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- Es necesario que tome reposo durante dos semanas, al menos hasta que las pastillas hagan efecto - dijo el azabache mientras escribía en su computador la receta de medicamentos - Las pastillas las tomará cada ocho horas, necesitará mucho líquido - firmó el papel luego  de ser impreso y se lo entregó a la paciente -  Su alfa necesita estar a su lado, un desequilibrio de hormonas es bastante común, eso causa que los celos tienden a saltarse debido al estrés o por soledad - explicó mirando a la omega y luego a su alfa sentado  junto a ella - Su olor debe calmar al lobo de su pareja, necesita sentirla, saber que aún tiene a su compañero el cual eligió para formar una vida, pues según los síntomas que sufre, he diagnosticado un cuadro de abandono hacia su omega. - acomodó con su dedo medio sus lentes antes de mirar seriamente al alfa - Necesita reforzar el vínculo con su omega.

- Pero Doctor... - dijo el alfa aclarando su garganta y tomando la mano de la omega a su lado, al instante la joven se sonrojo y sonrió levemente por la acción de su pareja, pero fue vista únicamente por el azabache sentado frente a ellos - Mis horarios son exigentes y tengo que trabajar durante largas jornadas, tomó algunas horas extras para ganar más dinero, pero me preocupo en consentirla con muchos regalos - miró a la mujer un segundo antes de continuar - Vive cómodamente.

- ¿Y eso es suficiente? - preguntó el alfa alzando una de sus cejas - Creo que según su razonamiento, sería absurdo que su pareja necesite atención médica por sus desmayos y celos intermitentes - explicó con calma para luego mirar a la omega. - Mi pregunta no fue hacia tu alfa - dijo a la joven quién alzó su rostro para mirar al azabache con sorpresa - ¿Eso es suficiente para ti? - repitió la preguntas esperando la respuesta de la omega la cual nunca llegó - Creo que el silencio es la respuesta más sincera - su voz sonaba serena dirigiéndose ahora al  alfa -  ¿Alguna duda con respecto a las indicaciones?

- No, ninguna- contestó el joven alfa mirando a su pareja atento y con una pizca de culpabilidad - Todo está claro - se levantó  tomado de la mano de su omega quien se sonrojo al ver sus manos entrelazadas - Gracias por todo doctor - se inclinó en agradecimiento y despedida hacia el azabache antes de salir del consultorio.

- Ah~ - suspiró Yoongi retirando sus lentes masajeando su frente para luego pegarse al espaldar de su silla cómodamente, sus manos entrelazadas en su abdomen y paulatinamente cerró sus ojos por el cansancio. Pasaron algunos minutos  antes que tocaran la puerta - Adelante - dijo aún con sus ojos cerrados.

- ¿No saldrás a almorzar? - preguntó una voz muy conocida e irritante para el alfa - No me ignores - protestó.

- TaeHyung - dijo aún con sus ojos cerrados - Te he dicho que neutralices tu olor - suspiró abriendo un solo ojo para mirarlo - Tu olor es realmente dulce y me molesta - soltó un suave risa al ver el puchero de su primo - Eres un niño.

- Te golpearé Yoongi - empezó alzar las mangas de su buso color verde, preparándose para iniciar un batalla alfa-omega - Vendrá Hoseok y te golpeara también.

- Soy su jefe.

- Cierto - dijo TaeHyung acomodando su ropa al recordar ese detalle - No puedes despedir a mi prometido, serías el peor testigo de nuestra boda - refunfuño sentándose en las sillas frente al escritorio del pelinegro.

- Tómalo como un regalo de bodas.

- Idiota - resopló el menor.

- ¿A qué venías? - preguntó Yoongi con un ceja alzada y sus antebrazos sobre la mesa luego de ser interrumpido en su corta siesta -  Estoy seguro que no estás aquí para rogarme que conserve el puesto de tu novio.

- No - negó con su cabeza moviéndola de lado a lado como un pequeño niño - Vas a almorzar conmigo, tengo que hablarte sobre algo muy importante - dijo TaeHyung con una sonrisa amigable.

Un Omega con mal olor. [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora