña y ojos verde, pues era más grueso y largo de los que usualmente veía todas las noches, pero todo eso lo tomó como un reto que pensaba ganar, poniendo su mayor esmero lo sujetó con ambas manos, apenas alcanzando a rodearlo, lo lamió de base a punta varía veces mientras la masturbaba, pasó rápidamente de lamer a chupar y besar con intensidad, de Korra salía un poco de presemen pero nada realmente impresionante, las mamadas continuaron hasta que lo sintió listo, le colocó un condón y le permitió retirarse, aunque la entristecía no poder seguir sintiéndolo, Korra ya se sentía muy cerca del límite, tal vez una experiencia más follando a otra chica y podría sentirse completamente satisfecha, buscó a una que le pareciera buena opción, no tardó en encontrarla, era una mujer de cabello negro azabache lacio y piel clara, por un instante la imagen de la foto cambió y vió en ella a Asami, con su hermosa cabellera obscura pero brillante, su piel blanca que la retaba a sentirla, sus carnosos y rojizos labios, sus encantadores ojos jade, toda ella, apareció una vez más en su mente el día en el que se encontraron las dos solas en su cuarto de hotel apunto de hacerlo, entregarse la una a la otra, y con esa imagen se sumergió en aquella mujer desconocidas, no la atrapaba como esperaba y eso destruyó todo rastro de la imagen de Asami, esta mujer, aunque era hermosa ya era veterana en ese ofició, de tantos hombres que pasaban por ella ya no se sentía tan apretada como Korra lo hubiera deseado, pensó y se preguntó si estar dentro de Asami sería igual a esta mujer, tampoco era muy joven, aunque conservaba su belleza externa no quería decir que aún conservara sus habilidades abajo, pero eso era algo que descubriría pronto, por ahora solo le quedaba resignarse y satisfacerse con esta mujer.
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Había sido una larga noche y Korra no había conseguido eyacular después de aquella aventura, por ende no pudo descansar completamente y para ello tenía una solución, el café siempre la reactivaba y le permitía seguir con su día con normalidad. Asami ya sabía dónde podría encontrar a Korra sin dificultad pues siempre iba a la misma cafetería, al salir de ella de comer siempre era atacada por varias chicas con claras insinuaciones que amablemente se quitaba de encima, Korra era conciente de que Asami la veía y por mucho que quisiera hacerlo y poder desquitar esa frustración no podía, debía mostrar una imagen frente a ella para conseguir su confianza, luego de unos minutos de espera a que las mujeres por fin dejarán a la mujer Alfa consiguió acercarse, se encontraba nerviosa pero debía hacerlo.

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