Te Encontré [Namjin]

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El lazo sanguíneo era más fuerte entre alfas y omegas, los padres resultaban ser una crucial fase para el desarrollo de alfas y omegas, por eso Seokjin sollozaba sabiendo el cruel destino que tenía su padre, las pocas veces en la que su padre se comportó como uno vinieron a su mente haciendo que sufra aún más, ¿Pero que podía hacer el?, Nada, después estaba su nueva inseguridad, una en la que veía a Namjoon como algo imposible, un alfa que talvez, solo talvez lo haya usado para beneficio de su reino.

Namjoon solo veía a Seokjin perdido en sus pensamientos sin un punto fijo de vista, se sentía mal por verlo en tal estado, poco a poco se fue acercando para dejar caricias en el Omega tratando de calmarlo y al parecer funcionaba pues el Omega reaccionó y solo correspondió.

-Lo siento- dijo en un susurro el Omega.

-¿Porqué?- cuestionó Namjoon.

-Por mentirte durante tanto tiempo, tenía miedo, tú eres más de lo que alguna vez pensé, yo solo me convertí en un egoísta que prefirió huir dejando todo de lado- dijo ya más calmado, el Alfa no tenía la culpa y aunque le doliera en el alma debía aceptar lo que vendría pronto.

-Se que lo hiciste con razón, jamás aceptaría estar con alguien a quien no amo, pero doy gracias a tu valentía y decisión, pues gracias a eso puedo estar contigo ahora, si todo hubiese salido como tu padre lo planeó te aseguro que sea quien sea que fuera tu pareja desaparecería, solo para tenerte a mi lado- dijo el rey cargando al Omega para después el recostarse en el sillón y poner sobre suyo a Seokjin.

-eso suena frívolo Nam- dijo Seokjin tratando de verse fuerte.

-Por ti haría lo que fuera- dijo Namjoon.

El rey se sorprendía por su manera de actuar, solo ese Omega lograba sacar un lado tan sentimental en el, pero le gustaba, poder decir lo que sentía sin remordimiento.

-¿Cuándo será?- preguntó serio el Omega y Namjoon entendió a qué se refería.

-en la celebración de cumpleaños de mi madre, no tienen permitido estar ahí- dijo Namjoon.

-eso es pronto- dijo en un suspiro Seokjin.

-Jin, si quieres puedo hacer que lo veas- dijo Namjoon.

Seokjin negó, se propuso ser fuerte y ver a su padre lo destrozaría, debía ser firme hasta el final y tratar de sobrellevar la pérdida de su padre.

-no es necesario, pero gracias por preocuparte tanto por mi, te amo- dijo el Omega dando un casto beso al alfa.

Namjoon solo asintió y correspondió a Seokjin, estaba agradecido que Seokjin entendiera todo sin malinterpretar algo, era un Omega que analizaba las cosas antes de dejarse llevar por sus emociones.

-Dices que sientes ser insuficiente para mí, pero yo no sé que haya hecho para tenerte, seguramente fui un salvador en mi vida pasada- dijo riendo el alfa.

Seokjin estaba en un limbo de emociones, pero sabía mejor que nadie que debía asumir lo que venía, con un fuerte suspiró decidió seguir con su vida aunque le doliera perder a su progenitor.

-Te pido que jamás me abandones- dijo el Omega escondiéndose en el cuello del alfa degustando del aroma de este.

-te lo prometo, es por eso seokjin- dijo el alfa separándose del Omega para después arrodillarse frente a este con una pequeña cajita abierta dejando ver un anillo de oro con unas piedras preciosas azules rodeadas de pequeños diamantes puros -¿Quieres ser mi Omega hasta el fin de los tiempos?.

La reacción del Omega fue simplemente hermosa, su mirada iluminada y agraciada, una pequeña sonrisa por la impresión, sus manos temblorosas sujetándose entre si, sus labios temblorosos y un poco separados tratando de pronunciar alguna palabra, de tristeza a felicidad, así se podría decir que Seokjin estaba ese día, y muchos dirán que fue poco tiempo el que llevaban, pero quién no haría algo así si la persona es tu alma gemela, el amor de tu vida y para toda tu vida.

-Si, si quiero, te amo, te amo, te amo- dijo Seokjin lanzándose a los brazos del alfa.

-Juro que te protegeré con mi vida Jin, me hiciste el hombre más feliz del mundo- dijo y lentamente se levantó cargando al Omega como princesa.

Llevándolo hasta la habitación decidieron dormir juntos y disfrutando de la compañía del otro, disfrutando sus aromas y compartiendo palabras de amor.

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El palacio estaba ajetreado, los preparativos para el cumpleaños de la reina eran varios, empezando por el decorativo, el pueblo aunque no asistía al gran palacio decoraba las calles en honor a su reina, una alfa que fue una gran líder, los nobles enviaban regalos ya que no podrían asistir ese año, los reyes de todos los reinos aliados anunciaban su pronta llegada con cartas.

Namjoon decidió aún no anunciar su compromiso con el Omega, pero una vez todo esto terminara haría saber a todos quien sería su Omega y pareja para toda su vida.

Jungkook y Taehyung estaban a unos minutos de llegar al reino junto a su madre y una invitada especial.

Hoseok, jimin y Seokjin estaban organizando una merienda en el jardín principal del palacio, Seokjin había hablado con los omegas quienes solo le dijeron lo mucho que lo apoyaban.

Namjoon se encontraba encerrado en su despacho con Yoongi, últimamente tenía menos tiempo por obvias razones y eso le molestaba ya que no podría estar con su Omega, pero hoy sería una excepción, hoy Seokjin tendría una gran sorpresa.

-Majestad, su madre acaba de llegar junto a sus hermanos y me pidió verlo de inmediato- dijo un soldado detrás de la puerta.

-bien, que venga directamente y digan a Jin que lo quiero ver en mi despacho- ordenó el rey y no se escuchó más.

Primero llegó la reina quien se retiró una vez la invitada ingresó al lugar mostrando una sonrisa algo cansada para después pasar al balcón y ser cubierta por las cortinas, minutos después llegó Seokjin quien se alegro de ver a su alfa, abrazó y besó a Namjoon alegre y este hizo lo mismo dejando leves caricias al omega.

-¿Necesita algo su majestad?- dijo en tono meloso el omega, joder que a Namjoon le encantaba.

-Si, quiero que veas a alguien, puedes volver- dijo mirando hacia el balcón.

Bajo la atenta mirada de Seokjin las cortinas que cubrían el balcón fueron separadas dejando ver una silueta, una mujer con vestimenta que pudo reconocer, aquel sedoso y largo cabello, aquel porte que le había compartido, su rostro, su piel, sus ojos llorosos, su sonrisa, su madre estaba frente a el aguantando las lágrimas, sin pensarlo fue corriendo a los brazos de aquella mujer que lo había cuidado desde siempre, las lágrimas se dejaron ver y el sollozo que pasó a ser más fuerte.

-Madre- dijo en un suspiro.