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A sus cuatro años supo lo dura y agotadora que era la vida, la división de castas era una brecha enorme, sobre todo los segundos géneros: alfas, betas y omegas, el hijo ilegítimo de un rey que tuvo que entrar en el palacio ya que su madre había fallecido, su madrastra la Reina lo odiaba porque no podía tener hijos, su padre era reacio al tema e ignoraba al pequeño, así fue como Kim Seokjin estaba a cargo de la Reina, el pequeño no vivió tranquilo y recibía clases desde la mañana hasta la tarde, recibiendo castigos si fallaba.

Pero poco a poco la Reina tomó aprecio al pequeño, más aún cuando esté se presentó como Omega y su padre detesto que su único hijo fuera Omega, quiso deshacerse de él pero la Reina tomó cartas en el asunto y enfrento al Rey por el pequeño, Seokjin sintió el amor de la mujer poco a poco y ella se dedicó a educarlo, pero esta vez la educación sería más de confianza, valores, protocolo, autoestima y sobre todo que siempre debe darse a respetar.

"-Eres un príncipe y por sobre todo un ser humano, ser Omega no debe afligir tu alma cariño, nadie puede humillar a este hermoso niño, debes poner a todos en el lugar que se merecen, y siempre ten en cuenta que tú eres superior a todos"

Las palabras que la Reina le daba a Seokjin lo hacían sentirse más seguro y talvez un poco narcisista, pero aquella mujer había amado al pequeño poco a poco y era su hijo, y si fuese el Rey quien trate de hacer daño a Seokjin ella haría hasta lo imposible para evitarlo.

El tiempo pasó y Seokjin se convirtió en un joven apuesto, alto, con un aroma a rosas, sonrisa de angel, piel blanca y tersa, ojos que si los veías mucho tiempo podías ver la luna reflejada en ellos, una educación envidiable, cabellos castaños.

La puerta fue tocada despertando a Seokjin.

-adelante- dijo y siguió acostado, la noche anterior tuvo que asistir a una fiesta noble y estaba algo cansado.

La puerta se abrió y dejo a la vista a una mujer con un vestido largo y elegante, sus cabellos sueltos, sonrió al verla y sentir aquel aroma a lavanda que tanto le gustaba.

-buen día madre, ¿Que necesita tan temprano en la mañana?- se levantó y fue a darle un beso, el la llamaba madre al igual que ella le llamaba hijo.

-nada especial, tengo mucho que hacer pero ayer fuiste a tu primera reunión solo, me preocupa pensar que alguien te faltó el respeto- la Reina hizo una seña y dos sirvientas entraron para ayudar al Omega -ahora debo ir a resolver algunos asuntos diplomáticos pero nos vemos en el almuerzo cariño.

-esta bien, ve con cuidado y no te preocupes que ayer no escuché más que cumplidos absurdos- la Reina asintió y salió del lugar.

Seokjin se levantó y enseguida las sirvientas lo guiaron al baño para que pudiese tomar un relajante baño, al salir lo atendieron, vistieron y prepararon para el día, poco después entro su asistente, con un documento que indicaba sus deberes como príncipe ese día.

Se sorprendió al ver que su padre figuraba en el almuerzo, rara vez veía a su padre pero las veces que lo hacía todo se tornaba frío, suspiró esperando lo peor, bajó a la planta baja y desayuno solo con la compañía de las servidumbre que tenía prohibido comer con sus majestades.

Al terminar fue a su clase de literatura e historia, una hora después se dirigió a la cocina donde el cheff le esperaba, clases que el deseó tomar y la Reina no se opuso, después de sus clases le tocaba asistir a una reunión de té, dónde los futuros herederos conversan sobre lo que ellos llamaban información, pero para Seokjin no era más que chisme, llegó la hora del almuerzo y Seokjin llegó a las doce del medio día como siempre, en el lugar se encontraban sentados el Rey y la Reina, hizo una reverencia formal a su padre y se tomó asiento para empezar una conversación si sentido.

-¿Cómo te fue el día hijo?- preguntó el Rey sin dejar de ver algunos documentos.

Seokjin dió todo detalle de su mañana, era algo tradicional aunque sabía que su padre no escuchaba ni la mitad de lo que el Omega decía.

-¿Algo que comentar de la reunión de ayer?

-ninguan padre, fue como siempre, halagos y saludos a su majestad.

El Rey sonrió satisfecho y las sirvientas ingresaron con la comida y comenzaron a servirla, no hubo palabra alguna hasta que se terminó todo, la Reina sentada a lado del Rey y su hijo, como debía ser una familia real.

El Rey se levantó y dió un presente a su mujer como todos los días, a su hijo una joya nueva o exótica, aunque solía hacerlo en la noche, pero ambos no le dieron importancia, cuando lo vieron salir del palacio pudieron estar tranquilos.

-esto me resultó extraño, ¿Porqué almorzó con nosotros?- Seokjin preguntó a su madre ya que ella también estaba al tanto de lo que pasaba en el palacio.

-al parecer logró un acuerdo con un reino vecino, pero aún no es firmado ningún tratado, desconozco incluso lo que se quiere tomar en acuerdo, el Rey prefirió mantener esto a su mando.

Seokjin no insistió más, si su padre no quería que se entrometiera no lo haría, después de todo era el Rey, su madre se fue para asistir a una reunión para resolver asuntos entra lagunas damas, el por su parte debía asistir a sus clases de protocolo, luego a sus clases de música en la cual ahora mejoraba su técnica en el piano, ya después podía depender de su tiempo hasta la hora de la cena.

Luego de terminar eligió dar un paseo por el jardín real, amaba estar en ese lugar, Seokjin estuvo un largo tiempo en el lugar hasta que la sirvienta de su madre se aproximó a él.

-alteza- la muchacha se inclinó ante el Omega -el Rey informó que tendremos invitados en el palacio por lo que desea que se vista para la ocasión.













Hola de nuevo, una nueva historia Namjin, si les gustó el capítulo me gustaría saberlo ^^

Te Encontré [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora